

Redacción Central / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. Justin Palacios Lino y Elvis Armando García jamás pensaron que auxiliar un vehículo que quedó varado en la playa les costaría la muerte a manos de militares.
A las 4:30 de la mañana del domingo anterior, estos dos jóvenes eran acribillados con balas de grueso calibre cuando pretendían sacar un picop todoterreno de un banco de arena en la playa de Sangrelaya, Colón, caribe de Honduras.
Los militares estaban agazapados en bancos de arena, cuando se percataron que habían tres vehículos todoterreno a la orilla de la playa; uno de ellos no podía moverse, y los hombre de verde no se acercaron para preguntar si tenían problemas…desenfundaron sus armas y comenzaron a disparar a mansalva.
Creyeron los uniformados que eran narcotraficantes porque no dijeron nada al momento de ser requeridos ya que todos se encontraban ocupados intentando sacar el carro de las arenas movedizas; aplicaron el nefasto refrán “primero disparan, después preguntan”.
En la escena había hombres, mujeres y niños, quienes se trasladaban desde municipios colindantes con Gracias a Dios hasta Tocoa, donde comprarían alimentos, insumos para el hogar y artículos para sus negocios.
Y es que la única forma de acceder a esta región es mediante vehículos de doble tracción por la falta de carreteras pavimentadas que conecten con La Mosquitia. Por lo general, los carros salen después de las 12 de la noche para arribar a Tocoa o Trujillo en las primeras horas de la mañana.
Y es la forma más barata de movilizarse desde las recónditas aldeas y caseríos de Colón y Gracias a Dios ya que desplazarse por avión suele ser más caro. Un boleto a Miami es más barato que un tiquete a Puerto Lempira y comunidades misquitas.
El portavoz castrense, José Sánchez, salió a decir que los ocupantes de los vehículos salieron a disparar a los militares que estaban haciendo guardia en la playa; horas después desdijo su tesis y echó culpa a la denominada Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina) del crimen.
Después del atentado, los habitantes de la zona realizaron múltiples protestas como muestra de indignación y consternación por el bestial ataque de la fuerza naval de la zona contra los jóvenes atacados.
Según testigos del incidente, un vehículo se conducía por la orilla de la playa cuando se atascó en la arena, al encontrarse varado otro automotor acudió a ayudarlo, sin embargo al momento de intentar remolcar al carro, las Fuerza Naval abrió fuego contra los ciudadanos.
Por su parte las Fuerzas Armadas emitió un comunicado donde aseguran que hubo un enfrentamiento a fuego cruzado en un operativo antidroga, cuando los ocupantes de los dos vehículos comenzaron a disparar contra la patrulla de la Fuerza Naval, apostada en la Base de Puerto Castilla.
“Es un acto reiterativo que desde embarcaciones particulares se dispare contra patrullas de la Naval al ser descubiertos en operaciones de trasiego de droga”, expresa el comunicado.
Ante estos actos el alcalde la Iriona argumento que el comunicado emitido por la fuerza naval es totalmente falso, ya que al momento del ataque “en los vehículos que transitan hacia Tocoa, venían niños y mujeres de celebrar las fiestas con su familia, un vehículo se descompuso y otro intento ayudarlo, cuando fueron atacados por la fuerza naval, además las lanchas y los vehículos tienen características distintas”.
De igual manera detalló que “en este momento se encuentran en reunión permanentemente para afrontar un error tan criminal que cobro la vida de dos jóvenes garífunas”.
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