“Debe pensar que, para sus fines, es lícito resucitar estructuras políticas criminales, con la narrativa de que todas son iguales y promover candidaturas opositoras. O ¿Estaría bien que los diplomáticos extranjeros apoyaran el resurgimiento en EUA por ejemplo del criminal poder político bipartidista del Ku Klux Klan de los 1920s o los Panteras Negras de los 70s?”, analiza en esta honda reflexión el pensador hondureño y actual embajador en Seúl, Rodolfo Pastor Fasquelle.
“No debe pensar ella que sea corrupto desestabilizar al gobierno en represalia por cualquier decisión que no le plazca, como si para eso existiera nuestro gobierno principalmente, para complacerla a ella y los suyos. Porque sigue y sigue, esa es la costumbre, es lo normal, lo que siempre ha hecho y antes hicieron tantos otros en Viera. It’s just the way it is y así será, hasta que ya no”.
Rodolfo Pastor Fasquelle
EL LIBERTADOR
redaccion@ellibertador.hn
Por supuesto es cierto y es horrible que nuestra gente acepte que es normal ser corrupto. Un asco. Algo tan prevalente aquí en la empresa y en el periodismo, en la armas públicas y en la administración central, en las alcaldías, en los partidos y en las iglesias, que deja de indignar o sorprender, se convierte no solo en el sistema operativo, como dice la Chayes (con quien cenamos años atrás), sino en una atmósfera, un modo de ser, una costumbre y aun abusando de la palabra, una cultura local. A mí se me cae la cara de pena ajena, por la desvergüenza de los latrocinios y derroches en la gestión pública…nepotismo, franco robo en contratos, todo tipo de raterismo. Quienes hemos estado ahí, sabemos que eso ocurre y que la gente no termina de entender que son delitos, que causan daño al país, al Partido por supuesto, al gobierno, cree que ,como decía T. Lozano, es cuestión de entenderle al trámite.
Hay funcionarios públicos que van a ir presos, hoy, como ayer. Así que tiene razón la Embajadora, que se debe sentir incómoda -pobre- entre tanta cochinada, cuando habla de la cultura de la corrupción en Honduras. No lo hemos logrado remediar y la calificación mundial de Honduras al respecto se ha estancado desde 2015 alrededor de 152. Un tema que tiene que preocuparnos a los hondureños, aunque como diplomática, a ella no le compete expresarse en esos términos en público. Porque además de que mucha de esa corrupción de políticos y empresarios, soldados y togados fue inducida aquí por el neocolonialismo del s. XX y el neoliberalismo impulsado por el Consenso de Washington, ca. 1990, a su vez la calificación de corrupción de los EUA más bien se ha deteriorado notoriamente, de 2017 para acá, cayendo de 18 a 27, de modo que hay unos 26 países alrededor del mundo que tienen mejores percepciones. En todas partes se cuecen habas y no debe tirar piedras al cielo, quien tenga techo de vidrio.
Es como que yo fuera embajador en Washington y me aprovechara de mi profesión y el cargo para recordarles a los estadounidenses públicamente ¡Que están a punto de elegir Supremo Magistrado de su nación a Donald Trump: delincuente varias veces condenado por solo una fracción de los delitos que se le señalan! Por cargos penales incurridos en el intento -con otra veintena de adláteres- de adulterar los resultados electorales en Georgia… en 2020 según su Gran Jurado, violando la ley que prohíbe la conspiración y el intento de influir en funcionarios por parte del crimen organizado. Convicto en 2023 por cargos federales de retención y uso indebido de documentos clasificados de la defensa nacional, encontrados según el Departamento de Justicia. en su residencia veraniega, en Florida.
Asimismo, condenado por obstruir la justicia y el procedimiento, y conspirar para defraudar a los EUA en relación con su papel confeso en los eventos que llevaron al asalto del Capitolio en 6 enero de 2021, para impedir que se proclamara al Presidente electo, todo filmado. Penado con la Organización Trump, por inflar el valor de sus activos para obtener préstamos y reducir su pago de sus impuestos. Responsabilizado en mayo de 2023 por abuso sexual contra la escritora E. J. Caroll en un vestidor de una tienda, y asimismo de difamarla, y multado por ello con 5 millones de dólares. Y obviamente sus electores, que incluyen a los más puritanos fundamentalistas religiosos, y a los príncipes de la banca, la industria y el comercio a los que representa El Partido Republicano piensa que todo eso es normal. Business as usual. ¿Que no es corrupción? Laura. ¡O estarían favoreciéndolo con 47% de intención de voto!
