CONTRA JHONNY, MI AMIGO* Y CONTRA EL MANIQUEÍSMO ENEMIGO

En este artículo el pensador, Rodolfo Pastor Fasquelle, reacciona ante la reflexión que periódico EL LIBERTADOR publicó el sábado anterior con título “Honduras / Custodio, metamorfosis de la luz a la obscuridad”.- Desde la Dirección, EL LIBERTADOR, ratifica a varios hondureños de la más alta intelectualidad, entre otros el doctor Fasquelle, su admiración y gratitud por la abnegación que por décadas tanto ha contribuido con sus consejos y opiniones en la formación del pensamiento crítico de nuestro director, Jhonny Lagos. ¡Gracias totales!

“Vivió R Custodio para entenderlo y ese es el punto. Vivió para salir de ahí y para escapar del diablo. Recapacitó sobre su error gravísimo, en el que había confundido los nombres y las intenciones, y había hecho tanto daño, volvió a ver después de la ceguera y lloró con sus amigos, en quienes confiaba, las amargas lágrimas del arrepentimiento, pidió perdón con la poca dignidad que a un hombre de verdad le queda al final”, confiesa el doctor Fasquelle.

 

Rodolfo Pastor Fasquelle
EL LIBERTADOR
redaccion@ellibertador.hn

A Ramón Custodio quien, en efecto, cayó en el 2009 y murió antier

Personalizo. Muchos de mis amigos mayores han muerto ya y Custodio se crió en el Caríato cuando, según popular mito, se nos castró a los hondureños, yo no había nacido. Jhonny Lagos es mi amigo joven. Cuando daba sus primeros pasos, pidió una mano y no me negué lo que pidió: que lo acompañara en un elenco espectral que se llama consejo editorial de EL LIBERTADOR, y firmé al calce.
Desde hace años, lo veo crecer en el oficio, convertirse en periodista responsable, que investiga, desarrolla criterio e instrumentos analíticos, estudia, trasciende de lo anecdótico y se esfuerza por expresarse. (Es un proceso. Se aprende a preguntar, pensar y a escribir.)

En la edición de ayer (sábado anterior) de su periódico EL LIBERTADOR publica un obituario de Ramón Custodio, condenándolo: “Custodio: Metamorfosis, de la Luz a la Oscuridad”.- Antes de entrar en materia, diré que ahí están los hechos, no ha falseado datos, consigna igual un testimonio de lo que llama su grandeza de Custodio, y virtualmente todo lo que registra es cierto, salvo alguna insinuación. Tiene derecho Jhonny al rigor y aún le falta un par de censuras posibles, azotes y anatemas. Todos somos vanidosos y a todos, la vanidad nos vuelve ridículos.

Dolorosamente, recuerdo el momento en que, antes de juramentarlo, el usurpador Micheletti, reconoce a R. Custodio en un salón lleno de golpistas, le da la palabra y mi amigo, el Doctor se yergue y pretende burlarse de “la Resistencia” en la calle clamando: Y si este no es el pueblo, ¿el pueblo dónde está? repitiéndolo patéticamente en un palacio.- Simpatizo hondamente con el enojo del escrito. Pero está equivocado.

No es una cuestión simple, de mera ética e integridad.- Mil veces se ha dicho y lo dice también universalmente el poeta hondureño Ramón Ortega, quien entre versos menos afortunados escribió, “existe la virtud, yo no lo niego, pero siempre en conjunto defectuoso: hay rasgos de virtud en el malvado, hay rasgos de maldad en el virtuoso”.- En boca incluso del perverso surte la verdad (cierto que no se refunda el mundo a partir de una mera ideología) y los justos se equivocan si afirman lo contrario.

No sé si haya paz u otra cosa, después de la muerte. Pero ni el Custodio que acaba de morir, ni el que pasará a la historia debe penar más, o fue nuestro enemigo.- Para ser un héroe no hace falta triunfar, ni mucho menos haber sido perfecto -anímense- si no, solo atreverse en un momento clave a decir la palabra necesaria, defender un derecho y atajar un atropello, actuando en consecuencia, sin temer represalias.- Ramón Custodio hizo eso, muchos años.- Fue un héroe que nos defendió y enfrentó a monstruos, que no vacilaban para desaparecer, que es peor que torturar y matar gente.- Nos mostró que se podía luchar con inteligencia.

