Esta reflexión es para las mujeres.- Que conste, no tendrán excusa cuando pase el tiempo, no podrán hacerse las locas, ni alegar ignorancia, dejamos aquí constancia en esta reflexión cómo en vez de abrazar su propia historia y combatir de manera colectiva el atraso nacional y empujar la agenda de la lucha femenina, pero no, muchas indiferentes les valió riata y no entendieron que no unirse en acción ante los ataques incluso de otras mujeres, ecos de grupos de poder del patio y extranjeros, hacia la Presidenta Castro, también han dañado sus propias hijas y las generaciones de niñas que aún no nacen.
Simone de Beauvoir —una de las intelectuales y activista por derechos de las mujeres más influyentes del siglo XX— habla del feminismo como un modo de vivir de manera individual y de luchar colectivamente; en su obra «La mujer rota” critica a la mujer que es la víctima asombrada de la vida que ella misma eligió, cualquiera sea la dependencia, política, económica o conyugal.
Las organizaciones feministas, casi todas han callado, por supuesto, hay brillantes excepciones como el “Premio Tulipán”, la histórica defensora de la vida, Berta Oliva, el resto se quedaron atrapadas en un “elevador”, no fueron capaces de comprender el momento único, inédito y estratégico para empoderar a la mujer, su importancia social, sus derechos económicos y humanos, desde la Presidencia de la República.
Reflexión
EL LIBERTADOR
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Tegucigalpa. Diez centímetros de tacón son suficiente para elevar presencia, falda ajustada perfectamente alrededor de la cintura y a la altura de la rodilla, coqueteo pero no vulgar, un escote no demasiado provocador, quizá huele a Cartier o 5th avenue, labios delicadamente carmesí, camina con seguridad, con la costumbre de la elegancia diaria; internamente sólida, formación política más la intuición natural para oler la noticia, podría prestar ese conocimiento al servicio de la sociedad, pero ha decidido ser otra cosa, una inteligencia menor de mandadera; niega lo que podría ser y ya no será, su costumbre religiosa la manda servir a los hombres, hombres malos, someterse, ponerse ella solita el grillete apretado al cuello… 1,2,3 ¡Estamos en vivo! Y con mueca maldita se ríe y se burla de otra mujer, ignorando el dañó a sus propias hijas y a las generaciones de niñas que aún no han nacido, ve una presidenta, la primera, pero ella está ciega, mira a través de la mirada de los hombres y critica estupefacta lo que ella misma eligió como mujer social, se revuelca en la bajeza de sus pasiones más básicas. Terminó la transmisión, el jefe se acerca, pone la mano tibia sobre el hombro y la felicita, ella no puede sonreír…


Doña María Josefa Francisca Úrsula de la Santísima Trinidad Lastiri Lozano viuda de Travieso de Morazán, símbolo de patriota que el poder intencionalmente ha querido desaparecer, pero jamás debe ser una figura decorativa para la mujer hondureña; no se puede hablar de la gesta morazanista sin ceder el espacio a Doña Josefa, no es una historia bobalicona de amor, la unió con su amado héroe un compromiso de grandeza política, de libertad, de alta escala intelectual e ideológica, dejó al servicio de su esposo todos los recursos para la gesta histórica de la unión centroamericana, hasta llegar a la pobreza al final de su vida por ese objetivo de formar una “Patria Grande”, fue consejera sabia de las empresas del paladín, estratega en los pasos, leal en el corazón y la razón. Muy lejos vuelan moscas, que aprovechando las gestas de estas mujeres han desperdiciado los sacrificios de las grandes damas, conformadas al servilismo, siendo en su mayor de las ambiciones llegar a ser “primeras damas”, nunca la toma del poder, muñecas rotas por dentro con mentalidad de segundonas.


Son esas mismas las que critican y hasta se asombran de las desgracias sociales de la mujer hondureña, pero son ellas las que a diario defienden ante las cámaras y todo foro a los hombres más bajos de los partidos políticos, autores de la desgracia nacional, creadores de la máxima: “La pobreza tiene rostro de mujer”.
No es casual que para Zeus, su hija amada Atenas, que nació con la balanza y la espada en la mano, fuera también su mayor preocupación, diosa de la sabiduría y la guerra, la mitología y la realidad siempre han retratado la grandeza de las mujeres y su rol social, dadoras directas de vida que les da la capacidad de la trascendencia que el hombre no puede, todas las culturas han rendido culto a esa poderosa naturaleza femenina.


