Errante, moribundo y lejos, pero muy lejos de lo que una vez fue, la traición de 2009 condenó al Partido Liberal que cada elección fue más débil; Yani observa en silencio, mientras en junta discuten la nueva anexión: una bestia de tres cabezas que no es guardián, una advertencia amigo, quien traiciona una vez, lo volverá hacer; la ingratitud y la codicia lleva sus nombres.
Un poco de júbilo, una banderita y una que otra cámara de televisión volvió a verse en la sede Liberal, hacía mucho que no eran noticia y les jugó en contra no advertir la razón de su viralidad; tres figuras se asoman, de “BOCa” todos ellos del bipartidismo desde el vientre, pero ojo: Afrodita, Hera y Atenea, destruyeron Troya, solo por saber quién era la más hermosa.
“La Llegada de los Tres” tituló Stephen King, pero Jorge, Maribel y Salvador no son “ka-tet” (conectados por el destino), son emisarios de un “mal extranjero mayor” o la jugada desesperada, armada desde Avenida La Paz para detener la cuarta victoria electoral de “la Resistencia” que ya ganó en 2013, 2017 y 2021.
Reflexión
EL LIBERTADOR
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Tegucigalpa. Un viejo cuerpo yace tirado hace mucho sobre el suelo, lánguido e infeliz, aves carroñeras lo sobrevuelan y los vividores le tocan las bolsas rotas, hurgan y por las noches le arrancan pedazos por si todavía sirven para algo –¿Ya murió? –se pregunta la gente al sentir la podredumbre–. –¿Son estertores? –alguien, con precisa picardía ha cortado la cabeza del anciano y la ha rotulado: “Para la más bella”. Inmediatamente, con instinto de hienas saltan tres, que no son rojo-blanco-rojo, pero jadean cuando huelen la sangre, patalean y mueven la cola ante el olor de aquella cosa, que un día importó, pero que aún en sus despojos, algo ha de valer. ¡Arde Troya! Y esta vez, no es por Helena.
El viejo –alguna vez joven–, rodeado de otros, creyendo que podía cambiar Honduras, hombres y mujeres valerosos que vencían al tradicional y sanguinario Nacionalista, había entonces, un ideal, algo en el horizonte que hacia la vida tener valor y sentido; pero el tiempo es inexorable y la corrupción se le subió al cuerpo como miles de tarántulas, la ambición habitó el alma y se la hartó; en la fetidez viejas horrorosas nacidas en el lado siniestro del alma –más Gorgonas, que humanos–, representadas con serpientes en la cabeza en lugar de pelo, colmillos y bigotes; hombres perversos se sentaron a la cabeza de la casa y se llamaron “presidentes”, hasta las “gatas” tienen un espacio en aquel cadáver pútrido. Hoy llaman gente desde afuera, para qué quizá, les den algo de vida, les presten luz y puedan respirar un poquito, aunque ninguno sea liberal, aunque sean traidores, aunque serán como Hera, Atenea y Afrodita. Memento morí, le susurran al oído.
“El traidor es traidor siempre” dicen las viejitas en los pueblos y sí algo hay que creer es la sabiduría del monte. Vestido pálido y rojo, con la mirada perdida como a quien se le han volado los ojos o el espíritu, entre balbuceos y recuerdos pueriles, intentando memorizar fechas de años donde el cadáver estuvo vivo, Cálix, mientras se muerde los labios, dice: “… Tenemos que reconocer los colores de esta bandera (liberal) y sacar el negro, el negro nunca estuvo en nuestros corazones…”; una discusión se diluye entre principios y ética, mientras alguien le roba el celular, siempre es bueno confirmar con quién se habla tanto.
Cuando la Resistencia estaba en las calles, mucho antes de ser un partido político, donde se luchaba tres veces al día, donde un Cálix aseguró que se formó ¡¿O fue con los liberales?!; cuando los muertos comenzaron a sumar en las filas rebeldes del pueblo en lucha contra la tiranía, el color negro comenzó a tener importancia, se vistió Morazán, la gente, las banderas, aún las manos de Emmo tiemblan de enojo, arrojando la tierra en el cajón y luego alguien se la lanzó al de él. El 27 de noviembre 2021, “se murieron sin ver un cambio, pero cerraron los ojos con la esperanza (llora desconsoladamente) de que sus familiares lo vieran”. Yani observa en la otra esquina del mundo y si algo le aprendió al padre, es a no jugar de pendejo. Nunca confiará en Cálix. Quien traiciona una vez, lo volverá hacer, Cálix nunca ha ganado, pero ya demostró que el cocodrilo llora mientras se come la víctima, y no olvida que estuvo a punto de comerse el poder de Luis después de poner cara fea y lágrimas desconsoladas agradeciendo a “Mel” y Xiomara.
Por otro lado, siquiera decidir si lo dejaban entrar, ya era una discordia. Salvador Nasralla es un agente del caos, un político tradicional que donde va, abandona; siempre dejando atrás un reclamo “que devuelva el dinero y los sellos”, es casi un mantra en la vida del que fue “señor de la televisión”, para convertirse en un vividor tradicional de la deuda política, Narciso soy yo, quien en su vanidad infinita en el reflejo de su hermoso rostro se suicidó ahogado, perdido en la inmensidad de la necedad de su propio ser, de su soberbia hija del yo sobrevalorado en el neón del poder sin patria; pudo haber sido más, pero jamás dio el salto para nacer de nuevo fuera de Televicentro, ahí se consumió en polvo el espíritu, decidió ser menos y desde ahí sentirse cómodo y elevar un trono de un reino donde solo él existe, quizá Iroshka, atrás, siempre atrás, hasta el infinito insignificante, atrás. Salvador, nunca ha ganado nada; el ideal nunca nació y hace tiempo se apagó la juventud .
Un pequeño ser espectral se asoma, enormes gafas de colores y colmillos y lengua afilada, gestos de un ser aparentemente frágil es camuflaje de ataque ¡Cuidado! una mente perversa e intenciones maledicentes se esconde detrás de un curul en el Congreso Nacional. El secretario de la ENEE, confesó, que la mujer se le acercó (solo tenía tres días en el cargo) y con los ojos chisposos le dijo que le pagara 100 millones de una empresa que ella representa, cuando el funcionario le dijo que ella tenía un conflicto de intereses, pues era diputada y también abogada de una firma privada que toma dinero público; con moral fingida y sonrisita burlesca y maliciosa aquella viejecita respondió: “Pues de usted depende que no tenga conflicto de intereses”, un Tartufo sobre la mesa, seduciendo a la mujer de su protector “Pecar en silencio no es pecar”. Maribel, nunca ha ganado nada, en política, que conste.
Aunque algunos liberales se han llenado de emoción, pues, siquiera se ha vuelto hablar de su partido, no porque vaya a ganar o generar un terremoto social, sino, porque otra vez, después de varias décadas de velatorio con cuerpo presente, llegaron los medios de comunicación, aunque sea para convertir ese cadáver en la sede del BOC, manejado desde avenida la Paz; aún tienen el mayor problema de todos, cuando vayan a internas y todos se acusen, la manzana en el aire y todos crean que son la princesa escogida, hasta que el señor del norte los ponga en orden, junto sus oenegés y medios “independientes” financiados.
Afrodita, Hera y Atenea, destruyeron Troya, solo por saber quien era la más hermosa. ¿Quién tiró la manzana? Suerte señores. Avanti
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