“El edificio también está en venta y se lo ofrezco al presidente” declaró Betancourt, que con nostalgia recordó el sueño que tuvo con su esposa –ya fallecida- de consolidar un negocio autosostenible.
Tras 43 años de servir sus distintos productos a los hondureños de la capital, la reconocida empresa SUVENTA, ha notificado este día con mucho pesar que cierra operaciones, así lo informó su dueño José maría Betancourt, quien afirmó que las cargas tributarias, la inseguridad y demás políticas económicas del gobierno, terminaron ahogando su negocio.
“Agradezco a los miles de leales clientes que tuvimos desde agosto de 1973 al día de hoy y sabemos que en el futuro nos extrañarán porque SUVENTA siempre fue el fiel de la balanza para que la competencia no se aprovechara vendiendo más caro”
Redacción Central / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. El empresario José María Betancourt, informó hoy que la tienda “SUVENTA”, después de 43 años de ofrecer productos de todo tipo a los capitalinos, se ha visto obligada a cerrar operaciones, debido a la crisis económica que ataca a los hondureños.
Según destacó, no solo es el declive económico lo que provoca cerrar su negocio, sino también el alto índice de inseguridad, con una extorsión que arrecia a emprendedores y grandes empresarios.
Betancourt explicó que el declive de su negocio comenzó en 2008 cuando el entonces presidente Manuel Zelaya (2006-2010), decidió incrementar el salario mínimo, y luego con el gobierno de Porfirio Lobo (2010-2014), recurrió al recorte de personal.
Para este empresario, la inconformidad en las decisiones del actual mandatario, Juan Hernández de establecer una “grosera” tasa de seguridad, aumentar el Impuesto sobre Ventas al 15 por ciento y encima pagar el 1.5 por ciento de impuesto sobre ventas mayores a 10 millones de lempiras anuales, ha sido un factor para que este día se anunciará el cierre de su negocio.
En ese sentido, afirmó que por motivos de liquidación todos los productos en venta estarán muy por debajo del precio real desde hoy lunes 26 hasta el próximo sábado 31.
“El edificio también está en venta y se lo ofrezco al presidente” declaró Betancourt, que con nostalgia recordó el sueño que tuvo con su esposa –ya fallecida- de consolidar un negocio autosostenible.
Argumentó que con lo recaudado en la venta de esta semana, intentará pagar las prestaciones a sus empleados, ya que algunos de ellos tienen más de 40 años de laborar en SUVENTA.
Para Betancourt, la banca privada no se queda atrás en hundir a los negocios y afirmó que los altos intereses, más una devaluación acelerada del lempira encarece todas las importaciones,
Por esa razón, el arancel que se paga según el efecto de la devaluación de la moneda, liquida la póliza de importación y causa un aumento a los costos.
SUVENTA, al igual que SEARS y la Panadería Bambino, atribuye un nuevo grupo de personas desempleadas, que durante 2016, puso a temblar a la Cámara de Comercio e Industrias de Tegucigalpa (CCIT), por el cierre masivo de empresas.
Betancourt dijo –para desahogar frustración- que SUVENTA nunca tuvo nexos a la corrupción y fraudes fiscales; sin embargo, mencionó que nunca el negocio nunca gano una licitación, porque los licitantes eran los mismos empresarios de la elite gubernamental.
“Nunca tuve padrinos en ningún gobierno” aseveró, y advirtió que estos empresarios de elite, mantienen engañadas a las autoridades diciendo que el país prospera, “pero la mayoría sufrimos calamidades”.
Betancourt sentenció que todos sus impuestos y documentos están al día sobre un posible ataque de las autoridades fiscales “como ha sucedido en otros casos”.
“Agradezco a los miles de leales clientes que tuvimos desde agosto de 1973 al día de hoy y sabemos que en el futuro nos extrañarán porque SUVENTA siempre fue el fiel de la balanza para que la competencia no se aprovechara vendiendo más caro” concluyó.
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