El espacio de la mujer en la sociedad nunca fue dado, siempre representó una conquista, aún se siente el calor en la hoguera de Juana de Arco, los poemas de Pizarnik, los gritos de las Madres de la Plaza de Mayo y las cacerolas en Tegucigalpa exigiendo poder votar. ¡Cuánto camino!


Cuando la Presidenta Castro subió al anfiteatro del mundo –el más alto estrado de la ONU— representando, en primer lugar, el 53 por ciento de la población en Honduras, también tomó el espíritu de millones de mujeres que lucharon por un momento histórico como ése, de pie hablando a todos los líderes del planeta, sin la huella de la corrupción bajo sus pies; sin embargo, no había bajado cuando las almas atormentadas y seres infames como Maribel, Johanna, María Antonieta, Suyapa, Luz Ernestina, ¡y tantas ciegas más y tantas taradas más!, que hacen fila para destrozar a su igual en la historia universal y hondureña de la marginación y sufrimiento femenino, como serpientes enrolladas mordiéndose entre ellas mismas, atragantadas con su veneno fermentado en envidia, en bajeza y en mediocridad de saberse lenguas alquiladas, vanos ecos de los malos hombres del partido y del grupo de conspiración que busca quitar a la presidenta y su legado; cables de conducción de hombres perversos de la política y del crimen contra el pueblo hondureño, disfrazando ignorancia y mostrando estreñimiento mental en una supuesta “oposición política”, pero guardan en el alma la misoginia, se odian a sí mismas, el desprecio hacía la mujer por ser mujer. Así como el periodista que, sentado en su sillón, defendiendo a una sola mujer (de su conveniencia política) debe recibir en la cara el reclamo de otras, ante sus despectivos y despreciables comentarios de “ella no manda” y ahí queda nuestro amigo, hecho un guiñapo en su propio programa, “Atrapado y sin salida” escribiría nuestro Director.


Las organizaciones feministas, casi todas han callado, por supuesto, hay brillantes excepciones como el “Premio Tulipán”, la histórica defensora de la vida, Berta Oliva, el resto se quedaron atrapadas en un “elevador”, no fueron capaces de comprender el momento único, inédito y estratégico para empoderar a la mujer, su importancia social, sus derechos económicos y humanos, desde la Presidencia de la República, pero no, entre no saber si acompañaban al gobierno, se unían al poder que siempre la redujo o debían ser auditoras y, en ese encierro, la parálisis llegó, el tiempo avanzó demasiado rápido y la historia siempre juzga con cabalidad el papel, por fin llegó el tiempo de no ser tibias y lo fueron, por miedo por billete y por pereza, dejaron sola a la mujer presidenta, recibiendo todo el odio y desinformación de la prensa tradicional e internacional, ataque de noticias falsas día y noche desde antes que asumiera el cargo, un plan de conspiración para botarla del Gobierno traducida en un agrio y destructivo discurso machista dicho por las propias mujeres de la oposición (machismo: cuando ser hombre está mal entendido y se presenta como enemigo de la mujer).


Quizá, algún día cuando ya no sirva de nada usen el ejemplo de la Presidenta para hacer algún proyecto sobre cómo las mujeres son atacadas cuando asumen el poder. Pudiendo alcanzar la gloria, se conformaron con ser esclavas de extranjeros y la servidumbre de los hombres políticos más sucios de este país y de los enemigos extranjeros de nuestra Nación, muchos hombres y una mujer enfrente atacando día y noche.
Antes que los Estados Unidos, Honduras llevó una mujer presidenta, la imagen de Claudia Sheinbaum y Xiomara Castro, alcanzando el mayor honor para una ciudadana en un país será inmortal, pero como todos los momentos importantes las sociedades no están listas, ni las mujeres estaban listas en Honduras ¡Era su maravillosa oportunidad! Deben pasar las décadas o siglos para que se pueda comprender lo que hoy se vive, no solo es el hecho de ser mujer, es la conquista necesaria para la evolución nuestra como sociedad, pues estamos interconectados en nuestras celular y espíritus, cuando algo está bien dicho es mejor dejarlo así, en palabras de John Donne: «ningún hombre es una isla» Ningún hombre es una isla, ni se basta a sí mismo; todo hombre es una parte del continente, una parte del océano [a part of the maine]. Si una porción de tierra fuera desgajada por el mar, Europa entera se vería menguada, como ocurriría con un promontorio donde se hallará la casa de tu amigo o la tuya: la muerte de cualquier hombre me disminuye, porque soy parte de la humanidad; así, nunca pidas a alguien que pregunte por quién doblan las campanas; están doblando por ti. Avanti.
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