A PROPÓSITO DE LA ARREMETIDA CONSERVADORA CONTRA GOBIERNO DE XIOMARA CASTRO

Gustavo Zelaya, columnista de EL LIBERTADOR.

Se alinean los astros del corrupto régimen del privado de libertad, para mostrar que esa forma de narcopolítica sigue vigente; que tiene capacidad de desestabilizar al Gobierno, que tiene islas de poder en la burocracia estatal y mucho dinero para financiar supuestos opositores; esos que siguen incrustados en el Estado y en grandes sectores de la economía nacional; hasta la aparente ingenuidad política del partido de Televicentro se pone de ese lado.

Incluso, una funcionaria de Naciones Unidas envuelta en nostalgias suspira recordando viejos encuentros oficiales con el narcogobernador.- No les gusta considerar que la arbitrariedad de esos doce años de narcogobierno ha incidido en la condición actual llena de privilegios para una élite y desigualdades para la mayoría.

La incultura política de gran parte de los hondureños y de grupos que parece no entender la realidad política nacional y que exigen mayor radicalidad en las reformas cuando los cambios profundos, los estructurales no ocurren a velocidad de crucero; incluso hay pocas formas certeras de descubrir el ritmo de los cambios.- Dependen de un sistema de contradicciones que incluyen protagonismos, desempleo, descarada intervención foránea en asuntos internos, profunda corrupción en las instituciones de seguridad, entre otros.

Toda esa realidad en donde se mueve el gobierno de Xiomara Castro, realidad amenazante, vulgarizada por los ataques de una oposición que utiliza mujeres para insultar y amenazar a la mandataria y que podría agudizarse por la ceguera e ineficacia de algunos funcionarios; se ve cuestionada en los grandes medios de comunicación que ya no reciben tantos contratos de publicidad y que, fieles a sus amos, no descansan desacreditando al gobierno.

Gustavo Zelaya
Pensador hondureño
EL LIBERTADOR
redaccion@ellibertador.hn

Es trágico y cómico ver cómo se alinean los astros del corrupto régimen del privado de libertad, Juan Orlando Hernández, para mostrar que esa forma de narcopolítica sigue vigente; que tiene capacidad de desestabilizar al gobierno, que tiene islas de poder en la burocracia estatal y mucho dinero para financiar supuestos opositores; esos que siguen incrustados en el Estado y en grandes sectores de la economía nacional; hasta la aparente ingenuidad política del partido de Televicentro se pone de ese lado, los que nunca solicitan que haya suspensión de un debate en el Congreso Nacional y que establecen alianzas parlamentarias con el Partido Nacional, la organización criminal que se mueve al son del lavado de activos; es tanta la saliva que derrama el impoluto y científico líder del partido Salvador de Honduras que se han declarado “reserva moral” del país; tal y como se denominaron los pastores de la Confederación Evangélica de Honduras, los del FONAC en tiempos de Juan Ferrera y Omar Rivera y, por supuesto, el Consejo Nacional Anticorrupción, su eminencia reverendísima “el cardemal” Rodríguez, y otros que se plegaron conscientemente al narcogobierno.

En esa obscura constelación de alentadores de golpes de Estado está la infaltable pandilla agrupada en la Asociación para una Sociedad más Justa con Carlos Hernández y la exrectora Castellanos, analista estrella de la derecha más conservadora, feroz represora de los estudiantes universitarios, que acepta que le digan “doctora”, sin serlo; la que pide en los estudios de televisión que callen a quien le contradiga sus manipuladas cuentas; ahí está el Cohep que exigía no injerencia partidista en la selección de futuros magistrados, los empresarios y los banqueros que sólo aceptan su manipulación en los poderes del Estado.- Ese Cohep que cuestiona al gobierno pero que gustosamente se reúne con funcionarios estatales para presionar, imponer condiciones, ablandar posibles reformas fiscales que no toquen el régimen de exenciones tributarias y que posiblemente van a lograr mediatizar tal propuesta.- En ningún momento puede dejarse de lado que las condiciones de pobreza, el atraso material, la incultura generalizada y la desigualdad sólo han podido profundizarse por el histórico rol desempeñado por la empresa privada y sus sirvientes políticos.

Junto a ellos toda la rabiosa y verborreica jauría de “expertos analistas” de la radio y la televisión; los periodistas de los medios de comunicación que nunca han hecho algo importante frente a frente ni hoy mismo; siempre a espaldas del pueblo y cuyos nombres aparecen en todas las pautas publicitaria del gobierno de la narcodictadura, mencionados en los casos Hermes y Caja de Pandora. Conste, en eso de los medios tarifados no aplican restricciones.- Parecen siameses por triplicado: siempre pegados al arca pública.

Ahora, todos en solidario tropel arremeten contra cualquier proyecto de ley que pretenda reformar procedimientos, formas de contratación estatal, incluso propuestas educativas sobre educación sexual, reformas tributarias.- Son tan conservadores que no les gusta aceptar que son nada más que reformas que no tocan la estructura económica.

