¡VIDA O MUERTE DEL ESTADO DE HONDURAS! EL BUEN DILEMA, ES MUJER

“Honduras, se ha deslizado más de una década por un tobogán de crisis que todo se lo hartó, el hundimiento de los débiles cimientos que alguna vez hubo de democracia, una justicia de amiguetes y socios dicta sentencias y la promesa de “vida mejor” se volvió amarilla en las páginas de propaganda”, analiza el director fundador de EL LIBERTADOR.

*/ Jhonny Lagos
EL LIBERTADOR
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Tegucigalpa. Aquella mano fuerte presiona el escudo policial, mientras corre el sudor sobre el rostro quemado por tantos días de sol, con la mirada altiva como si fuera ella quien porta las armas, la violencia y la tiranía del poder; murallas de uniformes impedían el paso; nunca, aquella mujer rodeada de pueblo agachó la cabeza frente a la brutalidad golpista.

Se respiraba miedo en las avenidas de Tegucigalpa, helicópteros sobrevolaban la ciudad, el gas pimienta quemaba los ojos y la piel de la protesta avanzando en niebla roja; los medios tradicionales de comunicación transmitían caricaturas de los 80s, las tanquetas militares cerraban el camino. Era 2009 y sería en Honduras el primer golpe de Estado del nuevo siglo en el continente americano.

No sabía el hondureño que entraría en una espiral de obscurantismo que dudaría 12 años y dejaría oficialmente más de 60 mil asesinatos. Aquella mujer, Xiomara Castro, creada del maíz como cuenta el Popol Vuh, está a horas de ser la primera mujer presidenta en la historia de la Nación Catracha.

El universo electoral para las nominaciones 2021 está compuesto por 5 millones 300 mil hondureños habilitados para votar, de éstos se prevé una participación de 72 por ciento y un abstencionismo de 28 por ciento.- Técnicamente se considera la existencia de un margen de fraude de 4 por ciento que sería representado en los resultados el día de las elecciones, 28 de noviembre y, según encuestas respetables, el ganador de los comicios será Xiomara Castro.

La campaña política ha transcurrido mediante un modelo de propaganda violenta y noticias falsas del gobernante Partido Nacional contra la señora Castro, imitando el estilo rancio y sin creatividad de Trump contra Biden, invocando “el comunismo”; sin duda, códigos mediáticos sin fundamento lógico que molesta al ciudadano educado, ¡pero cuidado! En la mente de la masa activista y zombi puede activar obsesiones tan absurdas hasta quemar el Capitolio.

Las elecciones hondureñas interesan más allá de nuestras fronteras. EE.UU. debe repensar su política exterior y sus relaciones internacionales, si no, de manera gradual será apenas un país rico como hoy Canadá, sin ningún peso real en las decisiones del nuevo orden que va apareciendo en el horizonte global; su futuro está en procurar riqueza y desarrollo de países como Honduras. Socios fuertes para mañana, en vez de mandar bases militares y balas, debe instalar potentes laboratorios para avanzar en ciencias y tecnología.

El cerebro de Washington envejeció, no despierta e irá quedando solitario, su única compañía serán las élites salvajes del planeta. En Honduras y en América Latina, hace días evidencia un trato tóxico, perjudicial, ya advirtió eso la Comisión de Verdad en 2009 y, sin cambio, llegará el día en que tendremos que alejarnos para buscar nuestra modernidad, eso pasará si el norte insiste en respaldar dictadores, narcotraficantes, atraso social, corrupción y golpes de Estado.

Honduras, se ha deslizado más de una década por un tobogán de crisis que todo se lo hartó, el hundimiento de los débiles cimientos que alguna vez hubo de democracia, una justicia de amiguetes y socios dicta sentencias y la promesa de “vida mejor” se volvió amarilla en las páginas de propaganda que ha mantenido el plato vacío en seis millones de empobrecidos, que mandó a cuatro millones al renglón de miserables y, no bastando, al cierre de 2020 fabricó un millón más de marginados, en tanto, dos millones de niños fueron excluidos del sistema de educación pública por la pésima gestión del Covid-19. Con estos indicadores para qué contratar analistas que expliquen las causas de la imparable migración de hondureños.

La corrupción jamás da tregua en esta tierra media de Tolkien, nunca. Es enferma y criminal, ha ido propagándose al infinito del descaro hasta contagiar todos los órganos del Estado; como virus asfixia a quienes recetan el antídoto, va matando toda diferencia de dignidad y virtud profesional pública y privada; al final obstruye las vías de recuperación de la nación.

Sin cura, habrá más muerte, postración y abuso oficial en ascenso, esto es un Estado debilitado, cuasi perdido, ahí anda hoy Honduras. El Gobierno como administrador general del Estado ha sido incompetente, indiferente al clamor social y, sin sentimiento de pertenencia, terminó vendiendo en pedazos el territorio nacional, nunca pensó en distribuir de manera estratégica el bienestar en los hondureños. No hay pueblos tontos, hay gobiernos mediocres.

Hoy Honduras es huérfano, algo así como el “Señor de las Moscas”, aquí manda la anarquía en ausencia de una figura que sea la gran integradora, capaz de unificar las diferencias entre ciudadanos y avanzar hacia la construcción de una República. Xiomara Castro, virtuosamente cercana con las mayorías que se sienten representadas en su imagen protectora y maternal, con carácter firme para gobernar la tétrica realidad que hoy transitamos, aliviar las heridas del pueblo y cerrar el macabro ciclo de los últimos doce años.

Es ley natural que todo se degrade para que, de nuevo, de la muerte surja la vida, por ese proceso peregrina de manera inflexible toda existencia, organismos, instituciones, seres humanos, el pensamiento y las ideas. Llegó el día del pacto social con los hondureños y que renazca la vida posible en Hibueras.

¿Pero qué pasará si el cambio no llega? ¿Si los doce años se extienden? De nuevo, abriremos los ojos en aquella mañana gélida de New York, eran las 10:00, cuando el fiscal Geoffrey Berman definió la forma jurídica de la degradación de Honduras: “Narco-Estado”.

Entonces, se apagarían las luces de Navidad, las migraciones mutarían a éxodos mayores y, después, posiblemente, muy posiblemente como cita la historia, el pueblo dejará de llorar, sabrá que del exterior nada bueno vendrá, que en sus manos está la balanza del destino, tirará a la basura los lamentos y declarará la libertad y grandeza que ningún partido pudo darle en elecciones cocinadas con miedo, mientras los criminales jugaban a la democracia. Entonces, Miami tendrá más amargados y ricos en la apertura de la “pequeña Tegucigalpa”.

*/ Periodista hondureño, director fundador de EL LIBERTADOR, el periódico alternativo más longevo e influyente de Honduras.

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