La exvocera de la extinta MACCIH, Ana María Calderón, ha reaccionado alarmada por el aumento de la corrupción en Honduras durante la pandemia y cuestionó que en lugar de hablar de solidaridad, las élites aprovecharon para hurtar bienes del Estado.
Redacción Central / EL LIBRTADOR
Tegucigalpa.- La exvocera de la extinta Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH), Ana María Calderón, ha dicho que la comunidad internacional tiene en la mira a Honduras por los escandalosos casos de corrupción que se han multiplicado durante la pandemia, situación que debió caracterizarse por la solidaridad y no por el saque de bienes públicos.
Calderón destacó principalmente que “siempre debemos tener presente que la corrupción es un fenómeno que involucra redes de actores poderosos”, y agregó éstas figuras llegan a tener un alcance nacional, pero que a menudo “trasciende mucho más allá de sus fronteras”.
Sentenció que los personajes envueltos en corrupción “esquivan las reglas de la administración pública y económica para su propio beneficio”. Y está situación toma terreno y se afianza con el “Pacto de Élites que penetra las estructuras del Estado y se produce una cooptación de las instituciones”.
Lo anterior afecta directamente a la población porque “trae la inseguridad jurídica, debilitamiento de las instituciones, incremento de la pobreza y de la violencia, así como la afectación del Estado de Derecho”.
Para reforzar lo expresado, tomó como referencia el informe que entre el 2014 y 2018 presentó el Foro Social de la Deuda Externa de Honduras (Fosdeh), donde revelan que la corrupción se apropió y despilfarró alrededor de 258 millones de lempiras del Estado, lo cual afectó de 10 a 12.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). “Imaginémonos este costo tan alto de la corrupción”, reflexionó.
Un punto a favor en torno a lo expuesto por la doctora Calderón, es que al menos “éste fenómeno de la corrupción ha despertado el interés de la comunidad internacional y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), porque los casos de corrupción no solamente no han disminuido, sino que se han multiplicado de manera alarmante”.
Calderón, recalcó que “esto lo hemos visto en tiempos de pandemia cuando se supone que debería haber surgido la solidaridad, el apoyo entre sectores. Pero no, lo actos de corrupción se han hecho mucho más evidentes”.
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