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HONDURAS/ LA MIRADA DEL TIGRE: “TODOS SABEN QUE CONMIGO NO SE ANDA CON MIERDAS”

HONDURAS/ LA MIRADA DEL TIGRE: “TODOS SABEN QUE CONMIGO NO SE ANDA CON MIERDAS”

¿Quién hizo al Tigre? Es el gringo que almuerza hoy con vos y mañana pide que te persigan o, ¿será el empresario que le dice al político a quien quiere como jefe de los cuerpos de seguridad? El político podrido sólo es un producto de un sistema que muele al descalzo. ¿No es el Tigre un niño formado por sus padres en el campo y, que sin posibilidades de desarrollo, ingresó en la policía? Ese que se roba el presupuesto de forma inescrupulosa para cocinar enormes filetes al encargado de turno.

 

Reflexión

EL LIBERTADOR

redaccion@ellibertador.hn

 

Tegucigalpa. Desde una de las torres de esta ciudad, un hombre elegante con camisa de marca en mangas y la enorme oficina invadida por la fina fragancia de “One Million” de Paco Rabanne, atiende a su joven nieta de 16 años. Muchacha vivaz, llena de vida, que al hablar mezcla castellano e inglés. Aún con el uniforme de la escuela, mira emocionada a su abuelo que abre la gaveta de madera y le entrega la nueva Tablet, adquirida en Jetstereo o Radioshack. – ¡Gracias abuelito!, le dice con ternura, al tiempo que le besa la mejilla sonrosada, signo de buena salud y prosperidad.

 

La recepcionista anuncia que llegó el invitado. – Que pase, responde sereno el empresario. En la enorme puerta de roble aparece un hombre, se asemeja a una figura descrita por la joven Shelley en Frankenstein; los 1.90 metros, con paso de pesado plomo, cruzan el umbral; es innegable el susto contenido de la niña, – “Hija, disfruta tu tablet, ahora déjanos que tengo una reunión con el señor, te quiero mucho”. Un beso cierra el encuentro entre abuelo y nieta. Aquella visita espectral observa en silencio, sin entender los afectos de aquel hombre que en privado da órdenes horrorosas (aún para él). 

 

Y como no hay mejor comprador de productos comunistas que los empresarios capitalistas, pregunta: ¿Jefe, quiere un habano, son Cohiba? Aquel hombre callado, que abandonó su hogar a los 13 años para entrar al batallón, aún con la impresión mental de aquellos extraños gestos de ternura, fija su mirada vacía sobre la pared, ahí está la típica foto de esa gente con el papá, y como tigre en selva observa al delicado empresario con uñas pulcras y esmaltadas, y responde: – “No, gracias”. – ¿Y un whisky?, insiste el hombre que da la orden. – “Señor, sólo de la orden, soy obediente y no beligerante”. Una mueca que parece sonrisa se dibuja en aquel hombre de negocios; lo encanta mandar. La orden es dada y la orden es cumplida.

 

Corría 2002, y la entonces jefa de Asuntos Internos de la Policía Nacional, María Luisa Borjas, acusó al Jefe de la Policía en San Pedro Sula, Juan Carlos Bonilla, de pertenecer a una estructura que se llamó “Los Magníficos”, involucrada en asesinatos de pandilleros, algo así como antihéroes, sólo que en la vida real.- Borjas entrevistó al “Tigre” Bonilla, y le dijo algo que hizo confirmar las dudas de la comisionada.

 

El “Tigre”, creado por muchos civiles y también por los famosos Carabineros de  Chile, le respondió a la Comisionada Borjas –viéndola fijamente y frío— “Si me quieren mandar a los tribunales como chivo expiatorio, esta policía va a retumbar, porque le puedo decir al propio ministro de Seguridad, en su cara, que lo único que hice fue cumplir instrucciones”, según la Comisionada, en la frase, claramente se refiere al que hoy, cuando el tema del narcotráfico retumba por todos lados ha desaparecido, al pequeño “Showman”, Óscar Álvarez.

