WIKILEAKS EXPLICA CÓMO LA CIA USA USAID PARA CREAR CRISIS Y DESESTABILIZAR GOBIERNOS Y PAÍSES

Las evidencias indican que los cuerpos de inteligencia de EE.UU. siempre han operado también a través de los proyectos de su gobierno para imponer intereses de Washington y atacar líderes y países que se rebelan, en Honduras y en el mundo, entre otras, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) adscrita al Departamento de Estado. Así explica un exagente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y Elon Musk.

El famoso portal web, WikiLeaks, publicó una entrevista a John Stockwell, exagente de la CIA, que explica los métodos de injerencia de “la Compañía” (CIA) para influir en la opinión pública con filtración de noticias falsas en medios internacionales. Desde fabricar atrocidades, ocultar los logros de gobiernos incómodos, exaltando errores o creándolos. Este testimonio expone el control mediático en operaciones encubiertas en el mundo con periodistas y medios de comunicación “confiables y amigos de EE.UU.”

Redacción Central / EL LIBERTADOR

Tegucigalpa. El portal WikiLeaks ha filtrado documentación acerca del trabajo propagandista e ideológico de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, en inglés) y resalta una entrevista al escritor y exagente de la Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA), John Stockwell, que reveló como estas organizaciones manipulan la opinión pública a través de medios de comunicación, cuyos dueños respaldan la línea de Washington en sus países.

Stockwell explica que, además de la recopilación de inteligencia, la CIA (“la Compañía, se le llama en privado) ejecutaba operaciones encubiertas que incluía la difusión de información falsa para influir en la percepción global. Según su testimonio, una de sus principales estrategias consistía en “sembrar” datos engañosos a periodistas y medios de comunicación confiables, combinándolos con información verídica para ganar su credibilidad.

Como ejemplo, el exagente relató su experiencia en la guerra de Angola –además escribió un libro con su testimonio—, donde la CIA fabricó historias sobre supuestas atrocidades cometidas por soldados cubanos, estas noticias se publicaban primero en medios aliados, como el Zambia Times, y luego se redistribuían a través de periodistas en Europa, quienes las presentaban como información obtenida de fuentes independientes, en algunos casos, incluso se crearon fotografías falsas para reforzar estas narrativas.

“No sabíamos de una sola atrocidad cometida por los cubanos: era pura y cruda propaganda falsa para crear una ilusión de que los comunistas, ya sabes, comen bebés en el desayuno, y ese tipo de propaganda totalmente falsa”, relata.       

Stockwell también denunció que esta práctica fue común en la guerra de Vietnam, donde la CIA financió la publicación de libros propagandísticos destinados a injerencia en la opinión pública estadounidense, sin embargo, cuando el “Comité Church” intentó exponer estos casos en 1975, la Agencia se negó a revelar los títulos de los libros para proteger la identidad de los autores, muchos de los cuales se convirtieron en figuras reconocidas en el mundo académico y periodístico.

“Hubo un esfuerzo masivo de propaganda en Vietnam en los años 50 y 60, incluyendo miles de libros que se publicaron, cientos de ellos en inglés, que también eran libros de propaganda patrocinados por la CIA; les das algo de dinero a un escritor y le dices escribe este libro para nosotros, escribe cualquier cosa”, recuerda.

El exagente afirmó que la CIA tenía una relación directa con varios medios de comunicación y que, en múltiples ocasiones, logró infiltrar noticias falsas en periódicos como The Washington Post y revistas como Time. Además, aseguró que la agencia operaba abiertamente en diversos países con la complicidad de autoridades locales y el conocimiento de algunos periodistas, quienes en muchos casos terminaban colaborando con la desinformación sin cuestionarla

“El comité Church, revelo esto en 1975 y luego, Woodward y Bernstein, pusieron un artículo en Rollign Stone, un par de años después, 400 periodistas cooperando con la CIA, incluido algunos de los nombres más importantes en el negocio para introducir conscientemente las historias en la prensa”, subraya.

El exagente también informó que la CIA empleaba organizaciones, entre otras USAID, como tapaderas, aunque su misión oficial es promover el desarrollo y la ayuda humanitaria, según Stockwell y otras fuentes, en ocasiones sirvió para infiltrar agentes encubiertos, obtener inteligencia y financiar movimientos políticos afines a los intereses del país norteamericano.

DERROCHE, FINAL DE USAID

El nuevo presidente de EE.UU., Donald Trump, recibe un país con una deuda pública impagable y está decidido a recortar egresos innecesarios y aumentar ingresos para buscar un equilibrio en las finanzas nacionales y federales que le permita al menos cumplir con sus promesas de campaña. Por eso el despilfarro a través de USAID ha sido una de las primeras críticas y acciones del hombre más rico del mundo, Elon Musk, que ha sido nombrado titular en el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE). Funcionario de alta confianza en la Casa Blanca.

“¿Sabías que USAID, usando tus dólares de impuestos, financió la investigación de armas biológicas, incluida la COVID-19, que mató a millones de personas?”, ha sido uno de los mensajes de Musk acerca de esa institución que también cuestiona por su papel de injerencia internacional, y dijo: “USAID ha estado pagando a organizaciones de medios (de comunicación) para que publiquen su propaganda”.

El magnate de las telecomunicaciones escribió luego acerca del cierre de USAID y lo que ha hablado con Trump: “Estuvo de acuerdo en que deberíamos cerrarlo (…) Se hizo evidente que no es una manzana con un gusano dentro (…) Lo que tenemos es solo una bola de gusanos. Básicamente, hay que deshacerse de todo. No tiene reparación. Lo vamos a cerrar”.

Aunque parece que Musk no tiene la misma sintonía con el recién nombrado en el Departamento de Estado, Marco Rubio, político tradicional de oficio y fanático anticomunista con origen cubano que, por cierto, ya fue corregido por el propio Trump ante declaraciones incorrectas y controversiales en su visita a Panamá, y que hace unos días publicó en su cuenta: “Cada dólar que gastamos, cada programa que financiamos debe estar alineado con el interés nacional de EEUU, y la USAID tiene un historial de ignorar eso y decidir que, de alguna manera, son una organización benéfica global separada del interés nacional”.

Y también, en República Dominicana expuso en conferencia de prensa donde ahí mismo dijo que sería el nuevo director de USAID: “Anuncio que sabemos que muchos de esos programas que han estado congelados bajo la orden ejecutiva del presidente Trump, estamos dispuestos hoy a dar, como se dice en inglés, waivers (exoneración, excepción) para que esos programas puedan continuar y, más allá de eso, buscar oportunidades de expansión”

Al margen del deseo de Rubio de continuar la vieja injerencia internacional de EE.UU. a través de USAID, a nadie se le escapa que Musk será partícipe de muchas decisiones que se tomen en el Despacho Oval, ya que será el principal asesor del presidente Trump, además del cargo oficial en la nueva administración frente al DOGE, nuevo organismo encargado de diseñar y efectuar la reforma de la administración pública de EE.UU., una de las grandes promesas de Trump.

Musk y el empresario Vivek Ramaswamy serán los encargados de «allanar el camino» para que la nueva administración «desmantele la burocracia gubernamental, reduzca drásticamente el exceso de regulaciones, recorte los gastos superfluos y reestructure las agencias federales», según explicó Trump en sus redes sociales.

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