En los últimos ocho años, bajo el régimen de Juan Hernández, la pobreza avanzó 12 por ciento, según los informes del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), lo anterior significa que más de un millón de hondureños han caído bajo la línea de la pobreza.
Y por si fuera poco, este martes trascendió que una vez más Honduras ha sido reprobado para adquirir fondos del programa “Desafío del Milenio, desde que se ejecutó el golpe de Estado en junio de 2009, el país no ha vuelto a percibir esta ayuda internacional para sostener el desarrollo humano.
Redacción Central / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. Como un potente rayo rompiendo sobre el suelo con un estruendo ensordecedor, así golpeó a Honduras el aumento de la miseria. De 2014 a 2021, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), la pobreza aumentó 12 Por ciento, lo que representa más de un millón de nuevos pobres.
Pese a los “programas de ayuda” y la “inversión” para detener la pobreza, los números no dejan de poner a Honduras en lo más bajo en cuanto a calidad humana.
Y, producto de la abusiva y agravante corrupción incrustada en el Gobierno, el país ha cumplido ya 13 años fuera de los fondos de la Cuenta “Desafió del Milenio”. Este martes ha trascendido que el país otra vez reprobó en nueve indicadores clave de los 20 que mide el ente de ayuda internacional.
Los datos del INE, revelan que en 2014 en el país se documentaba que el 62 por ciento de la población vivía en pobreza, alrededor de 5.2 millones de personas, de las cuales 3.2 millones (el 39 por ciento), estaban bajo la línea de la miseria.
Y en este 2021, el ente estatal ha registrado la cifra se disparó hasta el 74 por ciento, lo que significa que al menos 7.4 millones –de 9.7 millones de habitantes– viven en condiciones de pobreza; el 54 por ciento en miseria total, tras ocho años del régimen de Juan Hernández.
En este contexto, el economista investigador del Foro Social de la Deuda externa y Desarrollo de Honduras (Fosdeh), Obed García, observó que la pobreza es producto de un círculo vicioso, surgido por el deterioro de la institucionalidad pública, el fracaso de los programas para combatir la miseria y la desviación de fondos destinados al desarrollo humano.
El economista explicó que los indicadores objetivos de la Cuenta del Milenio reflejan la eficiencia y el uso de recursos donados que un Estado realiza; en el caso de Honduras, el imperio de la corrupción en la gobernanza se traduce en consecuencias a nivel económico y social.
“No hemos logrado aprobar, a pesar de los supuestos esfuerzos que ha estado haciendo el Gobierno: la introducción de la MACCIH, el establecimiento de un instituto de acceso a la información pública, una secretará de transparencia, las visitas sostenidas de comisiones internacionales en comicios; todos no ha tenido un resultado significativo”, subrayó García.
En ese sentido, las inversiones extranjeras disminuyeron dramáticamente desde la primera reprobación hace más de 8 años: “Estos indicadores repelen los capitales de inversión extranjera; este año dejaron apenas 600 millones de dólares, cuando en 2010 se registraba el triple, hablamos de unos 1800 millones de dólares que ya no generan empleos”.
Además, señaló que un efecto poco conocido es el que se aprecia sobre las inversiones nacionales, indicó que dichos indicadores ahuyentan dichas inversiones por la fragilidad jurídica, disminuyendo la generación de empleos y desmovilizando la economía nacional, las iniciativas y las pocas industrias del país.
“La empresa privada nacional mira estos indicadores en función costo-beneficio bajo la lógica: ‘yo pago impuestos y los administradores del Estado no están gastando el dinero de la mejor manera, no retribuyen beneficios, sino que solo incurro en costos”, y en este escenario deciden entre irse del país de forma definitiva o redirigir sus inversiones en países vecinos; o por el contrario, participan en actividades de corrupción”, explicó el investigador.
Así, la reprobación significa la exclusión de acceder a 300 millones de dólares anuales en asistencia internacional: “debemos recordar que la carretera CA-5 durante el gobierno de Ricardo Maduro y Manuel Zelaya fueron posibles por los fondos de más de 215 millones de dólares, realizada por los fondos obtenidos por la buena calificación”, consideró García.
Finalmente, el economista consideró que el nuevo Gobierno tendrá la difícil tarea de mejorar dichos indicadores, sobre todo revertir la tendencia en el aumento de la pobreza lograr la reestructuración de la deuda externa, con el fin de asegurar la inversión social y
“El informe de la Cuenta del Milenio es bianual, lo que significa que el nuevo gobierno tendrá un año para mejorar la situación de rendición de cuentas; y en 2023 optar por una reconversión de la deuda y volver a recibir donaciones que puedan implementarse en el desarrollo económico y social”, expresó García.
Esta semana Juan Hernández presentará en Washington D.C. un libro recopilatorio sobre sus ocho años de Gobierno, el cual destaca la relación de éxito con Estados Unidos, sobre todo por el apoyo en 2017 para imponer la ilegal reelección presidencial que la Constitución hondureña castiga fuertemente. El libro lleva por nombre “Juntos hicimos historia: ocho años de Juan Orlando”.
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