Criminales aventureros que maquinaron y ejecutaron el golpe de Estado contra los hondureños, siguen dando órdenes en privado, hurtando dinero y, otros, los más descarados hasta intentan llegar a la presidencia, se articulan en sus medios de comunicación, oenegés y con financiamiento internacional, complacientes aplauden las injerencias de Laura Richardson, incapaces de pensar por ellos mismos, todo cambio distinto a jefes los incomoda, la ciencia les estorba y el desarrollo de los empobrecidos les da alergia.
Que palurdos como Micheletti o Romeo aún estén en libertad es récord mundial, ¿entienden porqué no viene buena inversión extranjera? Porque, aunque no lo entendamos con la cabeza en honduras (Eeeyy busquemos otro nombre, Guaymuras o Hibueras, ejemplos, nada más), el asunto es que más allá de nuestras montañas hay civilizaciones modernas, verdadero sector privado, donde la justicia no duerme, las ideas modernas evolucionan y el derecho internacional ve a nuestro país flojo contra criminales de alto rango que, aquí, son modelos de ciudadanía y, en otro país, son condenados por narcotráfico y los golpistas están encarcelados.
Reflexión
EL LIBERTADOR
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Tegucigalpa. Antes que el despertador de un día normal suene, cerca de las 7:00 de la mañana, una mano inquieta presiona la pierna: “¡Despertáaaa hoombree, putaaa, amanecimos en un golpe de Estado!” y con esa terrible zozobra sin desayuno en la panza, entraríamos a un huracán que duró demasiado, la máscara de la muerte se llevó la vida de demasiados amigos, destruyó los débiles muros de lo que quisieron llamar “democracia” y se instaló la brutalidad, la sinrazón, corrupción y los planes macabros de asesinos seriales. Tanques militares, macana policial y gas pimienta del más tóxico, fueron pan diario contra los hondureños que salieron a defender la Patria, mientras ellos celebraron y bebieron en los cráneos de los muertos. Hoy, la justicia con el brazo amputado, no los puede alcanzar, y ya van 15 años.
¿Has visto alguna vez apagarse una vida? un mentor de generaciones caía frente a mí, aquel hombre se desplomó y los torrentes de rojo carmesí corrieron, muy rápido sobre el caliente pavimento, después del ruido del fusil solo hubo un silencio de mal presagio, incomodo silencio, en mi iris la ultima imagen es aquel señor en el suelo, desangrándose, como si fuera cualquier cosa desangrado y el brillo de los ojos se va apagando, apenas unos momentos gritaba “¡avancemos!” a mi izquierda, ahora no habla, ahora ha muerto. ¿Qué debe sentir un muchacho al ver eso? Una bala policial, pagada con los impuestos de ese hombre, le despedazó en segundos el pensamiento diario de un ser humano y todos los sueños de libertad, lo asesinó. “Ni olvido, ni perdón”, entonces tiene sentido.
Almas inferiores, depravadas, claro que las hay, siempre han estado bien con el dolor de los demás, amorales (nunca la han tenido), son de esos que la psicología afirma ya nacen mala gente, desde el vientre son paralíticos en espiritualidad, esos seres piensan que asuntos de la muerte de alguien que no conocen es sin importancia, tienen un hueco en el pecho donde debería latir un corazón, por sus venas no cruza sangre y el cerebro no es más que una calculadora para determinar cuánto ganarán con un negocio sobre el cadáver de quien sea, como sicarios contando los billetes malditos de la paga. Hace 15 años, el capital soltó sus perros y ellos salieron a matar, casi dos décadas después, tenemos un derrotado general como Romeo, cobrando deuda política, aunque sea solo el esqueleto de un hombre, aún camina y lo usarán hasta donde el cuerpo aguante.
Hoy, la estructura que fraguó el golpe de Estado contra los hondureños y terminó de quebrar las débiles instituciones públicas (institucionalidad, le dicen algunos) sigue mandando, hurtando dinero y otros, los más descarados hasta intentan llegar a la presidencia y, si no ganan siempre ganan muchos millones de lempiras (ganar ganar, je,je,je,je, éstos si le entienden al trámite), aún se articulan en sus medios de comunicación, oenegés y con financiamiento internacional, extasiados y complacientes aplauden las injerencias de Laura Richardson, incapaces de pensar por ellos mismos, hasta el pensamiento lo han importado, todo cambio los incomoda, la ciencia les estorba y el desarrollo de los empobrecidos les da alergia.
