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HONDURAS / PERIODISTAS ALCANZAN LA SPUTNIK BAJO EL SOL, “LISTA VIP”, CORTESÍA Y DESORDEN

Mantener bajo el quemante sol, tres horas y más, a miles de personas con diversas condiciones físicas por edad, alergias, peso o enfermedad base –tirados en calle vehícular, hacinados en tiempo de alto contagio y expuestos a accidentes por conductores imprudentes—, sólo eso, basta para confirmar la mala planificación este día cuando se inyectó la segunda dosis de Sputnik al personal de medios de comunicación de la capital hondureña.

Las quejas de los colegas se multiplicaban como el deseo de inmunizarse de manera completa en momentos que cada 25 minutos un hondureño pierde la vida por Covid-19; la desesperación era más fuerte que el sol, luego de casi tres meses de espera –cerca de perder el efecto de la primera dosis–.

Hubo personal amable atendiendo, incluyendo, al presidente del CPH y a dos mujeres jóvenes se les vio muy laboriosas acomodando y dando paso a los turnos de vacuna, pero en otros también se miró la mala gana en la entrada del Salón de Usos Múltiples de la Secretaría de Relaciones Externas.

 

Redacción Central / EL LIBERTADOR

 

Tegucigalpa. El lento proceso duró horas, se suponía iniciaría desde las 8:00 de la mañana, pero fue un fracaso para la gigantesca fila estática que sólo crecía hacia atrás, hasta que peligrosamente varios colegas terminaron invadiendo la transitada calle vehícular. Según antecedente, al menos 2,500 empleados de medios de comunicación de la capital hondureña recibieron la primera dosis de Sputnik V.

 

Pero, sí inició a las 8:00 a.m., se confirmó luego de comentarios de un animado empleado del Colegio de Periodistas, confirmando que empezaron con una lista de personas próximas; “si me hubieras llamado a las 7:00, te hubieras evitado problemas”, se oyó decirle a una amiga comunicadora. Afuera ya se conocía de ese trato especial, fue conversación de varias personas cuando salían de la vacunación.  

 

Además, hubo irrespeto en la hora de llegada de colegas que se introducían “a la brava” en la fila interminable, estática y bajo el sol, donde fácilmente se propició el contagio por Covid-19. En medio de charlas criticaban lo duro que es en Honduras recibir el servicio de la cara “salud pública”.

 

Pachorrudo, nefasto, desorganizado y hasta malcriado se comportó cierto personal del Colegio de Periodistas (CPH) durante la tardía y lenta jornada de vacunación del segundo componente Sputnik V para periodistas y demás gente que labora en distintas áreas de las empresas de información; también hubo en el grupo de protocolo dispuesto por el Colegio, gente amable que mostró deseos de colaborar eficientemente con la actividad, así lo catalogaron los colegas periodistas, quienes resaltaron la pésima atención, incluso, señalaron que pudo haber sido a propósito.

 

Resalta como signo valioso y de civilización para el Colegio de Periodistas que no hubo discriminación para quienes llegaron a vacunarse, aun cuando la mayoría no son periodistas, a nadie se le excluyó, en efecto, no se pidió carné de profesional acreditado en las Ciencias de la Comunicación, ni siquiera que estuviese afiliado y al día con sus cuotas como parte de la membresía oficialmente colegiada. 

 

Entre las quejas, el personal de la comunicación expresaba que los encargados de CPH debieron encargarse de agilizar el proceso habilitando cuatro sitios de vacunación, en vez del letargo y aglomeración que conlleva un solo sitio y, de paso, recibir con amargura al gremio, situación que expresó una periodista, cuando recibió su vacuna debía esperar al menos 20 minutos en caso de presentarse efectos adversos, en su lugar, la colega del CPH que estaba en la entrada del salón le gritó y la corrió sin motivo, mostrando poca cortesía e ignorancia.

 

A medida avanzaba el tiempo y la temperatura desesperante obligaba buscar alguna sombra hasta en la barda de un puente o llegar a la sombra de unos árboles que se miraban a lo lejos, ante de entrar a una pendiente próxima al ingreso adonde esperaba la dosis; pero también la gente quería largarse a terminar las labores del día, la presión se intensificaba, pero la fila estuvo paralizada por horas.

 

Este ha sido el dulce-amargo desenlace después de casi tres meses de espera –desde el 23 de mayo-, para periodistas, camarógrafos, fotógrafos, faranduleros, “influencer” (adictos a redes sociales) y personal administrativo de distintos medios de comunicación.

 

Aunque el antecedente de la primera dosis indicó que en total fueron inmunizadas unas 2,500 personas en la sede del Colegio de Periodistas, está vez, alrededor de 1,300 periodistas serían vacunados según lo informó el secretario del PCH, Wilfredo Oseguera, que, por cierto, en un instante perdió el control y respondió a un camarógrafo que a él no le pagaban por estar en esa mesa (anotando a quienes iban siendo vacunados), molesto porque le pidió que aceleraran el proceso.

 

“Lo más conveniente era aplicar la dosis respetando un horario previamente establecido según el medio, como lo hicieron con la primera dosis, porque con esta aglomeración en un lugar encerrado, corremos el peligro de agarrar el virus”, manifestó una profesional del periodismo.

 

También no faltó la periodista “astuta” que valiéndose de la excusa de que debe “grabar en vivo” para cubrir la noticia, pasó tranquila a inocularse, acto que como era de esperar causó molestia entre los presentes. Y así y así, sigamos subiendo lo valioso y sigamos bajando lo indeseable, más periodistas y hondureños útiles.

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