 

Después de mucho tiempo, en un retiro paradisíaco en el mundo de la diplomacia en Colombia, el país de moda para el Gobierno de Honduras, el “Tigre” es regresado al infierno, así como el Lobo de Gubbio de Ruben Darío, que cuando se acercó a los humanos y se hizo manso, lo golpearon y lo humillaron, entonces la bestia volvió a la cueva y volvió a ser lo que siempre fue … “Y así me apalearon y me echaron fuera, y su risa fue como un agua hirviente, y entre mis entrañas revivió la fiera y me sentí lobo malo de repente, mas siempre mejor que esa mala gente. Y recomencé a luchar aquí y a defenderme y alimentarme…”.

 

Los títulos de portada y la rotulación en televisión de los medios tradicionales en todo lado gritaban: “El Tigre Bonilla operó para Tony y otros carteles”, y como la orden viene del Norte, el señor Bonilla, aunque reaccione sintiendo la traición de quienes sólo obedeció órdenes, lo cierto es que está en el camino del fin o de la colaboración. “Siempre tuve conflictos con los políticos por cómo manejar las cosas en la Policía Nacional”. Sentenció Bonilla, al saber su acusación.

 

“El Tigre” Bonilla fue el hombre fuerte en el occidente del país allá en 2011. El Cerbero de las tres fronteras y puertas del narcotráfico, Guatemala, El Salvador y Honduras, donde sentó fama de hombre duro, inexpresivo y creó su famosa expresión: “Todos saben que conmigo no se anda con mierdas”. Aunque también esas calles polvorientas y de narcocorridos en el occidente del país, fueron testigo de que los tigres lloran, cuando descubrió el cuerpo de un niño asesinado en la orilla de una quebrada. Bonilla no pudo contener el llanto.

 

¿Quién hizo al Tigre? Son los cardenales bendiciendo las armas que irán a matar, quizá sean los periodistas dados a elevar al funcionario mientras está en el poder, pueden ser los gringos que almuerzan hoy con vos y mañana piden que te persigan o, ¿será el empresario que le dice al político a quien quiere como jefe de los cuerpos de seguridad? El político podrido sólo es un producto de un sistema que muele al descalzo. ¿No es el Tigre un niño formado por sus padres en el campo y, que sin posibilidades de desarrollo, ingresó en la policía? Ese que se roba el presupuesto de forma inescrupulosa para cocinar enormes filetes al encargado de turno.

 

Hablando de eso, es interesante como Bonilla menciona que “Corralito” le pidió que entregara unas armas o “Marito” Pérez solicitándole un fusil modificado… Que curioso como a estos políticos les gustan tanto las armas, que curioso. Paréntesis (jajaja, se pasó con lo de que “Omarcito” es un jetón). Te creo si escupís Omar.

 

“El Tigre” Bonilla es sólo un producto de un sistema de desperdicios, hoy le tienen miedo, ahí estaba “Ebalcito” viendo al “Perro Amarillo”, ni la conferencia de prensa escuchó. ¿Qué pasó amiguito? ¿Quién dijo miedo? Estos que miran en las calles familias enteras durmiendo con la peste, sufriendo frio, hambre, dolor, tal cual lo retrata en su reportaje la periodista Claudia Mendoza.

 

Si eso no te conmueve. ¿Quién es la bestia? ¿Quién es el animal? Ese que se escuda en la palabra pueblo y vuela en aviones privados, tan alto que no mira cuando el casa teniente sacó la familia por no poder pagar la renta; tampoco ve esa niña llorando tirada en la calle, acosada por enfermos sexuales, mientras su nieta o su hija de la misma edad, recibe clases “online”. Mis amigos, con todo mi amor les digo ¡Son una porquería!

 

“El Tigre”, es ese niño hondureño que creció sin estímulos, condenado al fracaso, que nunca vio un gesto de amor, ni cariño, ni Gobierno al que le importara. Un ser  que no sabe el origen de la familia, por eso no puede constituir una; esa organización social que prepara al individuo para enfrentar al mundo, un lugar de refugio donde siempre se puede volver y ser aceptado.

 

Eso, millones de hondureños no saben qué es, así se forman “los Tigres” en Honduras, los mareros, los narcos, los corruptos. No hemos de negar que hoy andamos medio aburridos ¡Disculpen, es que éstos son como esa película aburrida que todos los días está en la cartelera del cable! Y para que no quede esa ingrata impresión de muy amargaditos, aquí les dejo una pista de Ciudad Gótica: La DEA es como “Dos Caras”. En Batman, ellos no quieren al perro, quieren al que soltó la cuerda. ¡Van por vos, campeón!

 

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