EL LIBERTADOR me asignó pasar una noche con “los Indignados” en huelga de hambre, a fin que los lectores conozcan detalles difícil de identificar sin convivencia.- De pronto me sentí en un ambiente hasta entonces extraño para mi, estábamos Honduras, ahí reíamos y compartíamos una misma lucha tolupanes, lencas, negros y mestizos.
Redacción Central / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. Jóvenes valientes e indignados se han puesto como meta instalar en Honduras la Comisión Internacional Contra la Impunidad. Suponen que ayudaría a erradicar la corrupción que no se atreve a castigar el pesado y costoso Poder Judicial. “Es que el Estado ya fracasó”, afirma convencida una señora que se mueve de un lado a otro estirando las puntas de los improvisados techos plásticos, donde yacen hondureños que por voluntad propia han renunciado a alimentarse antes que seguir atrapados en injusticia.
ENEMIGOS DEL PUEBLO
La huelga de hambre es el arma que utilizan para presionar al gobierno desde el lunes 22 de junio, en principio liderada por dos jóvenes que se dieron a conocer en la marcha de las antorchas, y luego, superados no por abandonar de repente el campamento del sacrificio, sino por la incorporación a la huelga de siete hijos del pueblo Tolupán, entre ellos una mujer, y otros tres jóvenes que permanecían desde días atrás afuera del cerco militar, a la intemperie y expuestos a todo peligro, sin que eso importara para nada al Gobierno, a la Policía y al Ejército que, como siempre, confirman que ven como enemigo al pueblo hondureño.
NO ESTÁN SOLOS
Esta noche la Sala de Redacción de EL LIBERTADOR me pidió acompañar a estos compatriotas hasta que mañana salga el sol, a fin de que Usted lector y lectora sepan de primera mano el trato y el ambiente nocturno de la huelga de hambre.- La velada comenzó desde muy temprano, como ha sido costumbre desde que empezó la lucha.- Personas de toda clase social visitan a los jóvenes para darles apoyo moral y les piden continúen en la lucha que se halla la nación hondureña; también, se observa representantes de Derechos Humanos encargados de velar por un trato digno para los protestantes. Hay médicos que llegan constantemente a revisar y verificar el estado físico y psicológico de los huelguistas.
NOCHES DE FIESTA
La noche es fresca y estrellada, pero de pronto se calienta, la huelga de hambre es símbolo de nacionalidad, se han reunido mestizos, Garífunas y Lencas. Estamos juntos por una misma causa. No es un partido de fútbol, es la diversidad cultural unida por la dignidad de la nación hondureña, todos somos Honduras.
CANTO SOLIDARIO
Un grupo artístico Garífuna pone el ritmo, canta y danza Punta, sus instrumentos emiten ese eco de selva que despierta alegría e invita al baile, y bailan para la historia un acto solidario para los hambrientos dentro de Honduras y afuera de Casa de Gobierno.
Las noches presumen ser largas, pero esta no lo es, por la compañía de familiares, amigos, periodistas, curiosos y otros que sólo quieren mostrar su respaldo. Todos estos elementos que saben a Patria hacen el ambiente lozano y entretenido, en medio de tantas personas que cuidan a los valientes indignados.
AMIGO EN HUELGA
Rápidamente me sentí cómodo y parte del todo. Resultó que conocía a una de las personas en huelga de hambre; es un amigo de la infancia de nombre Luis Munguía, me sorprendió mucho cuando lo miré, me acerque a él para preguntarle el motivo que lo llevó allí. Contestó con voz suave y contundente: “estoy aquí porque estoy harto de la corrupción, quiero un mejor futuro para mi país; sobre todo para mi familia e hijos”, luego de este dialogo me invitó a pasar la noche en su tienda de campaña, en la que horas antes su esposa lo acompañó, pero por razones de seguridad regresó a su casa.
CORDIAL APOYO
Me enteré de la dura situación de Luis. Cuenta que fue despedido en 2014 de Hondutel, por razones que aún desconoce. La noche avanzó lentamente, personas se iban y otras llegaban de manera constante; algunos sólo observaban, otros acompañaban más rato. Mientras esto ocurría, personal representante de las antorchas y organismos de Derechos Humanos regalaban café y galletas a los presentes, que entablaban conversaciones sobre la situación actual del país, criticaban el accionar del presidente Juan Hernández y su malestar con el gobierno nacionalista y sus recientes implicaciones con el desfalco del Seguro Social.
ACOSO A LA MENTE
Al llegar la media noche, las conversaciones continuaban, los jóvenes en huelga se alistaban para dormir un poco, después de pasar por la revisión médica. Los médicos dan el visto bueno para que continúen o no en la protesta.- Automóviles desconocidos transitaban la zona, algunos varias veces como para provocar terror psicológico, esto molestaba a los presentes; desde un auto alguien gritó “viva JOH, trabajen haraganes”, lo cual no fue bien recibido y provocó la reacción de policías de tránsito que se encontraban resguardando el campamento. Los uniformados arrestaron a los revoltosos y calmaron los ánimos de los acompañantes que después de eso continuaron la vigilia.
PRONTO AMANECE
Durante el trascurso de la noche, los actores de la huelga de hambre comentaban sus sueños y deseos de ver instalada la Comisión Contra la Impunidad, sin dormir pasaron hasta cerca del amanecer, el ambiente ameno entre tantos compañeros les impidió conciliar el sueño temprano. Los minutos avanzaron lentamente hasta la salida del sol, que fue para muchos, la señal de regreso a sus hogares a descansar y retomar fuerzas para la siguiente noche, que sería una diferente aventura, pero siempre con el mismo propósito.
TODOS POR UN SUEÑO
“Una noche en huelga de hambre” bastó para darme cuenta del apoyo incondicional de amigos, familiares y algunas personas que estaban allí por solidaridad a la causa llamada Honduras, siempre estuvieron despiertos vigilantes ante cualquier movimiento de la policía que al menos esa noche se comportó como debió ser siempre: protección y brazo armado del pueblo.- No realizaron ningún tipo de acción reprochable, contrario a lo que trascendió días antes.
NO HAY RENDICION
Toda la noche fue amistad pura; llega la hora de irme a escribir a EL LIBERTADOR, y me voy con la sensación de estar luchando en conjunto por el mismo propósito. Deseo como todos los hondureños y hondureñas que he tratado esta noche que termine la corrupción y la impunidad en Honduras. No hay otra salida, o luchamos hoy o estaremos rendidos ante la muerte.
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