El derroche de fondos públicos también es “marca país”, al mismo tiempo que un médico sostiene un cartel exigiendo el pago de tres meses en una calle de Honduras, unas 40 personas posan felices frente a “monumentos sagrados” de Jerusalén, entre ellos, familia, amigos, pastores, guardia de honor, diputados y periodistas.
Cálculos mínimos de costos de esa exagerada comitiva que sería imposible ubicarla toda en el avión del Gobierno de Honduras, entre alimentación, hospedaje, combustible, mantenimiento de avión, gastos de representación, etcétera, en tres días fácilmente consumiría más de 10 millones de lempiras, ya que mientras la comitiva que “zarpó” el pasado lunes hacía escala en Alemania, los líderes religiosos y amigos de manera simultánea emprendían el viaje de 12,059 kilómetros desde Tegucigalpa a Tel Aviv, Israel.
Redacción Central / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. Bajo el ardiente sol de las 10:00 de la mañana, que azota la piel curtida del vendedor y el asfalto en el bulevar Suyapa de la capital hondureña, una activista del gobernante Partido Nacional, seleccionada como “guía de familia”, comienza a quejarse por la artritis, lleva varias horas de pie esperando la vacuna Covid-19 en los pasillos del Palacio de los Deportes de la Universidad Nacional; en el otro lado del mundo, “falsos profetas” y “falsos gobernantes” posan alegres en “tierra santa”.
Desde el pasado lunes, una comitiva encabezada por el jefe de Gobierno, Juan Hernández, acompañado de su esposa Ana García, el canciller Lisandro Rosales y el inseparable Ebal Díaz, exsecretario de la presidencia, más miembros de la Guardia de Honor y otros servidores públicos –que no aparecen en las fotos–, surcaron el cielo hasta el “viejo mundo”, con dinero de los hondureños para cancelar viáticos, hospedaje, combustible y hasta los regalos de “recuerdito” o “souvenir”.
Tras hacer escala en Múnich, Alemania, –a 9,458 kilómetros de Tegucigalpa– para conocer sobre la operatividad del aeródromo de la ciudad, considerado el mejor de Europa, el grupo fijó su “cruzada” a Israel, primero para mirar un arbolito de Olivo que Hernández sembró en 2015 y para descansar de cara a la inaudita inauguración de la embajada hondureña en Jerusalén que, gracias a la desesperación del jefe del Gobierno , produce y hereda enemigos innecesarios a la Nación.
NOTA DE INTERÉS: JOH VIAJA A MIRAR AEROPUERTO ALEMÁN Y ARBOLITO QUE SEMBRÓ EN ISRAEL
Considerando el vasto grupo que acompañó al gobernante –sin consideración alguna al bolsillo del pueblo hondureño— se deja expuesto que éstos hicieron un viaje aparte, para el caso Ebal Díaz que ya no es funcionario pero viaja como tal desde el pasado lunes, justificó haber sido invitado por Hernández para ser testigo del “histórico” momento, lo que deja entrever que el agasajo es con gastos pagados.
En las fotografías compartidas por las redes sociales del Gobierno, se ha podido identificar al pastor golpista, Evelio Reyes; la titular del Sistema de Administración de Rentas (SAR) –institución que en absoluto trata asuntos diplomáticos–, Miriam Guzmán; a los congresistas Tomas Zambrano y el conocido “diputado lora”, Mario Pérez.
También se ha identificado al violento activista “cachureco”, Leonel Ayala, a la rectora de la Universidad Cristiana Evangélica Nuevo Milenio (UCENM), María Antonia Fernández; a la secretaria de Estrategia y Comunicación, Sandra Castillo; al periodista Jorge Zelaya, quien aspira a diputación por el partido del Gobierno; y a otros líderes religiosos que tienen estrecha amistad con el jefe de Estado.
Extraoficialmente se mane
Y a la suma anterior, se debe agregar el hospedaje y alimentación de los no funcionarios, además, sólo la posada de Hernández y su esposa es un gasto de 959,200 lempiras por cuatro noches, considerando que el sábado 26 de junio viajarán a España.
Los datos anteriores se han recolectado de la visita de 2015, cuando el gobernante se hospedó en el “mejor hotel de medio oriente”, el Waldor Astoria, cuya “Palace Suite”, cuesta 10 mil dólares la noche. En consecuencia, fácilmente el Gobierno invertiría más de 10 millones de lempiras sólo para “celebrar” un acto diplomático seguido de todo un alegre desfile de paisanos.
El derroche ha sido la “marca país” del régimen, que según análisis financieros realizados por EL LIBERTADOR, en diez años ha dado privilegios a Fuerzas Armadas y Policía Nacional, sin que la inversión justifique resultados; además, desde su ascenso en 2014, ha surcado el cielo buscando inversionistas que nunca le prestaron atención.
De acuerdo a investigación de este periódico, hasta septiembre de 2019 el gobernante había realizado 48 viajes por el mapa mundial en el lujoso jet presidencial Embraer Legacy 600, adquirido con fondos de la “Tasa de Seguridad Poblacional”, impuesto que en principio era transitorio y se dejó de manera permanente como carga adicional sobre la cansada espalda de la ciudadanía hondureña.
Nunca se justificó tanto viaje, aunque siempre habló que venían nuevos inversionistas que jamas llegaron, cierta vez terminó en un evento de modas en un país nórdico, aparecía corriendo en los sitios más lejanos del planeta, incluso, fracasó con el montaje de Indura Resort que sólo sirvió para la destrucción y destierro de garífunas en Tela; ahora presiona por las inconstitucionales Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE).
Este jueves continuaron las protestas por la falta de dosis de la vacuna contra el Covid-19, aún hay personas de la tercera edad sin recibirla y el Gobierno ordenó comenzar la inoculación en activistas del Partido Nacional, tampoco para ellos alcanzó.
Desde hace 12 años Honduras se volvió un muro de lamentos y protesta, médicos tienen tres meses sin recibir pago, otros han sido despedidos de los centros de atención que se van cerrando por falta de presupuesto y los triajes –convertidos en hospitales porque los verdaderos están llenos de enfermos Covid-19– siguen clausurando la atención a los pacientes virales por falta de insumos, expertos están pidiendo el cierre de la capital hondureña por desborde de la pandemia.
Y, el Sistema Educativo, es de los pocos en el mundo que sigue cerrado de manera presencial, porque sólo el 2.7 por ciento de la población está vacunada con una dosis, apenas 58,000 hondureños tienen vacunación completa. La violencia, el narcotráfico y la corrupción, siguen al acecho y la cifra de los muertos por violencia es tan acelerada como la vacunación en Alemania o Israel.
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