¿Y no es que las ZEDE eran un programa de la “vida mejor”? Y si al hombre ya lo tienen en Nueva York, hasta en la misma celda con un peligroso violador compulsivo, ¿cuál es en verdad el interés de los gringos? ¿Qué esconden en esas instalaciones? ¡Fiscales, vivos! ¡Chivas! No sería locura que esos laboratorios no los permitan en EE. UU. para cuidar a su población ante fugas de gérmenes, virus, bacterias o sepa Judas qué microorganismos en fases de investigación, potencialmente dañinos para seres vivos.
Nos falta transitar más camino como hondureños para borrar el mote despectivo creado por los gringos de que somos “banana republic”. Estamos avanzando, por supuesto, con gestos dignos como el de la mayoría de magistrados que eliminaron las ZEDE, pero nos falta mucho que recorrer como sociedad. Lo primero es quitarnos esta lacra de politicastros haraganes, mediocres, arrastrados y traidores; debe limitarse por ley a dos períodos alternos para la misma persona en el Legislativo. Y ya es mucho.
Reflexión
EL LIBERTADOR
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Tegucigalpa. – Si ustedes, magistrados, eliminan las ZEDE, les quitaremos la visa y no podrán entrar a mi país. ¡Oyeron!, gritaba histérica la periodista María Elvira Salazar, que no conoció el periodismo, pero sí la técnica del zancudo o del piojo: cómo vivir chupando el lomo del pueblo estadounidense negociando chambas públicas en Washington, al módico costo de odiar y atacar su sangre cubana. ¿Eso habrán querido los padres, don Héctor y doña Marta? No terminaba María de tragar la amarga hiel, cuando saltó del monte otro gusano igualito, un tal Erick Briceño, que quería ser “presidentito” en el tres por ciento de la tierra de Roatán, una de las tres superficies que forman el departamento Islas de la Bahía, donde montó la ZEDE Próspera con la ayuda del hombrón de Gracias; pues, Briceño, como camaleón, se cambió el apellido a “Brimen” (está escrito en documentos), ya saben, por eso de los complejos de inferioridad de ser venezolano o cubano y buscar que te paren bola los grupos radicales de Miami, la mayoría latinos por accidente y “gringos” por estómago, oportunismo y pereza.
Pero no a todos les agradó que la mayoría de altos jueces defendieran la soberanía nacional. Ahí anda desquiciada aquella abogada que se pelea hasta con los guardias en el Congreso Nacional cuando le piden revisión, como a todos, pero ella se pone furiosa porque se siente “excepcional”. Será que le han dicho que es la encarnación de la diosa egipcia de la fertilidad, la magia y la Luna. Eso sí ¡Cuidadito! No se confíen por la apariencia seca y enjuta; esa anciana admite riéndose con ojillos malévolos que tiene ingresos anuales de al menos 25 millones de lempiras como defensora de grandes corporaciones carroñeras; la Willy Wonka hondureña, con sus grandes lentes, detecta dónde hay billete gordo y, si no, pregúntele a Erick Estrada cómo lo puso claro cuando llegó a visitarlo como madre del pueblo y sin mucha paja le cobró 100 millones que el Estado adeudaba a su representada. Y nadie sabe por qué, pero está muy arrecha con los magistrados que eliminaron las ZEDE porque son un delito constitucional y venden por pedazos nuestro territorio. Y como si fuese la mayor activista por la vida de los hondureños, dice que eso es “show” (espectáculo, es la palabra en castellano), que hay que pensar en los hondureños empobrecidos que se mueren de hambre. ¡Es larga!
Aquí hay algo que no encaja. No miro bien porque ya tengo los lentes vencidos y me falla la memoria. ¿Cómo es eso que las ZEDE le quitan el sueño al Departamento de Estado y a la Cámara de Representantes y hasta hizo que Biden terminara en el suelo de la contienda electoral contra Trump? Que alguien nos explique. ¿Y no es que las ZEDE era un programa de la “vida mejor”? Y si al hombre ya lo tienen en Nueva York, hasta en la misma celda con un peligroso violador compulsivo, ¿cuál es en verdad el interés de los gringos? ¿Qué esconden en esas instalaciones? No les extrañe que de ahí han salido esos zancudos letales que matan a cualquiera de la noche a la mañana. Dicen algunos gringos ricos que en la extinta ZEDE de Roatán están haciendo experimentos y que están buscando la “fuente de la juventud”.
¡Fiscales, vivos! ¡Chivas! No sería locura que esos laboratorios no los permitan en EE. UU. para cuidar a su población ante fugas de gérmenes, virus, bacterias o sepa Judas qué microorganismos en fases de investigación, potencialmente dañinos para seres vivos.