Después de todo, otros seis presidentes de EUA del último siglo han sido acusados fehacientemente de crímenes varios y de corrupción, regresando al infame escándalo del Tea pot Dome en tiempos de W. Harding (1922 1929) aunque ninguno fuera condenado o sirviera pena de cárcel.[1] Y en este siglo, diez gobernadores de otros tantos Estados del Norte, Sur, Este y Oeste han sido condenados judicialmente por corruptelas, en diferentes escándalos, que solamente fueron una fracción de los casos sospechados. Y en un solo caso llamado Abscam (1978 a 1983), siete congresistas estadounidenses, fueron filmados aceptando sobornos para usar sus votos y su influencia en diversos delitos. Así como han proliferado los casos de corrupción corporativa, desde el Bananagate de United Fruit en 1975, por el cual Eli Black saltó al vacío, hasta el caso de FIFA, en 2015 en que también cayó R. Callejas, pasando por el escándalo Enron de 2001, y el financiero que, en los 1980s, involucró a unas mil asociaciones de ahorro y préstamo, que defraudaron a decenas de miles de ciudadanos.
Ciertamente es un problema, doña Laura. Y seguro que todas las pruebas que pueda tener de la corrupción en Honduras serían de gran utilidad al gobierno y a la justicia local, mucho más que los equipos forenses. Una lacra que hay que combatir sin pausa. Cobrando conciencia de los límites éticos de nuestra función. Dando ejemplo de pulcritud y respeto por la jurisdicción y el bien público ajeno. En nuestro caso, como embajadores, procurando el interés de nuestros países mediante la amistad efectiva y la búsqueda de intereses comunes, y defendiendo la autodeterminación de los pueblos e igualdad de las naciones, y la diplomacia apegada a principios y reglas de formalidad. Rechazando cualquier colaboración con la mentira. Aplaudiendo los esfuerzos que hace el gobierno, para traer por ejemplo la CICIH,[2] al entregar la Presidenta Castro ayer a la ONU el Convenio para que ese mecanismo sea independiente y autónomo como acusador, lo cual fortalecerá nuestra justicia contra la corrupción impune.
Es una mala deriva de costumbre de la clase política, la de no cuestionarse, la de asumir que lo corriente es legítimo. Laura Dogu por su parte no cree, estoy seguro, que fuera corrupto defender a la ATT de la competencia europea en una licitación como hizo otro Embajador, que después se fue a trabajar a ATT o abogar por los intereses de las petroleras estadounidenses contra la subasta del abasto en Honduras, como hacía S.E. Charles Ford, sin duda por instrucción superior, aunque, como dijera el Cardenal O.A.R.M, fuera una estafa su negocio. Seguro que ella está convencida de que procede defender como ha defendido el filibusterismo de la zede (promulgada en forma corrupta por la bancada nacionalista ampliada y revertida después unánimemente, por vergüenza en el Congreso); exigir que se le respete a la zede su privilegio, declarado ilegal anteayer en la Corte Suprema. Y no se le habrá cruzado por la cabeza que sea corrupción (abuso del poder público para ganancia de privados) defender las hipotéticas utilidades de empresarios estadounidenses que pudieran generar energía, contra una ley que declara que la energía es un bien público estratégico ¡y por supuesto que es estratégico! Es lo normal.
Debe pensar que, para sus fines, es lícito resucitar estructuras políticas criminales, con la narrativa de que todas son iguales, promover candidaturas opositoras, como la del perverso J. Calix quien, al fin es un santo inocente comparado con Trump. O ¿Estaría bien que los diplomáticos extranjeros apoyaran el resurgimiento en EUA por ejemplo del criminal poder político bipartidista del Ku Klux Klan de los 1920s o los Panteras Negras de los 70s? No debe pensar ella que sea corrupto desestabilizar al gobierno en represalia por cualquier decisión que no le plazca, como si para eso existiera nuestro gobierno principalmente, para complacerla a ella y los suyos. Porque sigue y sigue, esa es la costumbre, es lo normal, lo que siempre ha hecho y antes hicieron tantos otros en Viera. It’s just the way it is y así será, hasta que ya no.
Seúl, 26 de septiembre de 2024.
[1] Y en el siglo anterior a este hubo otros siete presidentes acusados fehacientemente, por esos cargos de ambos partidos y de todos los credos.
[2] La Comisión Internacional Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras, que el actual gobierno ha solicitado a las NNUU establecer en nuestro país y cuyo arribo se complicó por exigencias legales al Congreso, hoy superadas
Deja un Comentario