El Hospital Psiquiátrico Santa Rosita, en cooperación con el Instituto Hondureño de Cinematografía, inauguró una moderna sala de cines en una idea sin precedentes que traslada la producción audiovisual hasta el centro de salud mental.
Las autoridades declararon que «ningún otro hospital psiquiátrico en la región cuenta con una sala de cine permanente como parte formalizada de su modelo de recuperación y tratamiento en salud mental».
Redacción Central / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. Con el apoyo del Instituto Hondureño de Cinematografía (IHCINE), el Hospital Psiquiátrico Santa Rosita, ubicado en Tamara, al norte de Francisco Morazán, inauguró una moderna sala de cines dentro de la institución de salud mental, siendo la primera en América Latina.
Este proyecto, pionero, integra formalmente el séptimo arte como parte fundamental del modelo de recuperación y tratamiento, posicionando a Honduras a la vanguardia de la priorización del bienestar emocional, la inclusión, la dignidad y una atención integral.


Según el IHCINE, «ningún otro hospital psiquiátrico en la región cuenta con una sala de cine permanente como parte formalizada de su modelo de recuperación y tratamiento en salud mental.”
Asimismo, afirman que, aunque en otros países como Cuba, Colombia, Ecuador, entre otros, tienen espacios para que se desarrolle un cine, no equipan una sala de cine profesional dentro de la institución hospitalaria, haciendo de esta una herramienta para la atención terapéutica.


El edificio que alberga al hospital fue construido en 1966 para tratar la tuberculosis y se convirtió oficialmente en centro psiquiátrico en 1976. Ahora, tras 49 años de operación, empezó su renovación.
De esta forma, el proyecto funciona como una herramienta de cine-terapia validada clínicamente y sustenta tanto la salud mental como la neurociencia; el arte y la arteterapia. Además, repara la exclusión histórica de personas con trastornos mentales de los espacios culturales y garantiza el acceso pleno al arte.


La sala cuenta con equipamiento profesional de proyección, accesibilidad, comodidad y programación curada de películas hondureñas, latinoamericanas e internacionales con enfoque inclusivo, sensible y culturalmente pertinente.
La sala de cine en este centro médico es un beneficio para las personas con trastornos mentales, quienes tienen derecho a emocionarse, imaginar y vivir plenamente. Este proyecto marca un antes y un después en la psiquiatría regional y confirma que el cine hondureño, hoy, también sana.

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