Oficialmente, el presidente de EE.UU., Donald Trump, cumplió su palabra de otorgar un indulto al exmandatario Juan Orlando Hernández (JOH), condenado por delitos de narcotráfico. La decisión provocó condenas internacionales de voces que denuncian la hipocresía de Washington en su “guerra contra las drogas” y su alianza histórica con actores del crimen organizado.
Redacción Central / EL LIBERTADOR
Tegucigalpa. La jornada electoral hondureña del 30 de noviembre quedó marcada por un hecho insólito: desde Washington, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, rompió el silencio electoral e intervino de forma abierta en la política nacional anunciando su respaldo total al candidato del Partido Nacional, Nasry Asfura.
Al mismo tiempo que pedía a los hondureños apoyar a Asfura, calificó a la candidata de Libertad y Refundación (Libre), Rixi Moncada, de “comunista” y advirtió sobre un supuesto peligro hemisférico si el oficialismo continuaba en el poder.
Este mensaje, que forma parte de las actuaciones de Trump en América Latina, lo que analistas describieron como una operación de presión psicológica, se sumó a una amenaza explícita: su intención de indultar al exmandatario hondureño Juan Orlando Hernández.
El anuncio tomó forma el 2 de diciembre, cuando el Buró Federal de Prisiones (BOP – siglas en inglés) confirmó que Hernández había sido liberado el día anterior. El exmandatario, condenado en una corte estadounidense por traficar más de 400 toneladas de cocaína y coordinar el ingreso de armas de alto calibre, fue beneficiado por un perdón presidencial que desató una cadena de reacciones internacionales.
#ÚLTIMAHORA | El expresidente hondureño Juan Orlando Hernández queda en libertad en EE.UU. tras ser indultado por Trump. pic.twitter.com/ouFSWtfTHy
— EFE Noticias (@EFEnoticias) December 2, 2025
El experto en geopolítica y economía, Ben Norton, fue uno de los primeros en señalar la gravedad del gesto. Recordó que Hernández había gobernado bajo el aval de Washington tras el golpe de Estado de 2009 y que su narcodictadura fue tolerada por años por ambos partidos estadounidenses.
Para Norton, la liberación fue una maniobra política: Estados Unidos había perdido el control del país desde la llegada de Libertad y Refundación en 2022, por lo que Trump y el secretario de Estado del país norteamericano, Marco Rubio, buscaban revertir ese escenario interviniendo en el proceso electoral de 2025.
“Es imposible exagerar la hipocresía del imperio”, remarcó, señalando que Washington respaldaba a algunos de los mayores capos latinoamericanos mientras justificaba agresiones contra gobiernos que no se alineaban a su agenda.
En sintonía, el analista mexicano Abraham Mendieta ironizó sobre el doble discurso estadounidense: “Acusan al presidente venezolano, Nicolas Maduro, de narcotraficante quienes acaban de liberar a Juan Orlando Hernández”, apuntó, subrayando el contraste entre el discurso moralista de Washington y sus decisiones políticas.
El sociólogo Aníbal Garzón profundizó en esa contradicción al recordar que Trump movilizó fuerzas militares hacia Venezuela alegando una lucha contra el narcotráfico, mientras solicitaba el indulto de un actor central del trasiego de drogas en la región. El mensaje, sostuvo, evidenciaba el uso instrumental del tema para fines de control geopolítico.
Donald Trump has officially pardoned and released one of the worst drug traffickers on Earth.
Juan Orlando Hernández (known as JOH) was the US-backed right-wing dictator of Honduras.
JOH was convicted -- by a US court! -- of trafficking more than 400 tons of cocaine (and… pic.twitter.com/TC2DX340ev
— Ben Norton (@BenjaminNorton) December 2, 2025
Desde un enfoque jurídico, el profesor de Yale, David Cole, cuestionó la desproporción del poder presidencial ya que, mientras Hernández recibía un indulto total, pescadores caribeños que nunca habían sido acusados de nada eran abatidos desde el aire bajo operaciones antidroga ordenadas por Washington. Para Cole, el perdón revelaba una profunda disonancia ética en la política estadounidense.
La reacción más contundente dentro de Estados Unidos vino del Senado con el demócrata Chuck Schumer, quien advirtió que si Trump continuaba sus acciones contra Venezuela, presentaría una resolución para frenar cualquier despliegue militar inmediato.
Recordó que el poder de declarar la guerra correspondía exclusivamente al Congreso, no al presidente, y llamó a detener el avance de decisiones unilaterales que podían escalar el conflicto regional.
El contraste final lo aportó Renato Stabile, abogado de Hernández, quien celebró públicamente el indulto agradeciendo a Trump por “corregir una injusticia” y afirmó que su cliente esperaba “retomar su vida” tras casi cuatro años en prisión.
La liberación de Hernández ha despertado la indignación de la sociedad hondureña que vieron en la decisión un mensaje inequívoco.

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