NO HABRÁ ESTADO DE DERECHO SI CRIMEN SIGUE CONTROLANDO CORTE Y FISCALÍAS

El sistema hondureño, que es la corrupción, permitió que instituciones financieras privadas se adueñaran de la mayoría de recursos que son de los hondureños, así lo ha denunciado el secretario de la Presidencia, Rodolfo Pastor, quien se ha entrevistado con EL LIBERTADOR para exponer las dificultades del primer año de mandato de Xiomara Castro –a cumplirse el próximo 27 de enero–.

El alto funcionario dice que un punto clave en la administración de Castro, es que conciben la aplicación de justicia como un paso clave en la reconciliación social y reconstrucción del Estado de Derecho, tras más de una década en calamidad y crisis permanente.

 

Redacción Central / EL LIBERTADOR

Tegucigalpa. El próximo 27 de enero, el mandato de Xiomara Castro cumplirá un año que, para la sociedad hondureña, no ha sido completamente satisfactorio. Si bien la presidenta se posiciona entre los cinco jefes de Estado mejor evaluados en la región, el pueblo sigue a la espera de los cambios profundos que saquen al país de ser uno de los más violentos, entristecidos y pobres.

Es en este escenario que EL LIBERTADOR se ha entrevistado con el secretario de la Presidencia, Rodolfo Pastor, quien es reflexivo al mencionar que los hondureños deben comprender a detalle el contexto de los 12 años de dictadura, pues el nuevo Gobierno se cimentó en el sistema que sigue bajo control del régimen más nocivo de la historia reciente de esta Patria.

En este diálogo, Pastor comparte que la proyección de la presidenta Castro, es la reconciliación de la sociedad, para ello, la justicia es clave.

– ¿Podría darnos una reflexión de los puntos clave del primer año (natural) de la presidenta Xiomara Castro, a partir del informe de Finanzas presentado en febrero que desveló una administración pública quebrada?
– Entender qué nos habían dejado tras 12 años de gobiernos que poco a poco fueron cada vez menos democráticos y que desarticularon la institucionalidad y el Estado de Derecho, nos deja a nosotros un país que, como primer punto, las instituciones que existen no tienen la capacidad ni legitimidad para trabajar; número dos, como resultado de doce años de corrupción, queda un país con muy pocos recursos y altamente endeudado. Hoy debemos a la banca internacional y nacional unos 20,000 millones de dólares, una deuda que vamos a pagar durante varias generaciones, esto representa para el Estado de Honduras el 50% del Producto Interno Bruto (PIB) –que es la producción nacional total en un año– y del Presupuesto General. Encontrar en ruinas el Estado y la democracia del país, además de una multicrisis que estalló de forma progresiva: un sistema de Salud en el que no se invirtió nada en una década, lo mismo en educación con decenas de miles de escuelas cerradas y en ruinas tras dos años de pandemia, destruidas por huracanes en 2020. Hablamos de crisis que ya estaban sembradas para explotar al llegar nosotros.

El alto funcionario dice a EL LIBERTADOR que, lamentablemente, Honduras tiene un daño profundo tras 12 años de altísima corrupción que obligará a los gobiernos a seguir endeudándose para responder a la ciudadanía “el sistema del país está planteado así”.

– ¿Podría desglosar cuáles son esas dificultades que menciona ya estaban sembradas?
– ¿A qué me refiero?, bueno el Gobierno anterior nunca licitó la compra de medicinas para dejarlo listo, entonces llegamos y en lugar de recibir esos insumos, tuvimos que decretar un estado de emergencia para proceder de inmediato a la compra de medicinas y hacer frente, como se pudiera, al desabastecimiento. Nos dejaron prácticamente 8,000 plazas de médicos que habían sido contratados sin disponibilidad presupuestaria, o sea, el Estado se había comprometido a contratarlos este año, hablamos de héroes de primera línea, pero no dejaron los recursos financieros para contratarlos. Ellos obviamente se han organizado para exigir su derecho y nos pone a nosotros en un problema muy serio, tuvimos que detectar dónde sí había recursos, lo que encontramos fue revelador, las cuentas del Estado tenían 400 millones de lempiras y en los fideicomisos, que eran más de 70, teníamos 19,000 millones de lempiras. Entendimos rápidamente que la vasta mayoría de los recursos que son de los hondureños, estaban depositados en instituciones bancarias privadas.

