Anoche la nación y sobre todo los pacientes del Hospital Escuela Universitario, han perdido a un hondureño valioso, se trata del periodista Richard Smith Casulá, quien murió en ese centro asistencial tras varios años batallando contra una enfermedad crónica.
El comunicador destacó como reportero estrella en el Canal 36, al frente del programa “Historias de Hospital” cada día Richard contaba una historia diferente de cómo el sistema de Salud era indigno con el pueblo hondureño. Años más tarde, en 2019, vivió en carne propia la indiferencia estatal.
Redacción/EL LIBERTADOR.
Tegucigalpa. Anoche, en el Hospital Escuela Universitario (HEU), falleció el reconocido periodista, Richard Smith Casulá, tras varios años de lidiar con una enfermedad crónica que lo apartó de los medios de comunicación, trinchera en la cual se volvió indispensable para los hondureños por su labor en ese centro asistencial.
Casulá se vistió de héroe por muchos años y fue una de las caras más reconocidas del Canal 36, porque desde su programa “Historias de Hospital”, contaba al país y el mundo lo indiferente que es el Sistema de Salud para con los enfermos, son incontables las veces que gestionó para salvar vidas.
Y es que a través de su programa, Casulá pedía ayudas para las personas de bajos recursos que viajaban desde tierra adentro hasta la capital Tegucigalpa, sin alimento y recursos únicamente para el pasaje, a veces sin suerte para recibir medicinas o mínimo ser visto por los médicos.
La labor social del periodista, sin dudarlo, dejó huellas en cada una de las personas que ayudó, sin saber que años más tarde él viviría en carne propia la crueldad de ese Sistema de Salud, pues en 2019 fue hospitalizado durante 90 días por cirrosis crónica, afección que incluso afecto su salud mental, y tuvo que valerse de las ayudas para sanar.
De la mano del pastor, Carlos Cerrato, Richard logró la lucidez y en agosto de 2020 confesó que había sentido la muerte, pero que la iglesia logró rescatarlo “llegaron a darnos fuerzas, a demostrarnos que cuando se quiere se puede y cuando a Dios se busca, se encuentra”.
Hace algunas horas la morgue del HEU había reportado que los restos del notable periodista no habían sido reclamados, nuevamente el pastor Cerrato informó que se haría cargo de darle una despedida digna al periodista.
En 2011, EL LIBERTADOR bautizó a Richard como “el ángel guardián del Hospital Escuela”, en aquel artículo de la sección especial Héroes Anónimos que busca reconocer la labor de hondureños nobles, el comunicador dijo que con los años: “He aprendido a ser humilde, he conocido a las personas con el corazón”.
Hasta siempre Richard.
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