Extendió esa lucha y consiguió fallos las cortes internacionales y la llevó hasta Washington, que era raíz del mal pero fingía suscribir una doctrina del derecho. Eso lo puso en riesgo letal y paradójicamente a la vez, lo protegió hasta que había conseguido una paz tentativa, hacia 1993.- Tampoco entiendo cómo o por qué cayó, y no vengo a negar su caída, ni a defender al indefendible Custodio de Julio de 2009, si no a llorar al héroe que fue antes. No vengo a absolver –no tengo esa función sacerdotal- si no a recordar y a entenderlo en su laberinto.

Y a reflexionar que eso que le pasó a él, le ha pasado a muchos hombres buenos antes, y porque es humano podría -ojala no- pasarte Jhonny a ti, y aun a mí que estoy más cerca del final.[1] Y condenarnos.- Más cuando como en el caso de Ramón se cumplen las condiciones para la absolución: el arrepentimiento que supone un reconocimiento, la confesión que expresa voluntad de reconciliación y la penitencia que expía.- Han de ser humanos y ojalá católicos, ecuménicos, piadosos, los cristianos.

Sin olvidar al inquisidor. Entristece, como expresa otro importante editorial de EL LIBERTADOR la semana pasada, el dato comprobado de que hasta un 44% de los hondureños se entienden como fanáticos fundamentalistas… el porcentaje más alto en el continente y una medida de grave alineación.- La religión de los ancestros fue esta tradición que evoluciona, mientras que esos cultos importados y fraccionados, que tienen que sumar para contarse, en efecto padecen más del puritanismo morboso y del maniqueísmo: la presunción de ser dueños de la verdad y de que quienes se quedan afuera del recinto consagrado de tu templo, son brujas, herejes irredentos y enemigos mortales….

La misma metáfora del título de Lagos es maniquea, ¡Metamorfosis de la Luz a la Oscuridad! Y aun conscientes, y lamentando la popularidad y proliferación de las imposturas, y denunciando la hipocresías, caemos sutilmente en la trampa de los fundamentalismos y como ellos, nos vestimos de jueces últimos, cuando apenas estamos llamados a ser testigos; y cuando corresponde colmarnos de piedad, condenamos.- Quienes miramos por el microscopio, como Custodio, sabemos que el diablo tiene acceso a la química del cerebro.- Que hembra y macho –ambos- desvarían por sus ciclos hormonales.- Que el agua y los minerales determinan el metabolismo y la salud mental y corporal, y que el ser humano además es sujeto de su psyche compleja.

A Custodio hay que llorarlo e historiar. Aparte de humanidad, lo que falta para corregir es la historia: poner los datos en orden cronológico, los hechos y los textos en sus contextos complejos. Ahí están los datos precisos en el editorial de EL LIBERTADOR, casi todos, faltan los documentos de una biografía.- En medio de la pesadilla de la guerra fría, en los ochentas perdidos, Custodio brilló como uno de los más valientes de nosotros y quien nos guiaba en la oscuridad.

Se enfrió después, cuando lo cooptó nuestra propia adulación. Viejo, y luego de la tragedia de perder a su esposa María Elena por una penosa enfermedad a fines de 2007, Custodio lució desconcertado, confuso. Del 2008 al 2009, se amargó, dejó de entender lo que estaba pasando –él, que había sido luz- y cayó finalmente en la fosa. Me gusta, porque es buena y profunda, la anécdota introductoria de la reflexión que hace J. Lagos sobre una anécdota: en la que un a latere del dictador -que desprecia e ignora al Custodio, mancillado- confiesa que JOH cambiaría a todos los defensores de los derechos que lo apoyaban por sentar a Bertha Oliva, junto a él, a saber, porque se le entregara esa dama a Satanás no le interesan los diablos si no los santos.

Vivió R Custodio para entenderlo y ese es el punto. Vivió para salir de ahí y para escapar del diablo. Recapacitó sobre su error gravísimo, en el que había confundido los nombres y las intenciones, y había hecho tanto daño, volvió a ver después de la ceguera y lloró con sus amigos, en quienes confiaba, las amargas lágrimas del arrepentimiento, pidió perdón con la poca dignidad que a un hombre de verdad le queda al final.- Pudo irse del país, que lo infamó antes y lo manipuló marginado y prefirió quedarse en el tormento de la incomprensión.- Lo infamó quien lo condenaba antes por comunista y lo ultraja quien hoy lo condene -después de muerto- tildándolo de fascista.

