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HONDURAS/ ¿QUIÉN DIJO MIEDO? ¡MARQUITO! Y ¿DÓNDE ESTÁ EL DINERO?

HONDURAS/ ¿QUIÉN DIJO MIEDO? ¡MARQUITO! Y ¿DÓNDE ESTÁ EL DINERO?

Marquito era respetado en las fiestas y ambientes de la comunidad internacional, durante años manejó la Cuenta del Milenio donde jamás pasó el tercer requisito para que Honduras se beneficiara con fondos donados para proyectos de gran envergadura como la carretera CA-5. ¡Agudeza! ¿Saben cuál es el tercer requisito? ¡Brujooos!, “Control de la Corrupción”.

 

“¿Quién dijo miedo?” gritó un jubiloso Juan mientras salía del Hospital Militar, curado de supuesto Covid-19. “Yo no”, le respondió Fernando del Rincón. Ya días CNN busca a Juancito, y no lo halla por cielo, ni mar ni tierra. 

 

Reflexión

EL LIBERTADOR

redaccion@ellibertador.hn

 

Tegucigalpa. Cuando se navega en las aguas del poder, las amistades sobreabundan, las promesas de amores eternos, entre los Merlot y los Cabernet fluyen como maná, la lisonja es el pan nuestro de cada día, parece como si los botoncitos de las flores se abren a nuestro caminar y el sol sale para vernos brillar, hasta que las aguas se vuelven turbulentas y nuestro pequeñito universo, se muestra como tal: nada. Los finísimos vecinos de la exclusiva residencial Villas del Molino, no podían creer que algún barriobajero les montara un espectáculo que pasaban en la televisión, asomados a la ventana comprobaron lo peor. La justicia pisaba tierra santa, no había música, ni risas, ni parrillada, sólo murmullos…

 

Un bote de cloro en el suelo de la entrada, unas chancletitas blancas, frascos de agua sin abrir y una camioneta de lujo, extraño que sólo hubiera un auto, quizá avisada la familia, abandonó al hombrón de la casa, apenas unos perros ladrando en la segunda planta. Los agentes de la Agencia Técnica de Investigación (ATIC) parados sobre la verde hierba, están frente a la residencia del exdirector de Invest-H, el pequeño Marquito, ha sido derrocado de su reino, después de nueve años de glorias. Apenas unas horas atrás había sido nombrada la nueva directora “muerto el rey, ¡viva el rey!”, dicen las leyendas.

 

Pero la historia de nuestro bello Marquito, no comenzó aquí, usted está leyendo los estertores de un hombre que se sintió poderoso y como los dioses no soportan competencia, ha caído del Olimpo. Y duele. La historia de nuestro joven héroe, con los honores de hospitales fantasmas, inició hace nueve años. Marco Antonio Bográn Corrales (no se esconda el segundo apellido, picarón), inició gestionando proyectos con fondos internacionales, luego le dieron las carteras millonarias en el Fondo Vial ¿Adivine adónde lo mandaron después?

 

Pero su andadura como hijo de la sociedad de privilegios, data de casi dos décadas en cargos públicos, desde muy joven entró a la selecta argolla de las familias hondureñas, cuyos hijos ya nacen líderes, con partida en el presupuesto nacional, buenos empleos, bien pagados por el pueblo, ahora cuenta con 43 años de edad. Era respetado en ambientes y fiestas de la comunidad de la cooperación internacional, durante años manejó la Cuenta del Milenio donde jamás pasó el tercer requisito para que Honduras se beneficiara con fondos donados para proyectos de gran envergadura como la carretera CA-5. ¡Agudeza! ¿Saben cuál es el tercer requisito? ¡Brujooos!, “Control de la Corrupción”.

 

Como paradoja nada extraña, por esos resultados maravillosos, no es broma, para muchos que lo conocieron tenía enorme futuro en las codiciadas y jugosas chambas de organismos extranjeros. Agarre barco chiqui, ya el gran Arquímides demostró la “Ley de la Palanca”. Pues bien, desde ahí, ya educado en masculinidad y equidad de género, nuestro prócer fue convocado a dirigir Invest-H, donde se coronó con la medalla de honor al mérito “Mario Zelaya” 2020 ¿Recuerdan la historia de las ambulancias? Este compa lo llevó a otro nivel. ¡Tú si sabes!

 

¿Pero con resultados tan mediocres, seguía siendo premiado? ¡Aaaaah! Pequeños, pequeños, con lo acuciosos y picarescos que son, se preguntaran ¿Pero quién es este muchacho, como para terminar siendo una de las caras visibles de “Covizazo”? para ahí vamos. Marco Antonio Bográn Corrales, tiene en la mano izquierda el poder económico y en la mano derecha el poder político ¡Puff! La fórmula mágica del éxito en la hondura de este cerro, sobrino de la exdesignada presidencial María Antonieta Guillén de Bográn, chiste privado (Recordas María Antonieta ¿Aquel sobre con un artículo y una advertencia clarividente?: “Es fácil perder la cabeza en el poder”. Y la perdiste).

