En su obra “Demian”, Hermann Hesse muestra su fijación en la dualidad del hombre y también en la simbología de quienes llevan la “marca de Caín”; para el autor éstos “elegidos” son seres especiales y, en estos arquetipos de la psicología de Jung, entra Miriam Guzmán, el gusano del empleo público que soñó ser mariposa (por ahí va la canción); sus talentos templados al lado del “pez más grande Honduras” son de interés en el nuevo orden, tal cual expertos de la “SS” que luego sirvieron a “gringos” en la Guerra Fría.
De la defensa ambiental a la academia y, de allí, a lo más alto con el extraditable Juan Orlando, que antes de perderlo todo la colocó en el nuevo orden junto a Rina y Efraín a ganar un cuarto de millón en el mes; la compensación fue enorme, después de todo Miriam se plantó frente a los empresarios rivales para cobrar y cobrar, hoy la sociedad cuestiona ¿dónde quedó el dinero al final? Y abre la interrogante ¿la investigarán con la llegada de CICIH o por su nuevo servicio, queda intocable?
Quedó expuesto que esta mujer es alérgica al duro empleo privado, tanto así que se peleó con el Cohep, apoyó el fraude y el genocidio social en 2017, tras la reelección fue la primera en ser juramentada, Miriam, es astuta, desde los 28 años viene aprendiendo la técnica de pegarse a la comodidad del cargo público y como sanguijuela libera toxinas para que la víctima no sienta que está drenándola.
Reflexión
El libertador
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Tegucigalpa. A los 28 años, una jovial Miriam entraba a las acogedoras venas de los empleos públicos, en ese entonces a la Secretaria de Ambiente y, ahí, comenzaba la larga carrera que nunca abandonaría, la cómoda vida del sector público, donde el dinero cae eternamente del lomo del pueblo como savia de palo de coyol en Semana Santa. Como el cáncer, en silencio, asumiría la conducta de la enredadera, crecería y se expandiría por todo el cuerpo hasta infectarlo todo; una carga pesada para las finanzas del hondureño, pero en 1994 aún sentía las ilustraciones de su madre, dedicada a la noble profesión de enseñar, y su padre dedicado al transporte allá en la olvidada y pequeña comunidad de Pimienta, Cortés, al norte del país. ¡Qué lejos llegaría nuestra muchacha! ¡Orgullo familiar, wooow!
Pasaron los años entre cajas polvorientas y el apagado gris que inunda las instituciones públicas, esos relojes que marcan interminables tic, tac y los zombis que ansiosos esperan las 4 de la tarde para asfixiar las calles; ahí creció nuestra promesa, pasando de oficina en oficina, como hierba que rompe el cemento para no morir: Relaciones Exteriores, Comisionado de Derechos Humanos (paradójico), Universidad Nacional Autónoma, Instituto Acceso Información Pública y hasta siendo parte de una organización feminista como el CDM. Seguramente nuestro personaje es alérgico a los duros empleos privados. “Burococo”, diría el maestro doctor Murillo Selva, ese virus incrustado en el empleo gubernamental; si lo sacan, muere en esa terrible y vil llanura, así describió dejar de chupar al pueblo el burococo vitalicio Ramos Soto.
Nuestra abogada de ensueño, desde sus puestecitos miraba a lo lejos lejos poder elevarse y dejar de ser gusano para renacer a otra vida, tal vez, mmmm ¡Mariposa!… (”todo se lo lleva el viento…, dice la canción, traicionera), y así, quizá, entre solicitudes y chistes de oficina volaba el pensamiento “algún día…” presidentes liberales y nacionalistas cayeron y la achicada Miriam ahí seguía, en las costillas de cualquier lugar donde le dieran un lugarcito donde posarse, hasta que ¡bingo!, llegó su momento ¡2013! Año mágico, aparece una seria mujer, interventora del Ministerio Público, confrontado abiertamente a un debilitado Luis Rubí, hombre clave que soportó el huracán del golpe de Estado.
Eran nuevos tiempos y los viejos dioses debían morir, para el nacimiento de los elegidos, Miriam destacaría entre esos. “… Nosotros somos cuatro profesionales del derecho con una limpia trayectoria y tenemos los documentos de lo que allí aparece es cierto, así que todo lo que hemos dicho lo podemos comprobar”, eran las severas palabras de Guzmán acerca del informe presentado sobre el mal manejo administrativo del “gigante Luis”, que con desprecio miraba a la togada.
¡Llegó el merengue y la salsa para la niña de Pimienta! Juan la miró y la invocó que trabajara para él ¿Qué cualidades, qué vibras sintió el “Pez más grande de Honduras”? Dicen que Miriam tiene un carácter franco, que es alérgica a la corrupción ¡Ni quiera Dios! y se jacta de ser “trasparente”, extraño que no haya movido los valores de Guzmán el hecho que Hernández llegara con ruidos de fraude electoral y luego, en el refil de 2017, ayudarlo a cargar los muertos. Moliere nos enseñó la máxima de la hipocresía: “Vuestro escrúpulo, en fin, es fácil de vencer: / estáis aquí segura de un secreto total. / El mal existe sólo en su divulgación. / El escándalo es el que crea el pecado, / pues pecar en silencio es como no pecar”.
