UN DÍA COMO HOY, 5 DE JULIO, CAYÓ ISY OBED, PRIMER MÁRTIR DE LA RESISTENCIA; AÚN SIN JUSTICIA

Isy Obed Murillo Mencía supo, a sus 19 años, que la labor de los jóvenes es vital para impulsar el desarrollo de la sociedad y comprendió que las causas sociales se deben defender aún a costa de la propia vida. Así describió al primer Mártir de la Resistencia este rotativo, en julio de 2009 y, quince años después, enviamos una vez más a Honduras y el mundo, su historia.

Hace 15 años, también, se realizó la histórica marcha del 5 de julio que quedó en la memoria de patriotas. Lo que Isy Obed no anticipó, es que el fatídico golpe de Estado que le costó la vida, fue la antesala a la decadencia del Estado de leyes hasta que se instaló un narcogobierno que dejó más 70,000 asesinatos en el país y, hoy, su muerte continua impune, no hay castigo para militares golpistas.

Redacción Central / EL LIBERTADOR

Tegucigalpa. “Un proyectil militar apagó una vida en la resistencia del país, el 5 de julio de 2009. Ese día, el Ejército reprimió con balas y bombas lacrimógenas a los miles de hondureños reunidos en el Aeropuerto Internacional Toncontín, al sur de la capital, para recibir al presidente Manuel Zelaya”, asi inicio la crónica que este rotativo escribió sobre el primer Mártir de la Resistencia, Isy Obed Murillo, que hoy, 15 años después de su asesinato, sus hechores intelectuales siguen sin pagar.

Aquella crónica los hechos detrás de la gran marcha del 5 de julio, hoy conmemorando 15 años desde entonces. El mandatario, depuesto por las armas una semana antes, volvía al país tras obtener el apoyo internacional, sin embargo, el dictador Roberto Micheletti instruyó a la Dirección de Aeronáutica Civil no permitir el aterrizaje de la aeronave en que viajaba Zelaya.

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Foto panorámica de inmediaciones del Aeropuerto de Toncontín.

Cuando la multitud vio que la nave se acercaba, corrió a apostarse en la valla de protección de la parte sur de la pista. Entonces los soldados dispararon balas reales y granadas irritantes.

Entre la gente estaba él, lsy Obed Murillo Mencía, de 19 años, junto a su padre, José Murillo, un pastor evangélico, y tres de sus 11 hermanos. Durante las ráfagas, Obed recibió un disparo de fusil M-16 de los soldados. El impacto fue en la cabeza acabando con la vida del joven ante la agobiada mirada de los manifestantes.

JOVEN JUSTO
Isy Obed nació el 19 de abril de 1990, cuando ocurrieron los hechos apenas contaba con 19 años. Su lugar de origen era Santa Cruz de Guayape, Olancho, pero residía con su familia en la colonia Villeda Morales de la capital hondureña. Sus más allegados atestiguan que fue un joven sensible al dolor ajeno y presto a colaborar cada vez que fuera necesario.

Pancarta de Isy Obed elaborada por «La Resistencia» hondureña.

Desde niños narran que despertó el sentido de justicia social y siempre se opuso a las injusticias, por ello, pensar en cosas como la mala distribución de las riquezas que aún hoy, a 15 años desde su fallecimiento, mantienen sumergidos en la miseria a una abrumadora mayoría del pueblo hondureño.

En el contexto del golpe de Estado y la criminalización de las protestas, que ese 5 de julio significó el primer mártir, este rotativo acompañó a la familia en el sepelio de Isy Obed, en Santa Cruz de Guayape, unos 140 kilómetros al oriente de Tegucigalpa. “Era un muchacho sano, amable, luchador y carismático, siempre estuvo dispuesto a quitarse la camisa por un amigo”, recordó entre lágrimas e impotencia Silvia Mencía, madre del joven.

Y cuestionó que “a los hijos de los ricos que andan protestando por lo ilegal los protegen, mientras que a nosotros nos agreden y lo peor es que ahora me han quitado a mi hijo”. El muchacho era el sexto de 12 hermanos y estudiaba segundo curso de ciclo común en el instituto 21 de febrero. Por las tardes trabajaba en la bodega de un supermercado.

GOLPE LO MATÓ
El 5 de Julio, Isy Obed se levantó temprano para ir junto a su familia a la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM), para luego partir con miles de compatriotas al aeropuerto capitalino, donde aguardarían pacientemente por el expresidente Zelaya.

Prueba que Diario La Prensa modificó la fotografía de Isy Obed Murillo, reconocido como primer mártir de la dictadura.

Las horas pasaron, con ellas el aumento de la ansiedad por el retorno del exmandatario. Lo que el joven quizá nunca imaginó, es que una bala de los golpistas le quitaría la vida. Es una lástima, pero la historia confirma que la batalla por los pueblos ha sido escrita con sangre, familiares y amigos reclamaron justicia que no llegó, aún cuando 15 años pasaron y el depuesto presidente Zelaya retornó al poder, aunque en calidad de coordinador ya que es su esposa, Xiomara Castro, quien ostenta la jefatura del Poder Ejecutivo.

Este rotativo citó: “El llamado es para la comunidad internacional, porque el golpe de Estado sólo ratifica que el comisionado de Derechos Humanos, Ramón Custodio López, el pleno de la Corte Suprema de Justicia y el Fiscal General y Adjunto, Luis Ávila Rubí y Roy Urtecho, de forma respectiva, se han plegado a los intereses de la gran empresa”.

La muerte de Obed y la de decenas de mártires, sea en protesta contra el golpe de Estado o durante los años de la narcodictadura, reflejan el fuerte apego y amor de estos luchadores para con su tierra y el sentido de justicia social.

“Con ustedes hablo, enemigos del pueblo y de la libertad”, les repite Francisco Morazán a los conservadores que controlan el poder y hace ya siglos quiebran toda acción que busca el desarrollo de los hondureños y de Honduras.

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