CONCIERTAZO DEL BUKI… ¡Y CLARO! DESTRUYERON “EL CHOCHI”

Dos años de espera tuvieron los promotores para tener la romántica melodía del “Buki”, tiempo de sobra para edificar una alianza en pro de un mega centro de convenciones o un teatro moderno –ya que hace un siglo no se construye uno– para el negociazo de conciertos, es mucho pedir a empresarios y políticos incultos, lo rentable era despedazar el mítico estadio “Chochi Sosa”, que producto de la fuerte lluvia de anoche, hoy es cualquier cosa menos un casa deportiva.

Redacción Central / EL LIBERTADOR

Tegucigalpa. Anoche llovió y llovió en esta ciudad, casi toda la noche, todo indica que los hondureños estamos en la puerta del nuevo invierno, y será fuerte. Pero los capitalinos tenían una cita pendiente desde hace dos años, encontrarse con Marco Antonio Solís, “el Buki”, cuando bajara la intensidad de la pandemia del Covid-19.- Y eso fue hasta casi el amanecer de este sábado; cuando apareció el sol ya se había ido el mexicano con su buena bolsa; después, poco a poco fueron descubriéndose las ruinas que dejó el conciertazo, quedó destruido el césped del Estadio de Béisbol “Chochi Sosa”, transformado en lodo y basura.

Los niños, adolescentes y adultos que asisten los fines de semana a una de las poquísimas instalaciones deportivas de la capital hondureña, donde funciona “el Chochi”, hoy sintieron asombro, mucho pesar, indignación y hasta lástima por el desastre en que quedó el viejo estadio construido hace 33 años. La tragedia es real, en Honduras se construyen más rápido golpes de Estado y dictaduras que espacios e infraestructura para cultivar artes y deportes.

La salud mental de la población que debe incluir amplias áreas verdes para recreación casi nada importa todavía para el Gobierno central y, menos para los gobiernos municipales. ¡Vaya! Una simple historia que desprende ese característico olor a madera nacida y metal, moho y hongos liberados en la ancianidad de las estructuras; a esa espantosa soledad huele el Teatro Nacional Manuel Bonilla, ubicado en la ciudad de Tegucigalpa, fue inaugurado con un baile de gala el 15 de septiembre de 1915 en Gobierno de Francisco Bertrand, que apoyó la terminación de esa obra dos años después de la muerte del presidente Manuel Bonilla.

¡Sientan que viejo suena eso! ¿No sienten en la nariz ese fuerte gas del ajo y el aroma sulfuroso que libera el cobre mojado y antiguo? ¡Santo Dios! ¿Podrá creerse, hace 107 años no se construye otro teatro en Tegucigalpa y, por primera vez, uno en Comayagüela, la otra ciudad que forma la capital del Estado de Honduras y alberga el Municipio del Distrito Central, políticamente el más importante del territorio nacional.- Por eso molesta el irresponsable trato que le dan al “Chochi”, porque tenemos funcionarios silvestres, inútiles, que no entienden ni de arte, ni de cultura ni deportes.

Las gráficas las tomó un buen ciudadano, Gerzon, le damos gracias desde EL LIBERTADOR, muy buenas imágenes que relatan que este día no sólo llegamos a una pista olímpica cerrada desde hace un mes, sin que la autoridad de CONAPID repare que ahí nos ejercitamos hondureños que pagamos impuestos todos los días, todos los meses y todos los años; también nos encontramos con un negocio rentable que únicamente destruye al “Chochi”.

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