Para los mayas, el jaguar era un símbolo de poder, de vida y fertilidad que, al ser un depredador nocturno, se le asocio con el inframundo y el “sol nocturno”; sin embargo, el imponente felino hoy está en riesgo a causa de la ignorancia, la actividad ganadera y destrucción de zonas protegidas.
En los últimos 100 años, Honduras destapó una realidad desgarradora, el coloso felino enfrenta el filo de la extinción, porque su dominio pasó de ser nacional a solo cuatro puntos específicos, revelan estudios especializados.
Redacción Central / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. El tiempo, la impunidad y la corrupción, están también en contra de uno de los felinos más icónicos de la región, el jaguar, considerado una deidad para los mayas, afronta un riesgo mortal en el país por la caza furtiva, la ganadería, destrucción ambiental y más.
Especialistas en materia de protección cuentan a EL LIBERTADOR que, hace 100 años, los avistamientos de este imponente felino eran comunes en todo el territorio nacional; sin embargo, actualmente solo se le ha visto en cuatro puntos específicos, en lo profundo de la selva.
La conservación de su hábitat, se ha convertido en un serio desafío, ya que estas majestuosas criaturas requieren terrenos de amplio espacio para una vida plena, condición que se ha ido perdiendo desde hace varios años.
Cabeza de jaguar en la zona arqueológica de Copán en la actual Honduras. Fotografía de Alfred Percival Maudslay entre 1890-1891. #BuenViernes #archeology pic.twitter.com/u1u8GCqIS3
— Tlatoani_Cuauhtemoc (@Cuauhtemoc_1521) March 27, 2020
Según explica el biólogo técnico del Instituto de Conservación Forestal (ICF), Marcio Martínez, “la ganadería extensiva es uno de los factores que más está Influyendo en la muerte de jaguares”.
ACORRALADO
A pesar que la organización internacional Panthera, ha confirmado con base a ciencia que en 25 años de estudio de la fauna en Honduras, nunca uno de estos felinos ha atacado a seres humanos o que signifique un riesgo para sus actividades, éstos si han sido víctimas de la depredación del hombre.
Martínez confirma que hace 100 años, el felino tenía presencia en todo el territorio, pero la contaminación de las aguas, la cacería por sus pieles, sus garras y sus colmillos, y la ganadería extensiva, han mermado su población.
Explica que antes se veía especímenes en las regiones de “Choluteca, Valle, el occidente y llegando hasta Atlántida; pero en la actualidad solo lo podemos encontrar naturalmente habitando en Gracias a Dios”.
De acuerdo con el servidor público, se estima que en el país existe al menos 2,500 ejemplares del felino, pero los datos se manejan con mucha reserva para evitar su casería desenfrenada, ya que el jaguar representa un equilibrio para el ecosistema nacional.
La Moskitia, en Honduras, es otra pieza clave del corredor del jaguar. Sin embargo, en los últimos 15 años, “ha sido el bosque que más ha sufrido deforestación entre los cinco bosques que quedan en Mesoamérica. Ha sido el más afectado”, dice el ecólogo Edgard Scott. 7/11 pic.twitter.com/mlhC3ELhcQ
— Mongabay Latam (@MongabayLatam) October 16, 2024
DEIDAD MAYA
En la cultura maya, el jaguar fue considerado un símbolo de vida, también se le relacionó con el inframundo y el “sol nocturno”. Entre esta mitología, existe historias que se refieren al felino como un mensajero que vendrá en “el final de la tierra”, ascendiendo desde el inframundo para “devorar el sol y la luna y tal vez el universo… y un eclipse será una muestra del evento final”.
Según Martínez estudios arqueológicos donde se cree existió la mítica “Ciudad Blanca” en la Moskitia hondureña, “también adoraban al jaguar, tanto que uno de los sitios fue nombrado Ciudad Jaguar”.
Si bien las leyes son estrictas para castigar el delito ambiental, la agresiva impunidad socava las esperanzas de los defensores del jaguar, por ello se ha depositado en las nuevas autoridades.
Según el director de Wildlife Conservation Society (WCS), Edgard Herrera, en Honduras es urgente la creación de un juzgado ambiental para establecer orden y concientización del asesinato de una especie vital.
El jaguar, símbolo de los bosques de #Mesoamérica, está amenazado en #LaMoskitia, #Honduras, por la deforestación y caza ilegal. Su territorio se reduce cada vez más debido a la ganadería en áreas protegidas.
Es nuestro deber conservar al "Limi Tara" (jaguar en miskito)#BLF pic.twitter.com/G9yOXTcVub
— WCS Mesoamérica y El Caribe (@WCS_Mesoamerica) September 24, 2024
PROTEGER HÁBITAT
El jaguar es un depredado y tiene un papel clave en los ecosistemas porque crea un equilibrio; en ese sentido, organizaciones gubernamentales y agencias de defensa especializadas, se dedican al estudio y conservación de las zonas donde se ha identificado la presencia del felino.
Según Herrera, para evitar que los territorios sean afectados, las autoridades deben enfocarse en establecer una legislación que haga respetar las zonas protegidas, “que fueron creadas precisamente para preservar ese gran patrimonio, que son los últimos grandes felinos de las selvas tropicales que tienen su hábitat natural”.
Estudios de la organización internacional Panthera –con presencia en Honduras–, indican que el jaguar habita en los parques nacionales: Cusuco, Jeannette Kawas, Punta Izopo, Nombre de Dios, Capiro Calentura, Sierra del Río Tinto; y en las reservas: Vida Silvestre Texiguat, Laguna de Guaymoreto, Reserva del Hombre y la Biósfera del Río Plátano.
✅️#29N| El jaguar es uno de los objetos de conservación por su importancia, en el Río Plátano.
A través de las cámaras trampas, las cuales están colocadas estratégicamente con el apoyo de fundación panthera, podemos dar monitoreo biológico a esta especie, documentar… pic.twitter.com/btMLDTGsXL
— ICF (@ICFHonduras) November 30, 2023
SÍMBOLO DE EQUILIBRIO
De acuerdo con la bióloga Allison Flores, que ha estudiado a este felino en su hábitat, éste tiene un rol significativo en la selva hondureña, ya que es un indicativo que el ecosistema es saludable.
“El jaguar al ubicarse en la cima de la cadena alimenticia, regula las poblaciones de otros organismos, por ejemplo, pequeños mamíferos”, agregó.
También explica que de esta forma se mantiene un equilibrio en el ecosistema, pues otro rol fundamental del mítico felino tiene que ver con su mote de ser una “especie sombrilla”, ya que comparte hábitat con otras especies –incluyendo las endémicas– de flora y fauna, es decir que ejerce una función de protección.
“Por ello, al proteger y conservar al jaguar y su hábitat, también se está conservando grandes extensiones de bosque y asegurando la supervivencia de otras especies”, concluye.
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