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¡URGENTE! 300 REOS EN RIESGO TRAS PRIMER MUERTE POR COVID EN “EL POZO”

¡URGENTE! 300 REOS EN RIESGO TRAS PRIMER MUERTE POR COVID EN “EL POZO”

Según la vocera del Instituto Nacional Penitenciario (INP), Digna Aguilar, al menos 300 de los 1,559 reos en la cárcel de máxima seguridad, “El Pozo”, estarán bajo estricta vigilancia luego que trascendió la muerte de un convicto que dio positivo a la prueba de Covid-19 tres días después de muerto.

Aunque los datos personales no fueron revelados, se informó que se trata de un hombre de 52 años que no presentaba síntomas y gozaba de buena salud. Al momento de su muerte se dijo que fue a causa de un paro cardíaco, ocho días después se menciona que fue por los efectos del virus.

  

Redacción Central / EL LIBERTADOR

 

Tegucigalpa. “Que Dios los agarre confesados”, advirtió sobresaltada la experta en Medicina Forense, Julissa Villanueva, al enterarse de la muerte por Covid-19 de un reo en la cárcel de máxima seguridad conocida como “el Pozo”, en Ilama, Santa Bárbara, occidente de Honduras.- La reconocida doctora no entiende cómo pudo infectarse una persona que por su condición de privado de libertad está totalmente aislada de la sociedad.

 

Al respecto, la vocera del Instituto Nacional Penitenciario (INP), Digna Aguilar, ha confirmado este martes que “el Pozo” ha registrado el primer caso y deceso a causa de la pandemia Covid-19. Las alarmas se han disparado nuevamente en el sistema carcelario del país, ya que el reo compartía modulo con más de 300 convictos y, además, extraña porque desde hace 43 días se suspendió el contacto de los presos con el exterior.

 

Informó que el caso responde al de un hombre de 52 años, cuyos datos personales no fueron revelados; si dijo que el fallecido guardaba prisión “con unos 300 compañeros en un módulo que no es considerado de alta peligrosidad”. Aguilar explicó que su muerte se registró el pasado 20 de abril y, preliminarmente, se manejó que la causa de muerte fue por paro cardiaco. Ocho días más tarde se revela que fue por coronavirus.

 

La portavoz ha dicho que momentos antes del fallecimiento, el hombre estaba asintomático (sin síntomas de Covid) y veía la televisión, cuando de pronto empezó a sentirse mal y fue llevado por sus compañeros de módulo a la clínica del centro penal; no obstante, en el trayecto perdió la vida.

 

Al día siguiente el equipo forense llegó a recoger el cuerpo para realizar la autopsia en San Pedro Sula, tres días más tarde, se le aplicó el análisis especial para identificar el Covid-19 que, de acuerdo con la vocera del INP, fue positivo. “De acuerdo con la regional de la Secretaría de Salud, la prueba se realizó el 23 de abril y ayer se confirmó que el reo tenía coronavirus”.

 

Amplió que el privado de libertad llegó al centro de máxima seguridad en 2017 y siempre mostró buena salud. Datos de marzo del INP revelan que en “el Pozo” están recluidas 1,559 personas, que ahora pasarán a adoptar los protocolos de bioseguridad.

 

De igual manera el INP ha pedido la intervención de la Secretaría de Salud para aplicar pruebas a los 300 reos e investigar a fondo el caso. A esta hora varios han sido evaluados y no se ha encontrado síntomas del Covid; en los próximos días la población penitenciaria será sometida a exámenes de laboratorio.

 

Lo anterior ha resultado inaudito para la exdirectora de Medicina Forense, Julissa Villanueva (foto), quien tiene varios cuestionamientos en este caso. Como primer punto el departamento de Santa Bárbara sólo cuenta con 12 casos positivos de Covid-19, según la última cifra del Gobierno.

 

En segunda instancia, la doctora Villanueva consulta si el reo tuvo contacto físico durante su última visita o si el virus ha llegado al centro de reclusión por los custodios carcelarios. Cabe recordar que desde que entró en vigencia el estado de emergencia el pasado 16 de marzo, el INP ordenó suspender las visitas en las cárceles hondureñas.

 

A juicio de Villanueva, el país ha entrado en desgracia por falta de visión del desarrollo, y es que valora que “si no es una cosa, es otra”, aquejándose de los incendios, la pandemia, la violencia de país y la crisis penitenciaria como parte de los distintos síntomas de la enfermedad que sufre Honduras.

 

Villanueva lamentó que en coyunturas como la del Covid, “las autopsias son una herramienta vital”; pero, ya que los gobiernos no han tenido iniciativa para invertir en estudios científicos “soportaremos la ignorancia”.

 

La especialista reclamó que las salas de autopsia apenas figuran en el sistema sanitario: “En el Hospital Escuela apenas hay una y está muy deteriorada, no hay medidas de bioseguridad y representaría otro riesgo más para los científicos, entonces ignorancia total y conducta temeraria es lo que predomina en Honduras”, advirtió.

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