La guerra de “cúpulas” del Partido Nacional está lejos de terminar pese a los mensajes de “apoyo” a Nasry Asfura que dio el expresidente de ese instituto político, David Chávez, señalando que el presidenciable está obligado a ganar y acusó directamente a otras figuras por haber fragmentado la “estrella solitaria”.
Según el analista José Zuniga, la vigencia del “orlandismo”, la lucha interna y la falta de nuevos liderazgos en la institución, causará “una derrota apoteósica e histórica como nunca se había visto antes”.
Redacción Central / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. El Partido Nacional vive una crisis interna que no ha podido ser disimulada por sus principales dirigentes; así lo evidenció el expresidente del Comité Central de esa institución, David Chávez, quien lejos de dar apoyo incondicional al candidato presidencial Nasry Asfura, lo retó a que si éste tiene que ganar la elección.
Chávez convocó a una asamblea bautizada “pacto de unidad”, pero elevó la voz para condenar que el actual aspirante a alcalde del Distrito Central (Tegucigalpa y Comayagüela), Juan Diego Zelaya, es el responsable de la actual división.
Y, a pesar de los intentos por normalizar la unidad partidaria, incluso reactivando su Convención Nacionalista, a criterio de diversos analistas consultados por este rotativo, el Partido Nacional se encuentra en un momento crítico, incluso dejando en riesgo su propia vida.
Décadas de corrupción, narcotráfico y la incapacidad de transformar la vida de los hondureños –sobre todo por los últimos doce años de gobierno (2010-2022)– ha conducido a un rechazo generalizado, evidenciado en el último proceso electoral primario donde sufrieron una baja de 253,382 votos con relación al 2021 y 464,853 respecto al proceso de 2017.
Los expertos son claros: depuración o cambio y, con relación esta situación, el analista político José Zuniga, expone que la falta de una limpia interna llevará a la institución política a un fenómeno, “que en algún momento se dio con el Partido Liberal, donde sacaron el resultado [electoral] más bajo de su historia”.
Según Zuniga, la denuncia de Chávez puede interpretarse como una estrategia para revitalizar su carrera política, evidenciando una fractura que “puede incluso derivar en un bajón electoral para lo que serían las elecciones generales”.
“Son esquemas y proyecciones dentro del Partido Nacional, hablamos de la falta de solidez y fuerza que debería existir entre las diversas corrientes que existían para estas elecciones primarias; veremos si esto más bien no deriva en una sorpresiva data en las generales que le podría jugar en contra”, señala Zuniga.
Aunque el daño social que causó el Gobierno de Juan Hernández (2014-2022) con la instalación de la narcodictadura –razón por la cual guarda prisión en Estados Unidos– fue severo, sus simpatizantes aún concentran una fuerza considerable dentro de la institución política, algo que recriminó Chávez, pues a su criterio, líderes del partido han “marginado” a las bases.
“En los medios de comunicación nunca se vio ni una consolidación, ni una solidez en cuanto a la fusión de la corriente de Nasry Asfura y de la señora Ana García. Por lo cual, ante ambiciones propias de poder, y al no existir la simpatía ni el apoyo total a la figura de Nasry Asfura, el Partido Nacional podría sufrir de manera pronunciada una derrota apoteósica e histórica”, sentencia el analista.
Zuniga concluye que la falta de capacidad para potenciar nuevos liderazgos dentro del instituto político, además de ser una institución señalada por actos de corrupción, da cabida a un decrecimiento que podría condicionar fuertemente al Partido para próximos procesos electorales.
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