Ramón Custodio no será –infortunadamente- no podrá ser recordado sólo por su defensa heroica de los derechos humanos, en tiempos de la guerra fría. También será recordado por decir que las balas con que los militares asesinaron a Isis Obed en la manifestación pacífica frente al aeropuerto en que esperábamos el avión en que retornaba el líder golpeado… eran de goma. Porque la historia que puede valorar y salvar su arrepentimiento, no puede ni debe borrar ni perdonar su caída en la trampa del 2009.

El golpe de Estado de 2009 fue un parteaguas histórico. Dividió clases sociales, dividió familias, a humildes y soberbios, y sus secuelas espantosas nos dividieron más a cada paso hasta que llegamos a ser una nación de enemigos. Hoy también la victoria del pueblo, por fin, del partido del pueblo y de quienes vislumbramos el largo camino a una sociedad más justa nos divide. Ganamos. Y los victoriosos escriben la historia. Podemos darnos el lujo de ser revanchistas, de borrar en la fotografía, el mérito o incluso la presencia pasada de una figura histórica.

Justicia hay que exigir, contra quienes aún siguen conspirando, por supuesto, contra los irredentos que son amenaza permanente y contra quienes se fugaron a esconderse a otras nacionalidades, donde no los conocen.- También hemos de ser prácticos y al final, como alguna vez le reclamé a otro amigo, Honduras no tendría remedio si en nuestro afán y movimiento para redimirla, no sumamos a quienes se equivocaron pero recapacitaron, a los golpistas arrepentidos.

A los arrepentidos tenemos que abrazarlos, aún más si dejaron un legado. Porque -sin ellos- solo somos una mayoría simple y vulnerable, y con ellos no solo seremos justos y ecuánimes, podemos ser más fuertes y aun alcanzar en la unidad la única suma invencible.- El maniqueísmo es moral e intelectualmente insostenible, e inaceptable. Sin superarlo no hay patria. La Patria es el espacio en que podemos salvarnos juntos, como decía el apologista del nazismo Heidegger: “Sé, por la experiencia e historia humanas, que todo lo esencial y grande sólo ha podido surgir cuando el hombre tenía una patria y estaba arraigado en una tradición”.

Pero la Patria, Honduras, y luego la mayor, Centroamérica, somos todos los que defendemos la convivencia en la justicia y la libertad, ambas. Y pertenece a quienes quieran sumarse a la tarea titánica de construirla libre y justa. Recién, escuché a un joven cuyo nombre es inconsecuente, repetir esa máxima antigua incontrovertible, no hay justicia sin libertad, tampoco hay libertad sin justicia. Suscribo ese credo sencillo. Ramón Custodio también lo atesoraba, y yo pongo esta página de testimonio sobre la balanza en que los rigurosos dioses deben balancear sabiamente lo que R.C. hizo bien con lo que hizo mal, para disponer ojalá el destino de su alma aligerada del despojo mortal.

El Carmen, 13 de Noviembre de 2022, Q.D.E.P.

[1] Habiéndolo criticado inicialmente, F. Turcios justificaron a Carias, igual que Carlos Izaguirre, Heidegger a Hitler, E. Pound a Mussolini, Neruda a Stalin, Borges a Videla y E. Cardenal a Mao y a Fidel. La lista podría ser interminable.

(Nota Redacción EL LIBERTADOR)
–Se conoce como maniqueísmo a la doctrina del príncipe persa Manes (215-276 d.C) y sus partidarios, autor de una herejía del cristianismo que se inició en el año 242 en Persia y se extendió por el Oriente Medio y el Imperio Romano.- El fundamento del maniqueísmo es el dualismo y su principal creencia el gnosticismo.- Existe desde la eternidad dos principios opuestos, concebidos sobre la forma de dos reinos: el de la luz, que representa el bien físico y moral, y el de las tinieblas, que representa el mal.- El primero, comprende un cielo y una tierra luminosa, es el dominio de Dios; y el otro, colocado por debajo del desproveído cielo, es el dominio de Satanás y sus dominios.- El maniqueísmo político es considerado como la actitud de ciertas personas, de dividir las ideas, o personas en dos grupos: los del bando bueno, y los del bando malo, en forma irreductible. Como se observa en el tiempo, el maniqueo en política siempre asume que está en el lado bueno.

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