La movilización del “Bloque de Oposición Ciudadana” (BOC), evidenció la decadencia de la oligarquía en el país, afirma el sociólogo y analista político, Armando Orellana, quien añadió que los instrumentos concentrados en el bipartidismo ya no poseen el poder de convencimiento como sucedía en el pasado, ya que el pueblo hondureño tiene más conciencia sobre los políticos señalados de haber atentado contra la patria.
Redacción Central / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. Hace mucho tiempo que el raciocinio y buen actuar abandonó a los viejos líderes del Partido Nacional, quienes asistieron a la “Gran Marcha por Honduras”, desarrollada esta mañana desde el bulevar Suyapa hasta Casa Presidencial, para manifestar su descontento en contras de las políticas y acciones del actual Gobierno de Xiomara Castro.
La movilización que supuestamente fue convocada por jóvenes de “sociedad civil” –con vinculo identificado al Partido Nacional–, fue acompañada por diputados y actores políticos señalados por corrupción durante la dictadura que despedazó la Constitución y la sociedad hondureña.
Y, al respecto, el prestigioso sociólogo, Armando Orellana, enjuicia que como punto de partida se debe identificar si de verdad esos grupos actúan “en función de principios o valores realmente” ya que no deja un buen mensaje pensar que algunos que se autodenominan, o quieren representar a la juventud, cuando han sido parte de esquemas ideológicos enemigos del pueblo.
El sociólogo amplió que este tipo de marchas busca seguir manteniendo el mismo status quo que produce, pobreza, exclusión y marginación, es decir, una situación de deterioro de la institucionalidad nacional, sobre todo por la impunidad y repartición de justicia para seguir intocables.
“Me parece un acto de desesperación en el buscan protagonismo, y fundamentalmente no para la mirada interna, porque en el interior del país hay bastante claridad sobre quiénes son estos actores, a pesar que algunos medios de comunicación pretendan dar otros relatos a esta realidad”, señala.
Para Orellana, la actividad de esta mañana buscó victimizar a sus actores principales ante lo Estados Unidos, creando una imagen que están en la lucha por recuperar la “democracia”, a pesar de haber atentado contra la misma desde el golpe de Estado 2009 y ante la imposición del dominio de intereses de grupos de poder que han bloqueado el imperio de la ley.
El también catedrático, menciona que la actividad de esta mañana no ha sido una protesta como tal, sino “un desfile de señores con cinismo, dan cuenta de esa situación de tolerancia que ha existido hasta el momento con sus acciones arbitrarias e inmorales cometidas contra el pueblo, y lo que han generado es indignación”.
Y amplia: “Esto de hoy es una burla al pueblo hondureño, están diciendo ‘hicimos estas acciones y nos vale, y es más, vamos a luchar para que no se nos aplique la justicia y que los aliados nuestros norteamericanos y de derecha nos van a salir a defender’; pero no mueven esa masa del pueblo humilde que han ido tomando conciencia de los atropellos”.
A su criterio, el panorama no es alentador para quienes forman el BOC y tienen causas pendientes, y afirma que una mejor estrategia es salir del país: “La opción del exilio les saldría mejor, o buscar organismos de Derechos Humanos que se presten para decir que son violentados sus derechos”.
Orellana concluye que, en esencia, la capacidad de maniobra de la oposición es miserable, pues ya no logran mucha afluencia en su convocatoria como cuando poseían el tesoro nacional para patrocinar movimiento de activistas a defenderlos.
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