Escandalizados, patrióticos, agitados, cachurecos y liberales, las dos alas del partido conservador, y en el coro algunos de los diputados de Salvador Nasralla, exclaman que están contra la pretensión “dictatorial y centralizadora” de esos proyectos; los diputadas y diputados con el sello de anticorrupción en la frente y en su incontinente boca, fingiendo demencia se les olvida que eso era lo que existía en tiempos del narco gobierno de CC-4; simulan amnesia olvidando que desde el Consejo de Defensa y Seguridad al mando absoluto de Juan Orlando, aprovechando el manejo secreto de la Tasa de Seguridad se endeudó al país en más de 200 mil millones de lempiras; y a ellos se les ha unido, o más bien, están siendo dirigidos por la embajadora Laura Dogu y sus tuiter intervencionistas contra el gobierno de Xiomara Castro; incluso, una funcionaria de Naciones Unidas envuelta en nostalgias suspira recordando viejos encuentros oficiales con el narcogobernador.- No les gusta considerar que la arbitrariedad de esos doce años de narcogobierno ha incidido en la condición actual llena de privilegios para una élite y desigualdades para la mayoría.

Es curioso como en público la importante activista política de la derecha local, la embajadora norteamericana, reconoce el derecho soberano de Honduras de establecer relaciones diplomáticas con cualquier país, pero en privado presiona constantemente a funcionarios para que eso no ocurra y, sobre todo, que no se establezcan convenios militares con la República Popular China.

De aquel omnipotente Consejo de Defensa y Seguridad se puede decir mucho más como su papel protector del narcotráfico, como motivo de enriquecimiento de empresas de seguridad y renta de vehículos, y su actividad represiva contra el movimiento opositor a la narcodictadura; pero esos 200 mil millones de lempiras dan razones para pensar sobre cómo se manejó discreta y arbitrariamente la Tasa de Seguridad y el fundamental papel de algunos de los principales financistas del régimen del narcogobernante como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Centroamericano de Integración Económica.- Entes financieros que alegremente motivan gobiernos para que contraten más deuda y presionan para que no se establezcan relaciones con Rusia y China. Parece que la hipocresía política sigue siendo moneda de curso legal.

A todos esos aspectos que parecen desvinculados se le agrega la percepción de inseguridad, los daños al medio ambiente, el trabajo informal, la migración forzada, el problema de los presidios, los femicidios, la necesidad de garantizar incondicionalmente la defensa de los derechos humanos, la incultura política de gran parte de los y las hondureñas; de grupos que parece no entender la realidad política nacional y que exigen mayor radicalidad en las reformas cuando los cambios profundos, los cambios estructurales no ocurren a velocidad de crucero; incluso hay pocas formas certeras de descubrir el ritmo de los cambios. Dependen de un sistema de contradicciones que incluyen protagonismos, desempleo, descarada intervención foránea en asuntos internos, profunda corrupción en las instituciones de seguridad que abarca desde la escala básica hasta jerarquías de mando en la policía; sistemas sociales complejos con elementos propios del analfabetismo, de machismo, protagonismos y otros elementos básicos como la inflación mundial, la lentitud de las redes mundiales de distribución de bienes de consumo, el impacto de la guerra en Ucrania y la irrupción de China y otros países en la formación de la multipolaridad que desagrada a los Estados Unidos y a su nuevo patio trasero que no es más que la Unión Europea, el violento jardín que tanta muerte sigue provocando en América Latina, África y Asia.

Toda esa realidad en donde se mueve el gobierno de Xiomara Castro, realidad amenazante, vulgarizada por los ataques de una oposición que utiliza mujeres para insultar y amenazar a la mandataria y que podría agudizarse por la ceguera e ineficacia de algunos funcionarios; se ve cuestionada en los grandes medios de comunicación que ya no reciben tantos contratos de publicidad y que, fieles a sus amos, no descansan desacreditando al gobierno.

Es complicado y abusivo pretender dar pautas de cómo gobernar pero si es importante encontrar, formar, un equipo de comunicadores que de la cara y diga realmente cuales son los avances del gobierno, en qué benefician a la mayoría del pueblo, que dificultades existen y que hace más lentos los cambios. Lo más seguro es que la mayoría del gremio del periodismo y de relacionadores públicos sean parte de los grupos conservadores, así fueron formados y que eso complique encontrar quien haga bien el trabajo de mostrar los éxitos alcanzados. Algo similar ocurre en el mundo de los economistas locales, educados y forjados en los esquemas neoliberales. Y será mucho más significativo que la misma Presidenta de la Republica impulse y conduzca materialmente, como gran comunicadora, ese aparecer en público y hablarle al pueblo sobre las conquistas y los problemas en su gestión.

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