¡No es paja, piénselo! Lean cómo mataron miles de guatemaltecos usándolos como ratones blancos en pruebas secretas del gobierno estadounidense. En todo lado, con gobiernos flojos y humillados, y políticos, empresarios y analistas con mentalidad de muertos de hambre, domésticos ante el norte, como muchos hondureños que oímos, leemos y miramos en los medios de comunicación, por ese tipo de gente que se siente tan poca cosa ante Dogu, como “Toño” la mascota, Lissi la Piloto, Márquez y Tommy; esas malinches han permitido fechorías con población miserable, que a nadie extraña que se mueran o desaparezcan.
Igualitos a la “patriota” y madre de los hondureños, Suyapa Figueroa, que como cipota malcriada de escuelita marginal se ganó la regañada del presidente del Congreso, porque mientras se entonaba el Himno Nacional, estaba payaseando con una pancarta. En lo mismo andaba Maribel.
“Los americanos”, como tontamente dicen los que no han visto una esfera o fueron maletas en geografía, siempre han menospreciado al grupo tradicional que, para desgracia de nosotros, los hondureños, ha gobernado Honduras. Hay un fragmento en la “Carta Rolston” para políticos y empresarios del patio, así los siguen tratando los gringos, con las patas, y les gusta, como todo masoquista: “Es indispensable cultivar la imaginación de estos pueblos avasallados, atraerlos a la idea de nuestro engrandecimiento y de una manera general a políticos y mandones que debemos utilizar. La observación y estudio cuidadoso nos permite asegurar que este pueblo, envilecido por el alcohol, es asimilable para lo que se necesita y destina. Es en nuestro interés preocuparnos porque se doblegue a nuestra voluntad esta clase privilegiada que necesitamos a nuestro exclusivo beneficio; generalmente, estos como aquellos, no tienen convicciones, carácter y mucho menos patriotismo; y solo ansían cargos y dignidades que, una vez en ellos, nosotros se los haremos más apetitosos”.
Y destruir la nación hondureña hasta hacerla mierda como Haití ha sido desde tiempos un proyecto perverso. A propósito de las ZEDE, esa misma idea de jodernos está en esa carta: “Para que nuestros grandes sacrificios y nuestras cuantiosas inversiones no hayan sido hechas en vano; debemos adquirir y apoderarnos tanto de territorios de la nación como de particulares, y todas las riquezas que nos permita nuestra capacidad adquisitiva y nuestro poder de absorción. Debemos propender al crecimiento de nuestra Empresa y obtener todas las posibilidades que nos ofrezcan nuestros campos de explotación, en fin, debemos obtener todas las tierras que a nuestros intereses estratégicos se hagan aparecer como deseables, que garanticen nuestro futuro desenvolvimiento y desarrollo agrícola, incrementando nuestro poder económico”.
Con amigos así, ¿para qué queremos enemigos? ¡No jodan! Y no crean que a los conspiradores contra el gobierno de “la Resistencia” se les terminó la cuerda con la acción de los magistrados. Ahora están más iracundos y se alista Elvira, Briceño o “Brimen” para armar la gusanera fuera de la ONU el día que la primera mujer presidenta, Xiomara Castro, diserte en la tribuna del mundo. Estos ya no guardan ninguna apariencia, y queda tan brillante como el sol quién mueve las cuerdas del títere de la desinformación en los medios tradicionales del país. ¿No les parece extraño que ahora la televisora mercenaria es el canal defensor de los derechos humanos? ¿Cuándo harán el foro para desentrañar a los autores intelectuales en el asesinato de Berta Cáceres? Ahí en esa corporación, sus empleados de confianza han obedecido sin problemas y sin empacho darle la espalda al pueblo, como en el golpe de Estado. Ahí se anunciaron los “votos rurales” de la victoria de la dictadura. Ahí se calló todo fraude. ¡Vaya jodido, ahora los demonios dan las misas!
Hemos avanzado para quitarnos el mote de “banana republic”, por supuesto, con gestos dignos como el de la mayoría de magistrados (algunos son traidores), aboliendo las ZEDE, pero nos falta mucho que recorrer como sociedad. Lo primero es quitarnos esta lacra de politicastros haraganes, mediocres, vividores y arrastrados; debe limitarse por ley por mucho dos períodos alternos para la misma persona en el Legislativo. Y es indispensable que tengamos verdaderos empresarios hablando de proyectos de desarrollo con el gobierno. Estos ahora son agentes políticos de intereses extranjeros; no generan ni el empleo ni la riqueza, con decenas de años, ni con siglos de prebendas públicas han logrado siquiera dar el salto a la fase industrial de la economía hondureña. Son fracasados, igual que los políticos tradicionales. Avanti.
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