– ¿A su criterio cuál era el objetivo de tener ese dinero escondido, por así decirlo?
– A través de sus fideicomisos el anterior Gobierno administraba esos recursos públicos sin tener que rendir cuentas, sin tener que someter esos recursos a mecanismos de transparencia, ni el Instituto de Acceso a la Información Pública podía garantizar la auditoria de ese dinero. Y recuerde también que teníamos la Ley de Secretos que justamente protegía a las autoridades para no rendir cuentas sobre el manejo de esos recursos, determinando que era un tema de seguridad nacional. Todo esto hemos encontrado en el primer año y hemos comenzado a desarticular la estructura de la dictadura, se suprimieron los fideicomisos y pasaron todos esos recursos a las arcas del Estado, para garantizar que ese dinero sea auditado, y ojo, no quiere decir que con esto ya eliminamos la corrupción, ésta está allí, es el sistema, pero para prevenirla nos hemos comprometido con una rendición de cuentas que sea clara y cualquier mal uso se va a detectar.

Pastor, plantea que si bien se ha depurado varias secretarías que tenían nombramientos “permanentes” aún existe un alto número de empleados cachurecos que sabotean y desestabilizan al Gobierno.

– Con todo esto que comenta, ¿cuál es la visión del Gobierno, como un plan de nación, sobre la ejecución y transformación del Presupuesto General a un instrumento de desarrollo, considerando precisamente el compromiso con el servicio de la deuda y que ésta deje de ser prioridad en el gasto corriente?
– Desafortunadamente, un país tan afligido por problemas estructurales, es tanta la urgencia que vamos a tener que recurrir a más deudas para tratar de atender integralmente. Lamentablemente el sistema del país está planteado así, el modelo económico está planteado así, los países que buscan esas vías de desarrollo dependen de instituciones financieras internacionales como el Banco Mundial (BM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), entre otras. Esa es una realidad, ahora, para la transición a un desarrollo con fondos propios, me tengo que ir a otros temas, por ejemplo, la recaudación que actualmente es algo regresivo, es decir, la mayoría de los impuestos que recauda el país, cae sobre sectores que perciben menos riqueza, que tienen el menor poder adquisitivo, es un sistema tributario regresivo que genera mayor desigualdad. Eso debemos transformarlo en un sistema progresivo donde a medida que alguien tiene mayores ingresos, tendrá que pagar más en impuestos y el caso emblemático ahorita son las exoneraciones, tenemos grandes empresas exoneradas de hace 30 o 40 años y claro, en primera instancia una exoneración se considera un incentivo, pero se debe establecer un tiempo determinado porque si no, no es un incentivo, es un abuso y una forma de corrupción,

– ¿Qué perdemos como Estado teniendo esa alta carga de exoneraciones?
– Vea, una empresa que ya está consolidada, que tiene décadas aquí, con utilidades enormes no puede seguir con excepción de impuestos, al contrario, si ya tiene la capacidad de pagar debe hacerlo para que el Estado utilice esos recursos en inversión pública. Un país que no invierte en hospitales o en salud pública, porque el tema incluye infraestructura, equipo, medicinas y recurso humano, que no se invierte en educación, en infraestructura pública, que es lo que hemos encontrado en ese sistema de exoneraciones, detalla el abandono de la nación. Todo nos lleva a un tema clave que hemos encontrado: la energía eléctrica, la ENEE en algún momento fue una empresa que rendía y daba excelentes recursos al Gobierno, junto a Hondutel eran las vacas de producción, pero hoy la primera ya está quebrada y no tiene ninguna capacidad, y hablamos que es un derecho que cada hondureño tenga una buena calidad de vida por eso decidimos que la ENEE debe rescatarse y para ello se requiere invertir porque se dejó de hacerlo y perdimos en producción porque se siguió una lógica de privatización, hoy la energía está en manos del sector privado, y se deja de invertir para ceder el negocio a la empresa privada. Hoy subsidiamos la energía eléctrica y combustibles pese a estar en un momento crítico en el mundo, se disparó la inflación y precios de combustible, y se refleja la crisis estructural que tenemos porque ya no producimos insumos agrícolas, todo eso lo importamos. Honduras en algún momento fue el granero de Centroamérica, hoy es un importador neto de granos básicos, deberíamos de tener la capacidad de producir suficiente para abastecer nuestro mercado nacional en vez de depender, pero desde hace décadas se dejó de invertir en el campo.