Que gentecilla como Micheletti o Romeo aún estén en libertad es récord mundial, intrigando, conspirando en contra de Honduras, debería ser suficiente vergüenza para el poder judicial que es el gran ausente en esta historia criminal, escandalosa por la inimaginable colección de muertes y robos del erario a lo pendejo hasta con el sol del mediodía cuando el verano no deja espacio la obscuridad, sin justicia el país no podrá avanzar, la división social no terminará, solo la justicia y el castigo a los criminales del pueblo marcará el principio generacional que sanará las venas reabiertas en 2009 y, claro está, como dice Julieta, la historia no comienza con el golpe de Estado, pero al menos si estos criminales pagan, algo comenzará a curarse en el tejido social de este sufrido cuerpo que se llama Honduras.
Y, en este enorme teatro cósmico en el que vivimos, nos toca seguir hablando con grupos y bloques delictivos como si fuera gente decente, en la máxima expresión del cinismo siguen apareciendo en papeletas de elecciones y encima lo pagamos, se les llama líderes, políticos o empresarios y las pruebas abundan de los infinitos crímenes cometidos contra la sociedad hondureña, antisociales con poder y dinero que, además, se creen dueños de la moral y la virtud, hablan en los foros con más altanería que el verdadero virtuoso; descarados bendecidos por la iglesia, invitados habituales del medio y el periodista cómplice, los protege el ejército y las relaciones publicas se las lleva la prensa tradicional, esas empresas de desinformación que si les pagan no dudarían en transmitir el asesinato de Cristo.
Periodista hipócrita, que tonto no es, pero la cobardía es el traje que mejor le queda, jamás ha conocido el Periodismo, pero habla con gritos como si creyese que guió la mano de Aristóteles cuando escribió “Ética a Nicómaco”, discutiendo que sí 45 años de prisión para un tipo que tomó el destino del país por 12 años es poco o mucho ¡Por Dios! Un día que le hubieran dado, es un tipo que gobernó el país por más de una década y es enjuiciado y sentenciado por narcotráfico en otra nación ¿Parece cosa menor o chancleta de hule en mercado? Luego se preguntan que dónde quedó la inversión, se pegan en la cabeza queriendo saber el porqué nadie quiere venir a esta isla desordenada y sin controles, donde el ladrón discute y pone en duda la palabra del hombre íntegro. No solo es Juan el problema, es que durante ese tiempo tuvo la oportunidad de contaminar todo lo que tocó, como Midas, pero al revés, convirtió en mierda todo lo que tocó, no en oro ¿Cuántos empresarios? ¿Periodistas y dueños de medios de comunicación? Son acaso esos que salen corriendo hoy a las calles a decir que “ya no aguantan” este gobierno.
Los años han pasado y solo nos queda recordar los muertos, todos los de hoy por ley natural también moriremos, pero antes, como población consciente de que el futuro bueno se construye en el presente, sabemos que no juzgar a los golpistas y demás criminales impide que el mundo nos mire con respeto y confianza, porque hay civilizaciones modernas más allá de nuestras montañas, donde la justicia no pasa echando la güeva, donde las ideas modernas y distintas han evolucionado. Todo eso ocurre, aunque no lo creamos, por estar con cabeza en honduras (debemos buscar otro nombre, a propósito, Guaymuras o Hibueras, ejemplos, nada más).
Nos gusté o no, estamos obligados a seguir empujando los cambios de fondo, hasta obtener la justicia que debe ser pilar del progreso económico y social, no tendremos recetas mágicas, ni fórmulas copiadas de otras regiones, pero sí encontrar nuestro propio camino, nuestro destino remoto (que ya lo hemos comenzado), pero debemos llegar al Estado de derecho sólido, que garantice lo que ya está escrito “todos somos iguales ante la ley” y que no venga ninguna vieja a decirnos con quién debemos ser amigos en los países del mundo. Solo así nos adueñaremos de nuestro destino como raza, sin esperar nada de afuera, ni de ningún extranjero, arraigados solo en nosotros mismos, con sueños y proyectos colectivos y comunes como pueblo hondureño. Avanti.
Entonces cúmplase.
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