A los 100 días de la “nueva patria”, Honduras sigue siendo un hervidero de problemas por el dominio de los grupos económicos que desprecian a los nacionales. Los cimientos del “Gobierno Libre” son los mismos del sistema que puso al narco en presidencial, quienes forjaron esta base siguen “tan poderosos” como siempre, y la escuadra es tutelada por Jorge Canahuati y su aparato antisocial, todavía resuenan las palabras de Hugo Llorens, diciendo que él es “el peor obstáculo para la democracia”.
“Jorgito”, como le dicen los temerosos que lo rodean, destruyó el legado periodístico de su abuelo, el imperio de Opsa tomó una visión donde el dinero se sobrepone al periodismo y no como genialidad empresarial, pues la dirección de la empresa siempre coqueteó con los gobiernos, y la ciencia de la psicología tiene una explicación, el mercader tiene un profundo trastorno de personalidad antisocial sin arraigo con los que están fuera de su círculo.
Aún con ese marcado comportamiento y con abundancia de evidencias de que ha sido clave para instalar y sostener dictaduras (primero Micheletti y luego Juan), la Sociedad Interamericana de “Prensa” (club americano de prensa tradicional) le otorgó la presidencia, aunque Canahuati Larach nunca ha estado tras un teclado, su vida nunca corrió peligró como sí lo vivieron casi un centenar de comunicadores asesinados por dedicar su vida al Periodismo.
Reflexión
EL LIBERTADOR
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Tegucigalpa. Ese sentimiento sutil y de relativa calma, que se percibe en el ambiente, justo antes de que se desate la tormenta, se profesa en el país. Todos murmuran lo que pasará en cafés, avenidas y bulevares, pero nadie lo dice abiertamente. Hay miedo. El epicentro del terremoto será Casa Presidencial y habrá tsunami, y réplicas sísmicas que se sentirán en el continente. Se advertía que la clase gobernante en Honduras era la más atrasada y violenta, ignorante e inculta, pero para entenderlo realmente, pasarían unos días después. Cuenta el defenestrado que su puerta se partió en dos, para darle paso a aquella quimera palestino-estadounidense-hondureña, se comenta que la frase fue: “Si queremos te quitamos en 24 horas, te quitamos”. Y bastó una manotada sobre la amplia y sólida mesa, para que el sombrero fuera sacado del país, un 28 de junio de 2009. La amenaza se cumplió.
Un 21 de abril de 1956, en algún lugar de Chicago, Estados Unidos, nacería el pequeño Jorge Shibli Canahuati Larach, posteriormente vendría a Honduras para estudiar su secundaria en el Instituto experimental y católico La Salle, en la norteña ciudad de San Pedro Sula, aunque obviamente volvería a su país de nacimiento para estudiar en la prestigiosa universidad de “Louisiana Tech University”. Según el Manual de Diagnóstico de los trastornos mentales (DSM-5), una persona bajo estas condiciones podría desarrollar un trastorno de personalidad antisocial (eje 2), obviamente no tendrá arraigo hacia ningún país y quizá pueda desarrollar empatía con su familia o personas similares, el resto del mundo deja simplemente de existir, no hay interés en el bien común y obviamente, son excesivamente egocéntricos. ¡Ummm! Parecen coincidencias ¿o es solo la ciencia?
Honduras era –sigue siéndolo– un hervidero por el dominio de grupos económicos extranjeros sobre los nacionales, juntas sanguinarias militares comandaban el poder político y surge un enorme grito: “Sin reforma agraria, no se desarrollaría la industria, ni un sistema financiero”, es don Jaime Rosenthal y don Edmond L. Bográn, surgiendo como nacionales a exigir justicia y derechos, por ello serían perseguidos, no sin antes fundar medios de comunicación para masificar sus incendiarias posiciones; en la actualidad a don Jaime los grupos modernos económicos del país, jamás le perdonarían su digna postura: “Yo no soy golpista”, dejaron de apoyar sus medios de comunicación y moriría con un juicio pendiendo de él. En el mismo contexto un hombre no menos importante sería el soporte de sus amigos Jorge J. Larach, en la ausencia de éstos –cuentan– pagaba las planillas de La Prensa y finalmente sería el fundador de Diario El Heraldo en 1979. Aún se ve la imagen de don Jorge empujando un busito malo (rojo), frente al San Felipe, comprando pan y café para sus trabajadores. Pero de todo lo hermoso, siempre nacen plantas malas…
Nuestro Jorgito (como le dicen cariñosamente los que le tienen miedo), creció lejos del dolor de las dictaduras, el esfuerzo de los padres fundadores, los ideales de la roída bandera, el sudor del trabajo honesto, apenas tenía 8 años cuando se fundó La Prensa y era un ferviente joven de 23 años corriendo en los prados de universidades gringas cuando se fundó El Heraldo. Inició en Grupo Opsa (conglomerado El Heraldo, Prensa, Diez, GoTv, Estilo y Honduras Tips), como asistente en el departamento de publicidad y luego sería el gerente de esa área, lejos del calor de los reporteros y la ansiedad de la primicia de los periodistas, teniendo una visión un poco más reduccionista sobre los medios de comunicación: dinero. En lo que sin dudas ha sido excelente convirtiendo el sueño del abuelo en una maquila noticiosa, distante del periodismo.