– Con todo este contexto de herencia trágica de la dictadura ¿cómo analiza esa postura cínica de quienes estuvieron al mando y nos despedazaron como país, y ahora exigen cosas que ellos no hicieron, hablando puntualmente del Partido Nacional que además, sabotea el proceso de reconciliación que pasa por una nueva justicia?
– Ese punto de justicia para reconciliar, es lo más fundamental. Para la reconstrucción de un Estado de Derecho, un régimen democrático lo que necesita es justicia, y no puede haberla sin que la Corte y Fiscalía dejen de ser controladas y premiados por las estructuras del régimen anterior, el Congreso está definiendo la próxima CSJ y después el próximo Fiscal General, son pasos fundamentales en esta nueva constitución de Estado de Derecho y, efectivamente, sin justicia no habrá paz, reconciliación y desarrollo, es prioridad. En ese sentido, es muy importante que la población entienda el contexto de este poder del Estado que es el Ejecutivo, porque interactuamos con un sistema que sigue siendo comandado por el régimen anterior. En el Congreso existe una alianza con algunos sectores que nos ha permitido derogar algunas cosas pero sigue siendo un campo de batalla, los diputados nacionalistas y liberales, que fueron aliados de la dictadura y hoy son oposición, solo buscan obstaculizar nuestro avance en la administración pública, esto se manifestó cuando quisieron comprar 20 diputados del Partido Libre para controlar el Legislativo y son éstos mismos que cuestionan legitimidad de la directiva de ese poder.

– ¿A qué se refiere cuando habla de interactuar con el sistema de la dictadura?
– En las instituciones heredamos contrataciones de funcionarios que pasaron de tener contratos por hora a acuerdos de permanencia en los últimos dos meses, nos tocó abrir ese margen y cesantear a las personas que fueron nombradas por el pueblo, ¿qué fue?, fue una trampa porque algunos fueron nombrados por acuerdos, eso significó que durante tres meses tuve que decirle a mi gente que estuviera dispuesta a trabajar sin un salario. Recién logramos que de las 100 plazas que tenemos como Secretaría de la Presidencia, 64 ya son nuestras, pero seguimos con un número altísimo de personas heredadas y en su mayoría son de carácter técnico, los cargos políticos varios cobraron prestaciones y salieron corriendo, pero los que han quedado son infiltrados que desde adentro buscan desestabilizarnos.

– ¿Cómo califica este actuar de los nacionalistas en el contexto de la CICIH, partiendo que cuando se da independencia a Uferco ellos criticaron que era duplicidad de funciones contra Fiscalía y ahora ellos señalaron que querían darle esa facultad a CICIH y el Ejecutivo decide mantener el esquema constitucional?
– Son cínicos, ellos son los responsables del descalabro de esta nación en la época moderna, el desastre que estamos administrando y resolviendo es por ellos, que siguen atacando desde una manera sistémica. Entendemos que esto va a seguir y como hondureños, más que nada, debemos saber de dónde vienen los ataques, porque seguirá, a ellos no les conviene la justicia en la que estamos de acuerdo es clave para resolver los problemas del país, ellos se sienten amenazados porque les tocará rendir cuentas. Por eso es que juegan con lo de la CICIH, primero que no venía, que era discurso y ahora que firmamos para que venga, dicen que es algo populista, pero no, la CICIH es un compromiso con la sociedad hondureña que la exige. Y atacan por el lado del financiamiento que está en nuestro cargo, ya sabemos que ONU también financiará y ellos sacan que en el presupuesto no aparece la CICIH y así van. Es claro que es un discurso cínico, tramposo y debe ser entendido como tal, el problema es que así como ustedes desde EL LIBERTADOR hacen un esfuerzo de hacer un periodismo serio y objetivo, la gran mayoría de los medios de comunicación en este país siguen perteneciéndole a grandes empresarios del poder fáctico.

VEA AQUÍ LA ENTREVISTA COMPLETA: EL LIBERTADOR EDICIÓN DICIEMBRE 2022

Deja un Comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada.

error: Contenido Protegido