¿QUIÉN ES LEÓN XIV?, EL PRIMER PAPA ESTADOUNIDENSE

Con 69 años de edad, el cardenal Robert Prevost se ha convertido en el papa número 267 de la Iglesia Católica. Tras ser nombrado sumo Pontífice y tomar el nombre papal de León XIV, aseguró que el “mundo necesita la luz de Dios”. Y pidió la ayuda para construir puentes con el diálogo. Asimismo, reconoció la labor de su predecesor, Francisco I.

Agencia / EL LIBERTADOR

Tras la salida del humo blanco en la chimenea de la Capilla Sixtina del Vaticano, manifestación que indica que los cardenales reunidos en cónclave han electo al nuevo papa, el cardenal Dominique Mamberti, protodiácono de la Iglesia católica, se asomó al balcón de la Basílica de San Pedro para anunciar el nombre del sucesor de Francisco.

«¡Habemus Papam!», expresó Mamberti, para anunciar que el nuevo sumo pontífice es Robert Francis Prevost, quien resultó electo en la tercera votación del cónclave, proceso que se inició el miércoles 7 de mayo. De esta manera, el sacerdote se convierte en el segundo papa del continente americano.

Es así como, Prevost, que escogió el nombre papal de «León XIV», se convierte en el papa número 267 en la historia de la Iglesia Católica. El religioso, de 69 años, es un prelado nacido en Chicago, EE.UU., y tiene opiniones cercanas a Francisco.

El primer papa fue San Pedro, que, según la tradición eclesiástica, fue designado por Jesús al decirle, según describe la Biblia en Mateo 16:18: «Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia», palabras que se interpretan como la base de la autoridad papal y la sucesión apostólica.

Francisco estuvo a cargo del Vaticano durante 12 años y 39 días. Su periodo papal comenzó el 13 de marzo de 2013 y culminó el pasado 21 de abril, cuando falleció a causa de un derrame cerebral que le provocó un coma y un paro cardíaco.

La salud de Jorge Mario Bergoglio, el primer papa argentino y latinoamericano de la historia, se había complicado semanas antes de su fallecimiento. De acuerdo con el informe del Vaticano, Francisco padecía diabetes tipo 2 e hipertensión.

La historia de Prevost

Nacido el 14 de septiembre de 1955 en Chicago, hijo de madre de ascendencia española, ingresó al noviciado de la Orden de San Agustín (OSA) en 1977 e hizo sus votos solemnes en 1981.

Cuenta con una amplia formación académica que incluye una licenciatura en Ciencias Matemáticas por la Universidad de Villanova, una maestría en Divinidad por la Catholic Theological Union de Chicago, y una licenciatura y doctorado magna cum laude en Derecho Canónico por la Pontificia Universidad de Santo Tomás de Aquino (Angelicum) en Roma.

Su tesis doctoral versó sobre El papel del prior local de la Orden de San Agustín.

Su trayectoria en la Iglesia ha estado marcada por importantes roles y logros y, aunque fue denunciado por una organización de encubrir denuncias de presuntos abusos sexuales contra dos sacerdotes de la diócesis peruana de Chiclayo que dirigió hasta 2023 cuando fue llamado a Roma, estas acusaciones fueron negadas por la diócesis.

El periodista peruano Pedro Salinas, que llevó a cabo una investigación sobre la organización Sodalicio de Vida Consagrada, movimiento peruano disuelto en enero por el Papa Francisco, asegura que las acusaciones contra Prevost son “absolutamente falsas”.

Tras su ordenación sacerdotal en 1982, Prevost se unió a la misión agustiniana en Perú en 1985 y fue canciller de la Prelatura Territorial de Chulucanas de 1985 a 1986.

En 1987 fue elegido director de vocaciones y director de las misiones de la provincia agustiniana de ‘Mother of Good Counsel’ de Illinois y en 1988 fue enviado a la misión de Trujillo como director del proyecto de formación conjunta de aspirantes agustinos en los Vicariatos de Chulucanas, Iquitos y Apurímac.

Allí sirvió como prior de la comunidad (1988-1992), director de formación (1988-1998) y maestro de profesos (1992-1998). En la archidiócesis de Trujillo fue vicario judicial (1989-1998), y profesor de derecho canónico en el Seminario Mayor “San Carlos y San Marcelo”.

En octubre de 2013 regresó a su provincia (Chicago) para ejercer de nuevo como maestro de los profesos y vicario provincial, funciones que desarrolló hasta el 3 de noviembre de 2014, cuando el papa Francisco lo nombró administrador apostólico de la diócesis peruana de Chiclayo, elevándolo a la dignidad de obispo y asignándole la diócesis titular de Sufar.

Fue ordenado obispo el 12 de diciembre, festividad de Nuestra Señora de Guadalupe, en la catedral de su diócesis. Y, en marzo de 2018 fue nombrado segundo vicepresidente de la Conferencia Episcopal Peruana.

En 2019, el papa Francisco lo designó miembro de la Congregación para el Clero en 2019 y de la Congregación para los Obispos en 2020, además de administrador apostólico de la diócesis del Callao. Fue en 2023 cuando fue designado prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina.

Es miembro de siete dicasterios del Vaticano, así como de la Comisión para el Gobierno del Estado de la Ciudad del Vaticano, lo que ha sido interpretado como un indicio de la confianza del Papa Francisco en el purpurado.

Con Jorge Bergoglio, al que conoció en Buenos Aires, compartía su visión sobre los pobres y los migrantes. Era “un hombre que quería vivir el Evangelio con autenticidad, con coherencia”, ha subrayado el cardenal agustino de Francisco, y entre sus enseñanzas más preciadas ha destacado su deseo de “una Iglesia pobre, que camina con los pobres, que sirve a los pobres”.

En una entrevista a Vatican News, Prevost rememoraba el primer viaje apostólico del Pontífice fallecido, a Lampedusa, por su “cercanía a los migrantes” y la carta escrita a los obispos de Estados Unidos el pasado mes de febrero “sobre la importancia de estar cerca de los que sufren y de tener el corazón de Jesucristo”, cuando se puso en marcha el programa de deportación masiva de inmigrantes ilegales y refugiados.

Prevost también se ha pronunciado sobre la necesidad de actuar urgentemente contra el cambio climático, otra de las preocupaciones de Francisco y es defensor de la iglesia sinodal.

Respecto a la posibilidad de ordenar a las mujeres, el purpurado se ha mostrado contrario y en una entrevista ha asegurado que “clericalizar a las mujeres no necesariamente soluciona un problema, podría generar uno nuevo”.

(Información de RT y EFE)

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