“Fue una victoria de Dios”, dijo este sábado la expalillona del Colegio Central, Ilsa Molina tras salir de la cárcel de Mujeres en Támara, pues amparados en el nuevo Código Penal, la “modelo” y su madre, aplican para libertad provisional.
Redacción Central / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. Ha pasado más de un año desde la salida de la Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH), y poco a poco, el sistema judicial hondureño ha asestado golpes a los casos que este ente de la OEA llevó a los tribunales a través de la colaboración de la extinta Unidad Fiscal Especial contra la Impunidad de la Corrupción (UFECIC). Hoy salió libre la “palillona” Ilsa Vanessa Molina, condenada por participar en la estafa al Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS).
Esta mañana la “palillona” abandonó la Penitenciaria Nacional Femenil en Támara, Francisco Morazán, con el amparo del cuestionado nuevo Código Penal, la defensa logró su libertad y la de su madre Ilsa Damaris Aguirre.
Cabe recordar que Molina, fue acusada de lavado de activos y ya había sido condenada a 12 años de prisión, de los cuales cumplió seis. En tanto, su madre tuvo un paso más breve tras las rejas, porque aunque tenía orden de captura desde 2015, fue detenida hasta 2018 y recién en septiembre de 2020 fue condenada a ocho años.
En el caso, a la “palillona” se le vinculó sentimentalmente con quien fuera jefe de Compras y Suministros del IHSS, José Zelaya, quien ha sido señalado como la “mente maestra” detrás de la estafa a la Salud de los trabajadores hondureños y que está por cumplir seis años prófugo de justicia.
De acuerdo a la investigación Zelaya, que no tiene lazo consanguíneo con el exdirector del IHSS Mario Zelaya, montó al menos siete empresas fantasma, entre ellas Insumos Médicos (Insumedic) de donde Molina ´lavó más de 9,000,000 de lempiras.
Por su parte, Ilsa Aguirre prestó el nombre de la “palillona” para figurar como propietaria de un inmueble comprado a Farmacéutica Internacional S.A. de C.V. (Farinter), supuestamente ubicada en Residencial Villas las Hadas, el costo ascendió a 2,193,583 lempiras, cancelados en la cuenta de banco a nombre de Insumedic.
En 2015, Molina pasó de la vida exótica y el lujo a la clandestinidad, pues cuando explotó la investigación criminal y empezaron a caer los saqueadores, la carismática “modelo” salió del país con documentos falsos a El Salvador, hizo escala en México intentando cruzar a Estados Unidos, fue detenida en la frontera y deportada a San Pedro Sula.
Tras su liberación, el apoderado legal, Héctor Durán, explicó que Molina no podrá salir del país y tiene prohibido concurrir las instalaciones del IHSS. “Está feliz, reunida con su hija luego de varios meses de no verla por las restricciones de la pandemia”, agregó.
Molina recibió una carta de libertad provisional dictada por el juzgado de Ejecución, luego de haber cumplido más de la mitad de la pena a la que fue condenada, por lo que se le aplicó el artículo 81 del Código Penal Vigente.
Durán explicó que su clienta fue juzgada con el instrumento judicial anterior, pero le beneficia el principio de retroactividad del nuevo Código Penal. Y, este caso se suma a la lista de otros que han ratificado la crítica de órganos especialistas en corrupción, que han bautizado la nueva ley como “Código de la Impunidad”.
“Siguen saliendo de la cárcel gracias al código penal de la impunidad, pregunta para los abogados que decían que el objetivo del código no era favorecer a personas involucradas en actos de corrupción ¿teníamos razón los que hemos estado en contra del código?”, lamentó el presidente de la Cámara de Comercio e Industrias de Cortés (CCIC), Pedro Barquero.
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