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Isidro España: caminando entre cercos y banderas libertarias

Isidro España: caminando entre cercos y banderas libertarias

El historiador y docente universitario Edgar Soriano, hace una exposición magistral sobre Isidro España, referente en la historia del teatro en Honduras. 

 

 

Edgar Soriano Ortiz*
EL LIBERTADOR

Tegucigalpa. Hoy tengo el agrado de hablar de mi amigo, compañero y maestro Isidro España, figura vital de la historia del teatro hondureño. Lo que a continuación expongo parte de mis investigaciones sobre la historia de teatro y de conversaciones con Isidro por varios años. Son grandes los retos académicos e intelectuales para poder tener una construcción histórica del arte nacional, el teatro principalmente ha quedado al margen de análisis esenciales. 

 

Isidro comenzó en teatro a los 5 años trabajando como actor en el teatro del Kínder Nacional en la ciudad de Comayagüela y años después en el grupo de la Normal de Varones que dirigía el profesor Santiago Toffe, era el inicio de la década de 1960. Inicio de grandes retos creativos ante las profundas contradicciones socio-políticas de una época donde la militarización se juntó al viejo funcionamiento de Estado liberal-oligárquico.

 

 

Isidro junto a otros teatrista como Francisco Salvador, Eduardo Barh, Rafael Murillo Selva, Mercedes Argucia, Lucy Ondina y muchos más que desde las tablas formó y creó espacios de expresión teatral. Isidro al igual que Rafael Murillo buscó en la comunidad las raíces de la expresión reflexiva, Brecht no estaba solo, lo pusieron a dialogar con la comunidad. 

 

Isidro se formó en Nicaragua, México y Chile, y su trabajo se extendió por todo el territorio organizando grupos teatrales en San Pedro Sula, La Lima, El Progreso, Tegucigalpa y otros pueblos de tierra adentro. En 1967 y luego en 1972 trabajó para el Teatro Universitario, espacio donde realizo importantes montajes de creación colectiva, de su creación dramatúrgica (como «Clementina Vive», que vivirá por siempre) o de dramaturgos como Max Aub, Medardo Mejía, entre otros. 

 

También Isidro se preocupó por la ciudad tuviera espacios de expresión y fundó en el Barrio Abajo de Tegucigalpa un Café Teatro donde se hacían conciertos de rock y montó un espectáculo que denominaron “trigométrico vuelve desnudo del pasado para proyectarse a futuro o pasando el rato con Keka”. Era un juego de palabras para criticar el sistema y la represión institucional. En la obra había un desnudo interpretado por el actor Marco Tulio Galeas. 

 

Luego de ser despedido de la UNAH, Isidro continuó su labor fundado grupos como “Teatro Camino Real” y participo en la fundación de organizaciones culturales como Asociación Cultural Nosotros (ACUN) y La Comunidad Hondureña de Teatristas (COMHTE); además formo grupos en comunidades y sindicatos. Su compromiso por un teatro liberador lo llevaron a soportar la represión estatal, como sucedió en 1987 cuando le fracturaron un pie en la manifestación por la paz para exigir la salida de la guerrilla derechista nicaragüense “La Contra”.

 

Este hecho llevo a Isidro a exiliarse en Guatemala, desde aquel lugar centroamericano Isidro siguió activando el teatro. En realidad, Isidro nunca ha parado de trabajar con niños y adultos en la creación escénica y en la organización de festivales como APALOS. Estoy seguro que Isidro España seguirá trabajando por esa Honduras que todas las personas añoramos, libre de exclusión y de respeto por la vida. Muchas gracias.

*Historiador y docente universitario.

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