Las ZEDE son –dentro de la dialéctica del desarrollo de las naciones–– la negación misma de la negación, no debía ni podía existir por ser un proyecto involutivo al progreso de la sociedad hondureña, y por ende debe anularse. Aceptar las ZEDE es negar a Honduras.- Siendo cristianos deberíamos, empero, ayudar a don Massimo Mazzone a que culmine la corona de sus derrotas y declararlo enemigo de la hondureñidad, expulsarlo del país, ya que con sus empresas de vicioso lucro procura hacernos daño y nos niega como seres sociales.
La Universidad “Francisco Marroquín” de Guatemala entrevistó en Mayo de 2017 al pirata italiano, socio de la “Zede Morazán” en Choloma, Massimo Mazzone; cuando el conductor lo consultó sobre su concepto de responsabilidad empresarial, lo derivó a decir: “Es ofensivo y terrible que el emprendedor [el empresario] tenga que dar parte de sus ganancias a la sociedad”. “Eso es envidia de los intelectuales de izquierda, los intelectuales son siempre de izquierda”. Tan simple confesión, por demás ingenua, retrata a diáfana luz el miserable concepto social que Massimo tiene de una empresa.
El economista del Banco Mundial, Paul Romer, desarrolló en 2009 la tesis de “charter cities” (“ciudades estatuto” con gobernanza propia pero sin divorcio de la ley general), sin embargo, luego de visitar Honduras para instruir sobre el modo concreto de su idea y al ver lo que se proponía la cachureca vulgaridad gubernativa (ZEDE), se alejó y clausuró su asesoría al régimen Hernández.
Julio Escoto
Escritor y analista hondureño
EL LIBERTADOR
Se llama Massimo Mazzone y tengo el placer de no conocerlo personalmente.
Por lo que exhiben las redes y fuentes confidenciales es un italiano matrimoniado con hondureña, con cuatro hijos ítalo catrachos y que reside en nuestro territorio hace veinte años, tierna presentación sentimental esta que tendería a hacernos solidarios con su esfuerzo empresario. Pero don Massimo es también creador de la Zede “Ciudad Morazán” en aldea Caraos de Choloma, así como de Guanaja Hills en Roatán, camuflageada hasta hace meses como resort con bar y hoy otra ZEDE irrespetuosa de la soberanía, titulada “Honduras Próspera” e instituida contra la letra y normativas de la Constitución nacional y el espíritu del pueblo.
Cuando el economista del Banco Mundial, Paul Romer, desarrolló en 2009 la tesis de “charter cities” (“ciudades estatuto” con gobernanza propia pero sin divorcio de la ley general) provocó algún grado de inspiración en las comunidades tercermundistas ya que generó la apariencia de que, distanciándose del gobierno central y escribiendo ordenanzas y leyes acordes a su propia necesidad, la economía interna podía ser, aunque flexiblemente limitada, más independiente y próspera, idea esta tomada de las experiencias de Hong Kong y Singapur y que consiste en que los países pobres cedan trozos de su tierra a otra nación más avanzada por largos períodos de tiempo (cien años), para establecer allí ciudades independientes orientadas a comercio y finanzas.
Excepto que tras visitar Honduras para instruir sobre el modo concreto de su idea y al ver lo que se proponía la cachureca vulgaridad gubernativa, se alejó y clausuró su asesoría.
Distorsión de las ZEDE
Aunque la idea de Romer era la base de quienes hoy desarrollan las ZEDE, el académico aclaró de manera pública “que el proyecto en Honduras no es respaldado por su teoría ni por él. Periódico El Faro publicó en 2017 la respuesta dada por Romer al periodista Carlos Dada sobre las ZEDE de Honduras: «Me he distanciado del proyecto porque la última vez que revisé, estaba yendo hacia una dirección que yo no apoyaba. Específicamente temo que sea utilizado de manera que es intolerable, como vía para que un pequeño grupo de personas con acceso al poder (…) puedan distorsionar la voz democrática de manera indefinida». «He criticado repetidamente el modelo actual de ZEDE que se introdujo mucho después de que cortara todos mis vínculos con el gobierno de Honduras», dijo Romer, y prosigue la publicación indicando que «desafortunadamente hay una cantidad infinita de mentiras, incluida la mentira de que respaldo el sistema y los proyectos actuales».
