Redacción Central / EL LIBERTADOR*
Podgorica, Montenegro. Se eleva elegante sobre la ciudad un monumento blanco puro, casi inmaculado; no tiene mucha vegetación, quizá con la vanidosa intención de que los visitantes no tengan más distracción que la Iglesia de la Resurrección en Podgorica.
En los muros exteriores en relieve se observan detalles del Arca de Noé. El color oro es deslumbrante en cada esquina.
Este mismo templo fue epicentro de polémica por la inauguración de un mural en 2014 que representaba al líder comunista yugoslavo Josip Broz Tito en los fuegos del infierno con Karl Marx y Friedrich Engels, hecho que provocó reacciones mixtas.
El padre Dragan, superior de la iglesia, aseguró: «Marx, Engels y Tito personifican el mal en los Balcanes de manera global”.
Sin embargo, en opinión de alguna facción de la población y analistas, la iglesia está tomando una posición de juzgar quién va al infierno, bajo argumentos personales: «El autor no tendría que haber juzgado, en nombre de la iglesia, quién está destinado al infierno o al paraíso”.
Josué Sevilla, enviado especial de EL LIBERTADOR*
Deja un Comentario