Hasta ayer miércoles se ha reportado que 3,472 hondureños han sido ejecutados, según el registro del Sistema Estadístico Policial, sólo esta semana murieron de forma violenta 69 personas, de las cuales 39 fueron ultimadas un solo día: el pasado martes.
A juicio de la directora del Observatorio de la Violencia, Migdonia Ayestas, la alta incidencia criminal se debe a que el crimen en narcóticos está reaccionando a operativos de seguridad.
Redacción Central/ EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. Sólo esta semana en Honduras han sido asesinadas 69 personas, 39 de ellas ejecutadas el pasado martes 14 de diciembre, imponiendo un record mortal de los últimos dos años, de acuerdo con los datos del Sistema Estadístico Policial en Línea (Sepol).
Es preciso mencionar que con los 163 actos violentos que documenta este mes de diciembre, ya suman 3,472 hondureños asesinados en este 2021, documentando más casos que 2020, manteniendo el promedio de 10 ejecuciones por día.
En los últimos dos años, diciembre ha sido el mes con más muertes violentas; en 2019 cerró con 416 casos y en 2020 con 382. De seguir la tendencia actual, el presente año podría culminar muy cerca o superando los datos totales de 2019.
Según Sepol, en los últimos dos años se ha observado una reducción de 586 homicidios, 2019 cerró con 4,082 y 2020 con 3,496, lo anterior debido a efectos de la pandemia; sin embargo, la alta incidencia delictiva se reactivó en 2021 y hasta ayer se aprecia un aumento de 134 sucesos.
Ante este contexto, la directora del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH), Migdonia Ayestas, afirma que estos actos se han elevado debido a los operativos de seguridad que ejecutan las autoridades.
Explica que cuando esto ocurre, los grupos criminales responden de forma violenta. En ese sentido, desglosa que el promedio de 10 actos violentos por día se afianza a la alta impunidad que hay en el país.
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Ayestas menciona que este repunte de homicidios está estrictamente ligado a “la inseguridad, falta de investigación e impunidad”. No obstante, los últimos dos meses han sido de alta tensión para la sociedad debido a la campaña violenta del oficialismo de cara a las elecciones que se celebraron el pasado 28 de noviembre.
Por otro lado, la tensión va en aumento por la transición al nuevo Gobierno, miles de empleados de Salud en primera línea han sido despedidos, mientras grupos de empleados públicos exigen con fuerza que la nueva autoridad les mantenga en plazas creadas por el actual régimen.
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