Nuestra amiga es dualidad constante entre la luz y la obscuridad –a veces gana más el mundo obscuro– entre querer irse al cielo y adorar a Satanás, pasó luego sin siquiera pestañear al delito de la ilegítima reelección de JOH, a pesar que más de 30 personas fueron asesinadas, algo que para nuestra “chica mariposa” no presentó ningún inconveniente, con su moral y sus altos estándares anticorrupción y, por supuesto, valores cristianos incluyendo muro judío, culto y misa. Dato curioso es que fue la primera secretaria en ser tomada por Juan en su segundo periodo. Pronto seria conocida en ambientes del capital como “la marera del SAR” o “la Chapo Guzmán” por su insaciable capacidad de recolectar fondos para el infinito estómago Orlandista, la llevó a confrontar a los empresarios del país sin piedad (obviooo no a todos), donde miles de micros y medianas empresas murieron sin contemplación a los pies de la incorruptible.- Dinero, dinero, dinero, es lo que el líder pedía, dinero se le daba. Pero, ¿dónde quedó tanto pisto al final?
Ángeles y demonios pelean el alma de Miriam, muy comparable con “El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde”. Por un lado, estaba la buena funcionaria, convocaba sobre todo a empleados administrativos y les rugía que si alguien hacia un acto de corrupción o recibían “regalos” de los proveedores les “echaría” la Policía Militar, Policía Nacional, Ministerio Publico, Tigres, los Transformers y por cualquier cosa a Batman; además los torturaba haciéndoles ver videos donde según ella, Dios le hablaba sobre la honestidad, sinceridad y la verdad, de pronto… ¡saltaba la locura! Y acusaba a los empleados de no tener esos valores.
La otra Miriam, es más tolerante a la corrupción, sin tapujos, ni preguntas porque las respuestas endosan culpas y responsabilidades, rellenaba de dinero el plan de Juan, por ocho años no escuchó los innumerables delitos, galopante corrupción y abusos de su jefe, tampoco se pronunció cuando Asfura, entonces candidato a la presidencia, donde seguramente se miraba en algún cargo como lo ha hecho toda su vida, fue mencionado por ocultar riquezas en paraísos fiscales “Pandora Papers”. “La chimoltrufia” como ella dice que la conocen, nunca escuchó el juicio de Tony Hernández, ni tampoco como los narcos mencionaban a JOH en sus testimonios. Sin pruebas, no hay delito, afirman los abogados, aunque hechos circunstanciales también son pruebas para condenar y estar cerca de la miel es más que una circunstancia ¿Verdad mariposa?
¿Muy inocente? ¿Muy vividora? Quizá estamos frente a un milagro de la psiquiatría, sin embargo, las acciones nos definen, como un tatuaje indeleble que se hace en una tonta juventud y que se oculta en una pícara vejez. Pero, aunque Juan cayó y fue expuesto, esta confundida mujer, pasó de ganar 150 mil a 250 mil lempiras en las entrañas del cómodo Banco Central de Honduras (BCH), apenas superada por unos lempiritas de la hija de Mauricio Oliva, Rina Oliva y Efraín Suárez que ganan 276 mil lempiras, en uno de los países más pobres del continente y oficialmente quebrado. Que, por cierto, demasiado lujo, para tanto perdedor y fracasado que no ha hecho más que hacernos perder dinero, y es que son varios salarios además, no cobran sólo los 12 meses, aguinaldo y décimo cuarto, naaambeeee eso es para jornaleros, Miriam está en la élite de los sueldos públicos, a propósito ¿Cuánto billete seguirá contando Wilito, en bicicleta nueva?
Pero Miriam es lisa como bagre o como la “otra madre” de Coraline, un espectro con botones en lugar de ojos, para poder ver desde su mundo, hábil en la manipulación y estratega para su beneficio, claro, entendiendo su rol de advenediza y no ser bantralina, sin mencionar el repudió de la población, este camaleón de la gestión pública, cuentan que no le niega a nadie el saludo en los pasillos del banco, casi quiere ser invisible y meterse en los cuadros guindados sobre las paredes como describió el genial Knut Hamsun en su libro “Hambre” cuando narra a su personaje principal a punto de ser corrido del hospedaje, con alto grado de inestabilidad emocional, carente de trabajo estable y en la miseria.
¿Quién protege a la veterana Miriam? ¿A quién le sirven los talentos acumulados de la recolectora del crimen? Algunas preguntas no tienen respuesta –por el momento–, lo real es que sí aún le quedan diez meses, seguro la volveremos a ver, ya sea detrás de cajas polvorientas en alguna institución pública o gritando desaforada que Dios le habló sobre la honradez. Guzmán es de esos personajes sombríos, mariposas dispuestas a volar por los jardines del mal por conveniencia y ambición de figurar, tienen las técnicas para atrasar el desarrollo de la sociedad hondureña, engordados por décadas por nuestras finanzas y contagian el cuerpo social más que una “helicobacter pylori”; tienen talentos y el acomodo servil que aman los caudillos, les conviene mantenerlos cerca. Cuando Estados Unidos asesinó al pueblo japonés y se erigió como imperio, reclutó muchos cuadros Nazis, pues los necesitaba en el nuevo orden mundial, torturadores, asesinos, científicos especialistas en sus carreras. Alguien, seguramente necesita los talentos de Miriam en el nuevo y siempre viejo orden. Seguramente… por esta noche, sólo queremos descansar; descansen, los KM (queremos mucho).
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