El crimen ha crujido este jueves que aún no termina en Honduras, la violencia en alza actúa sin cuartel, ante un gobierno que en diez años ha sido incapaz de salvaguardar la vida del pueblo hondureño, sin más opción que poner el pecho frente a criminales que ejecutan día y noche, con pandemia o sin ella, en todo tiempo huyen, sólo quedan desoladas escenas de crimen para la nota roja que ya poco asombra a la población.
Redacción Central / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. Treinta hondureños han muerto y ocho fueron heridos en una emboscada este jueves que todavía no termina en Honduras. Y esa tragedia ya no provoca ¡última hora! Diez fueron asesinados en veinte horas de este día, siete en Tegucigalpa y tres en San Pedro Sula, según registros preliminares del Observatorio del Crimen de EL LIBERTADOR (OCEL), los otros veinte, fallecieron por causas del Covid-19, así dijo hace unos minutos el portavoz oficial Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (SINAGER).
La historia de los homicidios es el mismo discurso trillado desde hace más de una década, se desconocen las causas del hecho violento, básicamente los hechores usan armas de fuego y se fueron como llegaron adonde se hallaban las víctimas, los cuerpos de seguridad llegaron después del acto y el rutinario espanto y sangre derramada está en proceso de investigación.
Este día en San Pedro Sula reportaron los asesinatos de tres hombres, uno en la colonia 15 de Septiembre, otro fue acribillado en la colonia Central del sector Rivera Hernández y al otro lo llegaron a matar a su casa en la colonia Alfonso Lacayo.
En Tegucigalpa, el peligro destaca por impune, caía la noche hace unas horas en la capital hondureña cuando cinco personas fueron asesinadas en la colonia El Pedregalito, más temprano liquidaron a balazos a un hombre en colonia Torocagua y la vida de un motociclista fue cegada frente a escuela de colonia La Travesía.
Las cinco personas ametralladas en el interior del mini súper «Canale», en la colonia El Pedregalito, Tegucigalpa, según versión de algunos testigos, fueron ejecutadas por cuatro hombres con vestimenta policial y militar que se conducían en un pick-up. Entraron al local y dispararon sin pronunciar palabra contra las cinco personas, cuyos cuerpos quedaron esparcidos en el piso del negocio.
Al lugar llegaron agentes policiales para acordonar la zona y empezar con las primeras pesquisas del hecho violento y tratar de dar con el paradero de los criminales que salieron con rumbo hasta ahora desconocido, aunque las autoridades han dicho que mantienen un cierre de la ciudad.
Por otra parte, extraña el crimen que por la mañana se efectuó cerca de Tegucigalpa, en la comunidad de Orica, cuando ocho agricultores fueron gravemente heridos durante una emboscada al momento que se dirigían en un vehículo para realizar trabajos de siembra de tomates, iban confiados a sus trabajos de campo, sin esperar que en el camino serían atacados a disparos por varios hombres. Según os cuerpos de seguridad, hasta ahora se desconoce la causa del delito y el paradero de los criminales.
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