Sabemos, desde la administración de empresas, que la personalidad del gerente se impregnará en las decisiones administrativas y así fue. Los cercanos a Jorgito y que han sentido su personalidad iracunda, no ponen en duda la disposición del empresario en invertir en sus medios y buscar innovar en los productos, siguiendo parámetros administrativos clásicos, solamente olvida que los medios de comunicación viven de un intangible: la credibilidad. Cuando un rotativo pierde ese recurso, no importa cuánto se innove, llegó el tiempo de cerrar.
Ya alejada la figura de aquel niño y siendo un hombre, Canahuati Larach comenzaría la expansión de la maquila mediática a toda costa, siendo Opsa el centro de promoción de todas las inversiones importantes: Pizza Hut, Kentucky, Embotedallora de Sula (Agua Azul, Aquafina, Pepsi, Seven Up, Mirinda Naranja, Mirinda Uva, 7Teen, Enjoy, Adrenaline, Gatorade, Quanty, Link, SoBe Energy, Té Lipton envasado), Laboratorios Finlay. Ya el Kingpin de Honduras se había formado, el “Todopoderoso” haría lo que fuera necesario para ser el zar de los medios tradicionales de comunicación, los anhelos del viejo J. Larach, fueron sustituidos por páginas amarillas que contenían mentiras, crimen y mucha publicidad.
En noviembre de 2007, el Gobierno del entonces presidente Manuel Zelaya, denunciaría a Jorge Canahuati quien a través de La Prensa y El Heraldo, sostendría una campaña en contra del Gobierno por 20 meses seguidos, éste no permitía hacer negocios con el Estado; el Secretario de Defensa Arístides Mejía, denunció que se abriría una investigación contra Jorgito, ya que durante la administración del presidente Carlos Flores (1998-2002), se hizo una compra irregular de armas al Estado, por un costo de 300 millones de lempiras con la representación de la empresa italiana Fabbrica D`Armi Pietro Beretta S.P.A. Tiempo después, en 2009, Manuel Zelaya sería sacado del país mediante un golpe de Estado. Opsa apoyó la dictadura de Roberto Micheletti.
Canahuati lideraría los medios de comunicación tradicionales a favor del golpe de Estado, llegando a los extremos más horrorosos, como ejemplo, La Prensa borró la sangre del joven asesinado Isis Obed; el mismo embajador estadounidense Hugo Llorens, llegaría a referirse a Jorge en una filtración como “el peor obstáculo para la democracia para Honduras”. En los gobiernos posteriores Opsa seguiría una matriz de amor-odio con los gobiernos, primero ensalzando al que ganaba y una vez que hay un nuevo presidente denunciando los actos de corrupción, titulares rosas en momentos de apogeo y primicias llenas de maledicencia fuera de las esferas del poder. Hace unos días su unidad de investigación publicó en “exclusiva” lo bien que comía el privado de libertad, Juan Hernández, quien durante ocho años fue uno de los mejores aliados de los medios tradicionales.
Aún con su comportamiento y las abundantes referencias de su perfil psicológico y sus acciones, Jorgito se convirtió en el presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa (casi como por burla) y frente a la hipocresía de Unesco, el 3 de mayo 2022 no fue hablar de los riesgos de los periodistas o la libertad de expresión: “Quiero centrarme en la violencia económica, menos palpable que la física, más sutil, pero igualmente destructiva, arrastrando a los medios a un estado de indefensión y debilidad, con graves consecuencias para la vida democrática”, eso fue lo que expresó Jorge Canahuati Larach durante su intervención en el marco del Día de la Libertad de Prensa.
Ayer en un semáforo de la ciudad, una página amarilla volaba y en ella decía “Conozca la bella familia presidencial”, doña Xiomara estaba en la portada sonriente. Presidenta ¿Se acuerda de Alauca? Yo sí.
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