Identidades del enemigo
La Universidad “Francisco Marroquín” de Guatemala entrevistó en Mayo 2017 a Massimo, cuando el conductor, consultándole sobre su concepto de responsabilidad empresarial, lo derivó a decir: “Es ofensivo y terrible que el emprendedor [el empresario] tenga que dar parte de sus ganancias a la sociedad”. “Eso es envidia de los intelectuales de izquierda, los intelectuales son siempre de izquierda”. Tan simple confesión, por demás ingenua, retrata a diáfana luz el miserable concepto social que Massimo tiene de una empresa.
Para él están divorciados negocio y sociedad, argumento absurdo. Mientras que el Estado es toda una institución que construye, ordena y rige las relaciones de los ciudadanos, edificando para ellos y sus prácticas económicas las mejores condiciones de salud mercantil, lo que incluye estímulos y reducción de impuestos, la empresa privada no puede ser, en forma ninguna, indiferente al acontecer de la comunidad donde existe y opera.
Regalías a “piratas”
Sencillo y escrito en breves palabras. Acontece que nuestro noble país otorga durante 2021 al gran empresariado nacional exenciones de impuestos por el monto global de 48 mil millones de Lempiras (aparte de otros escamoteados a la ley, tales como subsidios en facturas de consumo de electricidad, perdón de deudas por servicios estatales, amnistías municipales y gubernativas, permisos ambientales, ya casi consuetudinarios y abusivos), que van directo al bolsillo del supuesto inversor, dueño de tiendas, industrias, fábricas y maquilas.
Lo que quiere decir que el sistema del Estado ––permítanme abundar en términos y verbos, cosa poco estética–– regala, otorga, da, perdona, subsidia y dispensa a ciertas élites inversoras impuestos que, por otra parte, cobra sin piedad ninguna a su general población. Todos pagamos impuesto sobre la renta, excepto cuando excepciones legales, menos aquellos que bajo manipulaciones “mágicas” (ilegales) consiguen que los diputados de la asamblea legislativa se lo condonen. Eso es inequidad legal, fiscal, impositiva y jurídica.
NOTA DE INTERÉS: ITALIANO DE ZEDE AL BORDE DE CONFLICTO INTERNACIONAL POR INSULTO A EL LIBERTADOR
Entonces, según Massimo, es crimen que se solicite al industrial preocuparse por las gentes con que convive. En la entrevista de Guatemala concluye recomendando: “Si eres empresario joven y tienes objetivos sociales, pues los sábados o domingos por la noche, después de hacer tu trabajo, ve a darle sopa a los pobres, o a plantar árboles, pero no debes mezclar las dos cosas…”
Tras lo que surgen espontáneas muchas consultas de verificación. ¿Podríamos tener acceso a las fichas contables de las empresas de Massimo para saber si paga a sus empleados, obreros y mozos conforme los mínimos de ley o les roba, como ejemplifica Engels, la plusvalía de trabajo…? ¿Podríamos saber si Ciudad Morazán Choloma o Guanaja Hills generan daño ambiental y en qué cuantía no sólo económica sino comunal? Derribar sin causa un árbol es delito ecológico pero derramar o dejar suelto por el campo mercurio minero (o plomo, cadmio, arsénico, cromo) es crimen de humanidad que afecta a seres de todas edades…
Auditorías al italiano
¿Nos permite indagar si para conseguir sus propósitos empresariales mintió, sobornó a autoridades, desvió recursos y exportó regalías secretas a paraísos fiscales evadiendo tasas oficiales? ¿Entrega montos de impuestos a la Honduras de acá o de allá? ¿Importa de correcta manera máquinas, equipos, materiales o lo hace por contrabando mojándole mano a agentes de aduana, o incrementando las necesidades para revender luego en discreto lo importado, como estilan ciertos hoteles y restaurantes, o como hacían los alemanes en Amapala, a quienes en inicios del siglo XX el Estado permitía importar veinte mil libras de alambre de púa para fincas que apenas disponían de diez manzanas? O ¿alguna vez “compró” diputados aptos a sus fines? O como luce que es ahora ejercicio permitido a las ZEDE, ¿ha intervenido usted, expropiado, confiscado, usurpado, cooptado, abusado, apropiado propiedades privadas adyacentes para que crezca su proyecto de intervención?…
Todo eso ––absolutamente TODO –– son cargas sociales, estatales y locales que afectan en multitud de facetas a la nacionalidad. Y de allí que sea imposible divorciar el buen deseo del Estado para estimular la inversión con la picardía de cien empresarios que abusan con artilugios de impíos abogados para lucrar a manos llenas, sin importar el daño que generan a la nación.
