Godofredo Fajardo ha sido un ícono del boxeo hondureño y ha sido un ejemplo de perseverancia, que le ha permitido un análisis profundo para lanzar su candidatura como alcalde de Tegucigalpa; sorprendió a todos cuando lanzó un “hook” a la política tradicional renunciando al Partido Nacional para ser el escogido de la Democracia Cristiana (DC).
Redacción Central / EL LIBERTADOR
Godo como le dicen cariñosamente sus amigos ha sido víctima de la pandemia desde su emprendimiento en las comidas. Sus dos restaurantes quebraron. Su historia, es la de muchos a lo largo y ancho del país. Hombres y mujeres que arriesgan el poco capital para emprender su negocio y generar algunos empleos. El fracaso en las comidas no ha sido obstáculo para seguir adelante y aspirar a la comuna capitalina. Y es que Godofredo Fajardo sabe que sus pupilos del boxeo lo están observando, a los que les ha enseñado que mientras la campana no haya sonado, se puede seguir dando la pelea.
Godofredo renunció al Partido Nacional y aspira a dirigir Tegucigalpa y Comayagüela desde el Partido Democracia Cristiana (DC). La corrupción excesiva, oprobiosa de la presente administración de Juan Orlando Hernández orillan al ahora candidato a buscar otras trincheras de lucha. Mismas que le permiten no esconder su simpatía por la candidata Presidencial Xiomara Castro.
Godofredo Fajardo desde el boxeo, que es su pasión ha alejado a muchos jóvenes de las drogas y el alcohol. Inculcándoles disciplina, perseverancia, honor. Godofredo sueña con darle al país un campeón mundial de boxeo. Deporte al que se dedicará al 100 % después de los 4 años dirigiendo la comuna capitalina.
De ser favorecido con el voto, Godofredo Fajardo se compromete a construir represas de agua, un hospital municipal, una segunda villa olímpica, escuela de música y teatro, siembra masiva de árboles y generación de empleo.
Godofredo cuenta con el conocimiento y la energía para trasformar la ciudad de concreto hacia una ciudad a una humana.
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