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Su causa no es mi causa; la meta común es mi esperanza

Su causa no es mi causa; la meta común es mi esperanza

El periodista Wong Arévalo se ha dado a la tarea de politizar cada actividad que se realiza e intenta por todos los medios posibles desacreditar a este movimiento, trata de tomar cualquier acción pasada, cualquier evento aislado para desacreditar a toda la gente que se manifiesta contra la impunidad y denigrar la meta común, para denigrar la esperanza de la ciudadanía, desestimando la inspiradora acción de los ciudadanos indignados.

 

*Alexandra Hidalgo

 

Como ciudadana hondureña que soy, he participado en todas las manifestaciones sociales contra la corrupción, que han tenido lugar en San Pedro Sula desde el pasado 26 de abril y a raíz de ello he aprendido mucho.

 

En estas manifestaciones, he vivido en carne propia el sufrimiento de la gente. Yo he sido constantemente discriminada por ciertos grupos radicales, la razón: haber participado en las elecciones de 2013 como candidata a la alcaldía de San Pedro Sula con la Alianza Patriótica.

 

Hay quienes consideran esto un pecado y por ello he tenido que aguantar difamaciones, mentiras, calumnias, como si el deseo que tengo de mejorar la calidad de vida de los habitantes de mi ciudad fuese el mayor de los desaciertos. Me resulta interesante que las personas que discriminan de esta manera se presentan de una forma en las redes sociales y de otra en la calle.

 

El asunto se hace peor cuando trasciende a los medios de comunicación y estos discriminan a grupos específicos de personas, dando como resultado una falta de objetividad impresionante respecto a las dinámicas de estas movilizaciones.

 

Mi experiencia me ha hecho entender mejor los ataques que reciben los simpatizantes del Partido Libre, del Partido Liberal y del PAC, así como la discriminación de la que son objeto los nacionalistas indignados por el solo hecho de ser nacionalistas.

 

¿Dónde nos perdimos? ¿Por qué prestarnos a estas conversaciones y debates? ¿Por qué agredir a las personas que tienen su propia causa? Al fin de cuentas cada quien tiene su propia causa y es esa causa la que le motiva a participar en las marchas. La causa por la que algunas personas se mueven no es mi causa, pero la meta común es nuestra esperanza.

 

Esa esperanza despertó pasión en los hondureños a un nivel muy personal y profundo; no se trata solo de la esperanza que abraza cada ser humano independiente sino además, de la esperanza de contar con un sistema de justicia confiable, de combatir la impunidad y la corrupción.

 

Esto va más allá de las ideologías y de las causas, se trata de la esperanza que trae consigo cambios a través de las acciones. Con la iniciativa de los plantones, que evolucionó en movilizaciones sociales, nació la voluntad de darle vida a una meta común que es la CICIH. Las personas que asisten a estas marchas tienen la esperanza de ver resultados concretos, saben que es importante y es lo correcto por hacer. Para algunos esa motivación es más que suficiente, estas personas  quieren hacer una declaración personal construyendo un sistema de valores.

 

Pero, ¿qué tan profundamente las personas están conectadas a la meta común? Esto varía según la persona. Las movilizaciones sociales se han convertido en motivadores poderosos; la mayoría de las personas que asisten a ellas ahora son líderes de concienciación.- Entonces, ¿por qué atacarlas? Muchos son los medios de comunicación que han emprendido una campaña en contra de los miles de ciudadanos que participan en las marchas.

 

Particularmente el periodista Wong Arévalo se ha dado a la tarea de politizar cada actividad que se realiza e intenta por todos los medios posibles desacreditar a este movimiento, trata de tomar cualquier acción pasada, cualquier evento aislado en el que haya participado una persona X para desacreditar a toda la gente que se manifiesta contra la impunidad y denigrar la meta común, para denigrar la esperanza de la ciudadanía, desestimando la inspiradora acción de los ciudadanos indignados.

 

¿Por qué herir el sentimiento de esperanza que los ciudadanos albergan con la instalación de un ente internacional? ¿Por qué insistir todos los días en si las marchas son políticas o no? ¿Por qué cerrar esa ventana de esperanza que la ciudadanía encontró? ¿Por qué matar la esperanza de una meta común que encierra el auténtico sentir de nuestra nación?

 

Al fin de cuentas se sabe que desde hace mucho que no se confía en el sistema nacional actual, y ese es el mensaje que el pueblo envía todos los fines de semana. Las movilizaciones sociales este inspirador movimiento, busca erradicar de la corrupción en nuestro país, lo que conllevaría a mejorar la calidad de vida no de un grupo de poder específico, sino de la población en general.

 

Estando dentro de este movimiento como lo estoy, puedo decir, que la causa de las demás persona puede no ser mi causa, pero definitivamente, LA META COMÚN ES MI ESPERANZA.

 

*Hondureña, activista social, empresaria y analista política.

 

alexandrahidalgo@outlook.com

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