50 AÑOS DESPUÉS, CHILENOS DIVIDIDOS POR GOLPE DE ESTADO, VÍCTIMAS RECLAMAN CASTIGO PARA CRIMINALES

«Actitud miserable»: oposición (política) en Chile desata escándalo al leer carta (decreto legislativo) que justificó el golpe y asesinato a Salvador Allende”, es el título de este artículo publicado hoy por la corporación mediática RT, en momento que se consolida el “clima negacionista” (golpista) que antecede la conmemoración del 50 aniversario del golpe militar del 11 de septiembre de 1973 que lideró el dictador Augusto Pinochet con apoyo de Estados Unidos y que lo sostuvo en el gobierno hasta 1990.

Agencias / EL LIBERTADOR 

Las bancadas opositoras de Chile provocaron un escándalo al aprovechar su mayoría para lograr que se leyera una carta que la Cámara de Diputados aprobó en 1973, y que después sirvió para justificar el golpe de Estado que sufrió el fallecido expresidente Salvador Allende.

El polémico texto, que fue aprobado el 22 de agosto de 1973, aseguraba que Allende había quebrantado el orden constitucional; 20 días después, el 11 de septiembre, las Fuerzas Armadas atacaron la presidencial Casa de la Moneda y derrocaron a Allende, lo que dio paso a la sangrienta dictadura de Augusto Pinochet, que duró hasta 1990.

La nueva controversia en torno al golpe la encabezaron diputados de oposición que el martes, al inicio de la sesión, solicitaron que se leyera el documento que sus antecesores avalaron hace 50 años.

Familiares de víctimas del golpe de Estado levantan imágenes de los mártires durante la sesión legislativa.

El pedido fue aprobado con 50 votos a favor, 42 en contra y una abstención, por lo que el escrito contra Allende fue leído de manera pública en el recinto parlamentario mientras diputados oficialistas protestaban a los gritos y mostraban pancartas con retratos de víctimas de la dictadura. «¡Justicia, verdad, no a la impunidad!», fueron algunos de los reclamos a viva voz.

Lorena Pizarro, diputada del Partido Comunista, alertó sobre los riesgos que implica la reivindación de la dictadura.

«Si permitimos que el negacionismo se haga realidad en la Cámara de Diputadas y Diputados, vayamos temiendo por nuestra vida. En el sector de la derecha hay varios familiares de torturadores y genocidas, parece que están defendiendo a sus familias (…) váyanse a la mierda con su indecencia negacionista que reivindica el golpe», acusó.

La diputada ultraderechista Camila Flores calificó a Pizarro como «una matona de barrio» y afirmó que ni siquiera debería ocupar una curul.

«A los comunistas nunca les ha gustado que las cosas se sepan, nunca les ha gustado contar la historia previa al 11 de septiembre del 73, ellos siempre quieren partir contando la historia de Chile de ahí hacia adelante», dijo.

Repudio

«Cuidemos la democracia», fue el breve mensaje que posteó el presidente Gabriel Boric al retuitear un post del senador José Miguel Insulza, quien sí fue más contundente.

Diputados durante la sesión legislativa en el Congreso chileno.

«No puedo dejar pasar la actitud miserable y provocadora con que algunos diputados leyeron esta mañana un acuerdo a 50 años del golpe de Estado», acusó el exsecretario general de la Organización de Estados Americanos (2005-2015).

Durante su intervención en el Senado, Insulza consideró que, hace 50 años, quizá algunos de los diputados que votaron a favor «no imaginaron que con ese proyecto de acuerdo se estaba dando legitimidad a un golpe de Estado criminal».

Sin embargo, subrayó, los que votaron este martes sí lo sabían. «Y sin embargo, lo hicieron igual. La verdad que creo que es grave que, pocos días antes del aniversario del golpe de Estado, haya quienes aún lo festejan de esa manera. Eso nos muestra a un país profundamente dividido y yo quiero asegurar que nosotros no vamos a caer en esas provocaciones, pero tampoco vamos a dejar de denunciarlas», explicó.

¿Qué dice?

La lectura de esta carta forma parte del activismo negacionista que recorre Chile en víspera del 50 aniversario del golpe, ya que diferentes sectores políticos de derecha y ultraderecha reivindican a Pinochet a pesar de los crímenes de lesa humanidad y la corrupción que caracterizaron los 17 años de su dictadura.

El documento emitido en 1973 alegaba el supuesto «quebrantamiento del orden constitucional y legal» de Allende y a sus ministros.

«En razón de sus funciones, del juramento de fidelidad a la Constitución y a las leyes que han prestado y, en el caso de dichos señores Ministros, de la naturaleza de las instituciones a las cuales son altos miembros y cuyo nombre se ha invocado para incorporarlos al Ministerio, les corresponde poner inmediato término a todas las situaciones de hecho referidas, que infringen la Constitución y las leyes», señala la misiva.

De esta forma, agregaba el documento, se encauzaría la acción de Gobierno por las vías del derecho para «asegurar el orden constitucional» y las «bases esenciales de convivencia democrática entre los chilenos».

La polémica misiva también advertía que, en caso de que los ministros incumplieran con sus deberes, «comprometerían gravemente el carácter nacional y profesional de las Fuerzas Armadas y del Cuerpo de Carabineros, con abierta infracción a lo dispuesto en el artículo 22 de la Constitución Política y con grave deterioro de su prestigio institucional».

A lo largo de estas cinco décadas, este texto se ha interpretado como la «luz verde» que dio el Congreso para que las Fuerzas Armadas derrocaran a Allende.

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