¿Cómo se califica a tal tipo de personas seguidoras del Don italiano: oportunistas, aprovechados, vivos o despiertos, sagaces, brillantes, o como en Honduras se hace metáfora: que “le entiende al trámite”, y que no es más que metáfora para encubrir criminales?…
Condenado a fracasar
La cercanía amenazante del fracaso ha de haber convertido a Massimo en máquina voraz. Tras graduarse en administración de negocios e ir conscripto 15 meses se empleó en Telesis, pero esta consultora cerró al año de su llegada, primera mala suerte. Luego laboró con Consulting Group de Boston, en oficinas de Milán, Chicago y Monterrey. Más delante estuvo con Cemex de México, en la que despilfarró treinta millones de dólares por aventurar en especulación y, de nuevo en paro, en 2000 vino a operar con Motorola-Honduras dirigiendo Celtel, compañía que al rato fue vendida. Para terminar con la mala suerte fundó en 2001 la empresa de segundo piso Centroamerican Consulting & Capital, dueña de Farma Value, que en Honduras se conoce como 3C, Farmacias del Ahorro y Droguería ProConsumo.
Dice pertenecer a la sociedad conservadora Mont Pelerin Society, fundada cual think tank por economistas del mundo, entre los que sobresalen profetas neoliberales como Friedrich August von Hayek y Milton Friedman, este último consejero de la dictadura en Chile mediante los Chicago Boys y de Ronald Reagan, así como alega ––sin haber escrito jamás un libro ni pertenecer al gremio académico–– ser miembro de Fundación Internacional para la Libertad, creada por Vargas Llosa y que es alérgica a la mínima expresión del pensamiento progresista.
Ex socio mayoritario de Ciudad Morazán, que es un complejo de 30 manzanas para bodegas y viviendas que no ocupan, en absoluto, ser jurídicamente autónomas, excepto si suceden fines ocultos ya que uno de sus miembros directivos es el dudoso funcionario Ebal Díaz Lupián, quien probablemente ocupará la ZEDE para ocultar millones de Lempiras legalmente injustificados. Precisamente fue Díaz quien envió al congreso desde el Ejecutivo, en Mayo, un proyecto de decreto, luego aprobado, para beneficiar a las ZEDE con tasas cero, o sea una exoneración absoluta de pago de impuestos al país.
Hora cero igual para ellos
Se aproxima el momento estelar para la cadena de fracasos que acumula Massimo ya que de triunfar en las elecciones de Noviembre un equipo gubernativo diferente y no complaciente con la venta de soberanía, las ZEDE acaban. Cosa que no será por confrontaciones de carácter ideológico ni por nacionalismos obcecados, como teme don Mario Vargas Llosa, sino por justicia histórica. Las ZEDE son ––dentro de la dialéctica del desarrollo de las naciones–– la negación misma de la negación ya que se dio vida a un ente que no debía ni podía existir por ser involutivo al progreso de la sociedad, y por ende se debe anularlo. Aceptar las ZEDE es negar a Honduras.
Siendo cristianos deberíamos, empero, ayudar a don Massimo a que culmine la rosca o corona de sus derrotas y declararlo enemigo de la hondureñidad, ya que con sus empresas de vicioso lucro procura hacernos daño, nos niega como seres sociales.
Nos agrede. Nos insulta imaginándonos lacayos incapaces de defender la territorialidad o el sistema democrático de gobierno. Se fue a vender el territorio patrio en Suiza, a cuatro dólares la hectárea, que desde luego deben haberle concedido los corruptos de la incivilidad que nos gobierna.
Pero por lo mismo, porque es ya enemigo identificado, desde nuestro simple carácter de ciudadanos con derechos le decretamos un personal boicot sucesivo y permanente a sus empresas, particularmente a Farmacias del Ahorro, donde quienes respetamos la Constitución de la República, sus leyes y proyectos de desarrollo cívico, jamás volveremos a comprar.
Este es un primero de los pícaros internacionales. A ver si respondiéndoles masiva y cívicamente aprenden, él y los que siguen, a no ser tan míseros, ideológicamente vulgares y empresarialmente aprovechados, violentadores de los más caros estatutos de la nacionalidad.
¡Boicot popular a las empresas del mezquino padrino tropical!
¡Boicot popular a sus farmacias y proyectos relacionados con las ZEDE!
¡Boicot popular al neoliberalismo destructor del futuro comunal y libertario de Honduras!
VEA AQUÍ EDICIÓN MENSUAL EL LIBERTADOR
Deja un Comentario