 

¿Era eso suficiente para nuestro pequeño Marquito ganara más de 230 mil lempiras mensuales, sin contar los bonos, dietas y gastos de representación? El salario que al mes ganan 30 hondureñitos, que se les quiebra el lomo en un empleo donde cada día dejan el alma, si tienen la suerte de encontrarlo. No sean impacientes, vamos por más, también es familia de Napoleón Bográn Idiáquez, presidente y socio de Consultores de Ingeniería Sociedad Anónima (Cinsa) y ¿Adivinen qué empresa fue contratada por Invest-H, para supervisar la construcción de obra del plantel y apoyo en la instalación del hospital de aislamiento móvil de 51 camas en la ciudad de Santa Rosa de Copán? ja,ja,ja éstos son únicos ¡exacto! La exitosa Cinsa. Negocios son negocios y si se quedan entre la familia, son doblemente maravillosos. Así se suda la camiseta por Honduras, respeten haraganes, en la oportunidad está el éxito.  

 

Marquito no entendió lo que juancito tampoco entiende, lindos, el poder es el poder, no tiene nombre y constantemente cambia, “la materia no se crea, ni se destruye, solo se transforma”. Allá por los pasillos blancos de la institución del Estado, mientras la rectoraba el héroe de los hospitales fantasmas, era alabado por ASJ y le decían que era el más hermoso, y frente al reflejo, le preguntaba Marquito: Espejito, espejito ¿Quién es el más vivo en esta pandemia? Y la respuesta era siempre la misma “lo sos vos, Marquito, por ahora lo sos vos”. También los empresarios, lo amaron y por mucho tiempo el CNA, no dijo mucho y Omarcito con los ojos gordos de la envidia y en la mano la guadaña de la traición, esperó y chismeó. Y llegado el momento, lo apuñaló, luego el CNA denunció la corrupción, luego ASJ se alejó y, finalmente, los empresarios se retiraron, el universo de Marquito, cayó, cayó a pedazos, como cuando algo frágil se rompe, como débiles pulmones estrangulados sin piedad por Covid.

 

¿Cuánta distancia hay entre un video cuando una joven enamorada grita “Tony, Tony, hacé que el caballo me baile” y otro que dice “Pucha, pucha, arruiné mi vida” frente a un agente en el Distrito Sur de Nueva York? “Tan corto es el amor y tan largo el olvido”, resiente Neruda, y yo le creo. La mediocridad y el extremo criminal de este ser, la hemos pagado todos los hondureños, los hospitales no estaban listos y Marquito no renunció, la gente comenzó a morir y Marquito no renunció, nadie podía enterrar sus muertos y Marquito decía “¡Yo no renuncio!” y cuando la gente comenzó a decir #dondeestaeldinero #dondeestanloshospitales, Marquito tampoco renunció. Ese niño criado para mandar, para pasear con la soberbia como si fuera Oscar Wilde paseando con un girasol, claro, sin carácter firme para rechazar la maldad o el talento para escribir “Balada de la Cárcel de Reading”.

 

Derrumbada su estatua, solo, cansado de marcar y marcar y solo escuchar: “Por favor deje su mensaje”, todos sus amigos personales no están, presidente, empresarios, iglesia, amantes, políticos, nadie contestó al otro lado de la línea. Marquito se fue a un rincón de la casa, acurrucado como niño en vientre, con millones de preguntas (así como las nuestras ¿Dónde está el dinero?). Quizá se para un auto frente a su casa y son las 2:00 de la mañana, el Corrales mayor se baja -¿Qué putas te pasa cipote? -Tío, tío (sniff, sniff), me engañaron, Juan me engañó, me quieren destruir, me quieren llevar preso, tío, tío (sniff, sniff), usted tiene que ayudarme.

 

Corrales, experto maestro en llevar mensajes fatales, el heraldo negro criollo, “Ya no te podemos retener”, dijo alguna vez a un expresidente, y hoy, frente a su familia, lo ve y sabe que no puede hacer nada como en la agonía viral, que el camino de Marquito es apenas el inicio, un destino que sólo Atlas puede entender. El Alacrán observa la postura desmejorada, las botellas tiradas, la apariencia zarrapastrosa de su pequeño, y advierte: te mandaré a mis abogados y arréglate, -Tío, tío, Juancito se quedó con el dinero, no yo, fue juancito (sniff, sniff)-, El Alacrán no habla más, aunque le haya cocinado los filetes a Juan, no puede hacer nada.

 

Aquí murió nuestro pequeño héroe, quizá hubiera sido presidente o alcalde o nuestro ejecutivo en el BCIE, en el BID o en Banco Mundial, cualquiera puede serlo hoy en esta selva, pero ya no, y lo peor, es que Marquito tiene razón, INVEST-H no es una isla. “¿Quién dijo miedo?” gritó un jubiloso Juan mientras salía del Hospital Militar, curado de supuesto Covid-19. “Yo no”, le respondió Fernando del Rincón. Ya días CNN busca a Juancito, y no lo halla por cielo, ni mar ni tierra. 

 

Como canción de Soda Stereo, “nadie sabe de mí y yo soy parte de todo”, hacía ahí se debe observar. El hondureño no se debe distraer con el perro, sino buscar quien soltó la correa.

 

Pd: Marquito no importa, solo se retrata como recordatorio de lo efímero del poder y el final de los Gabrielitos, Ebalcitos, Juancitos, Toñitos, Tomasitos y un largo etcétera. El tiempo se les termina tic, tac, tic.

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