El actual sistema político-electoral, es obsoleto y Honduras necesita una nueva propuesta al margen de fuerzas tradicionales, así lo ha observado el analista –experto en temas de gobernabilidad–, Omar García, quien ha confiado a EL LIBERTADOR que lanzará su candidatura presidencial, ya teniendo un plan en cinco ejes, entre ellos el empleo, el renacer agroindustrial, nueva educación y transparencia.
García se ha definido como el nuevo “outsider” de la política hondureña, puesto que no planea cumplir sus metas fundando un nuevo partido político, porque no cree en ese arraigo militante como una solución a la profunda crisis social, política y económica de Honduras.
Redacción Central / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. La Sala de Redacción de EL LIBERTADOR, ha sido testigo del nacimiento de un nuevo “outsider” político –candidato alternativo–, se trata del doctor en Administración de Negocios y analista en materia de gobernabilidad, Omar García, quien dice tener como propósito principal, “arreglar la vida de este país”.
García, atendió una solicitud de este periódico para abordar temas del acontecer político –que será publicada en la próxima edición mensual de EL LIBERTADOR–, y en el acto dio en exclusiva que lanzará su candidatura ante la inconformidad que siente sobre el comportamiento partidario de las fuerzas políticas con poder en el país.
Y, es que, a su criterio la profunda polarización de la sociedad hondureña ante el arraigo de partidos, “está generando cada vez más pobreza y no creo que la democracia multiplique los pobres, yo creo en el aspecto de la social democracia”.
Según García, su propuesta política se basa en un comercio justo, donde cada hondureño puede fundar negocios sin sufrir competencia desleal o ser asaltado por la burocracia y, además, tiene como norte crear un sistema educativo que no solo forme empleados y se centre también en forjar emprendedores: “La gente tiene derecho al desarrollo. El hecho a que este en un valle, en una montaña, en una playa o en una ciudad, no debe limitarle para acceso a las oportunidades”.
Para el analista, otro de sus grandes objetivos es la restauración del Estado de Derecho, para retomar una línea democrática de manera que se pueda demostrar que “la República de Honduras es soberana, independiente y libre, que permite que un ciudadano que considera debe de lanzar su candidatura presidencial, legislativa o de alcaldía, puede hacerlo”.
Con relación al montaje de su campaña es reflexivo que se ejecutará primero en asesorías para proveer a la sociedad hondureña una propuesta amplia para discutirla con todos los sectores, siendo una alternativa al tradicional gasto financiero que conlleva el montaje de una planilla político-electoral, “no creo en la venta de propiedad de partidos políticos a medios con capacidades económicas, porque eso nos ha hecho perder”.
El destacado analista cuenta a este periódico que su carrera comenzó a los 18 años tras afiliares al Partido Democracia Cristiana (DC), y desde entonces ha manejado el constante estudio de gobernabilidad que le hizo camino para formarse como asesor y consultor nacional e internacional.
Y, a raíz de esa experiencia, dice contundentemente que la oferta partidaria del país quedó sin opciones, porque las fuerzas políticas “lo único que han hecho es gritar a voces: no podemos cambiar”.- “Entonces se requiere de una persona, si el partido no puede, y las leyes hondureñas lo permiten, presentar una opción de candidatura sin afiliación partidaria”.
García medita estar al tanto del proceso que conlleva su aspiración presidencial, pero asegura que ya tiene una línea de primeros cambios que haría al llegar a la silla presidencial: tierra, techo, alimentos, trabajo y transparencia. “Esas cinco cosas le están haciendo falta a Honduras y por eso tenemos enormes extensiones de terreno ocioso con mucha gente que esta lamentablemente desocupada”.
En ese sentido, reconoce que el actual Gobierno de Xiomara Castro ha mostrado avances, pese a los “candados” que dejó la pasada administración –del extraditado Juan Hernández– y valora que 2022, “fue un año que diría políticamente perdido en función de ganar imagen, porque había que rescatar la situación del país, y acertadamente la actual administración lo que hizo fue pagar deudas, eso fue importante, además dar el subsidio para el trasporte y la electricidad, muy inteligente”.
El presidente de Ecuador, Rodrigo Borja Cevallos (1988-1992), define que el término “outsider” designa a la persona que, por propia voluntad, se ha mantenido al margen de la vida pública. Es lo contrario de militante político. En algunos casos es el “antipolítico”.
En los últimos tiempos se ha puesto de moda esta palabra debido al éxito electoral alcanzado por personas que, sin ningún antecedente político, han sido elegidas en votaciones universales y directas para ocupar funciones públicas de naturaleza electiva.
Pero, no todos los debutantes políticos son “outsider”.
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