OPINIÓN / CARTA PÚBLICA A CARDENAL: FISCALÍA CON PRUEBAS DE CORRUPCIÓN Y “TRAICIÓN SAGRADA”

Existe prueba contundente en el Ministerio Público, demostrando que el cardenal Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, recibió dinero y está implicado en el caso de la estafa a la señora Martha Alegría Reichmann; esto viene a corroborar que este cardenal es solo una “ficha” más entre los personajes corruptos de Honduras.

En este artículo de opinión, que reproduce EL LIBERTADOR íntegramente, doña Martha interpela al cardenal Rodríguez por haberles mentido al afirmar que las inversiones con Heinen eran “seguras” cuando el “empresario” ya había perdido varios juicios por estafa.

“La última vez que ha intentado burlarse de todos los hondureños ha sido en el pasado mes de enero cuando en el programa de Renato Álvarez, trató de justificarse lavándose las manos sobre su intervención en el golpe de Estado”, lamenta la defensora de la iglesia.

Martha Alegría Reichmann
Columnista
EL LIBERTADOR

Esta carta va dirigida al cardenal Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, pero también a todas esas personas que han tratado de encubrirlo y que lo han secundado en sus actos perversos repitiendo irresponsablemente sus mentiras difamatorias contra mi persona.

Lo que voy a revelar aquí, sé que provocará escándalo y es una prueba más de tantas que he publicado, y esas personas ahora lo único que han conseguido es quedar en el absoluto ridículo, porque la mentira tiene patas cortas y al final es alcanzada por la verdad.

CARTA PÚBLICA

Roma, 12 de mayo 2025

Señor Cardenal Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga

Explique esto por favor.

Han pasado siete largos años desde que comencé a denunciar sus actos de maldad impregnados de su característica corrupción, y que según parece, son interminables porque siguen saliendo pruebas contundentes.
Disculpe pero como el tiempo ha pasado, creo necesario refrescarle un poco la memoria:
Cuando el periodista italiano, reconocido internacionalmente, Emiliano Fittipaldi, lo denunció por recibir un millón de lempiras mensuales de la Universidad Católica de Honduras “Nuestra Señora Reina de la Paz” –sin rendir cuentas a nadie–, y por haber invertido sumas millonarias en la Leman Wealth Management, usted a través de “Vatican News” y a través de “Suyapa Medios” trató de defenderse pero con mentiras y dijo: “Con ese dinero que recibo de la universidad pago gastos de sacerdotes”, lo cual posteriormente el mismo Fittipaldi desmintió con pruebas irrefutables que publicó, esos fondos nunca llegaron a las cuentas de la arquidiócesis que usted rectoraba, ya que en informe contable que se le presentó al papa en visita ad limina apostolorum, de los obispos de Honduras, esos fondos no aparecían y los mismos se perdieron en sus manos, por lo que nunca llegó esa ayuda a los sacerdotes, como usted cínicamente lo manifestó.

También dijo con mucha firmeza y prepotencia, que jamás ni usted ni la arquidiócesis habían hecho inversiones en la Leman Wealth Management y que ni sabía que esa compañía existía.

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Yo, que después de haber descubierto la estafa en las inversiones que usted nos convenció a hacer con mi difunto esposo, había permanecido callada por dos años y rogando a usted que me ayudara a recuperar el dinero… en ese momento exploté por la tremenda indignación que experimenté al sentirme vilmente burlada por su infame declaración, y publiqué una carta donde le decía lo siguiente: “Señor cardenal, usted le dijo a la prensa que no conoce a la Leman Wealth Management y que jamás ni usted ni la arquidiócesis invirtieron dinero allí. Contrariamente a mi esposo y a mí nos afirmó que la Leman Wealth Management era segura, que usted la había investigado y que por eso había invertido allí todo el dinero de la diócesis. Entonces dígame ¿a quien le mintió, a la prensa o a nosotros?”.

Foto del cardenal Oscar Andrés Rodríguez.

Jamás contestó mi pregunta. No lo hizo porque el silencio es una de las mortíferas armas que usted ha usado en toda su oscura vida al no poder contestar con la verdad.
Al ver que yo lo seguía denunciando usted me desacreditaba murmurando y llegando al colmo de calumniarme. A usted le consta que de eso tengo pruebas. Una calumnia que solo pudo haber salido de una mente pervertida como la suya.
Para tratar de callarme ha hecho de todo lo inimaginable pero yo aquí sigo firme y segura sostenida por la poderosa mano de Dios.

La demanda canónica que presenté por difamación y calumnia en el Vaticano, sé que usted la detuvo, obviamente pidiendo ayuda al ya difunto Papa Francisco.
He ahí un delito más que usted ha cometido por detener un proceso, lo cual es penado por la ley.
Ahora yo le pregunto: Si usted se considera inocente ¿por qué tuvo tantísimo miedo que esta demanda siguiera su curso? ¿No le parece que escogió la manera más vil y cobarde para evitar el proceso?

Hay algo importantísimo que también quiero recordarle: Usted, vía telefónica le dijo al entrevistador hondureño José Banegas, que no sabía quién era Yousry Henien (dueño de la Leman Wealth Management). ¿Se le olvidó también que los agentes de la Leman Wealth Management en Honduras mostraban una foto de usted con Henien en el Vaticano, con el fin de sembrar confianza y que las víctimas “cayeran”?

Pues vea cardenal… Aquí hay algo que le va a sorprender muchísimo no solo a usted sino también a los que todavía le besan la mano.
Mientras yo permanecía serena y tranquila, una investigación se estaba llevando a cabo porque años atrás, yo había interpuesto una demanda por estafa contra Yousry Henien en la Fiscalía Hondureña. Tuve que rendir una declaración relatando los hechos detalladamente y todos los fiscales, de acuerdo a su experiencia, llegaron a la conclusión de que usted estaba involucrado en la estafa.

Mi denuncia ha llamado mucho la atención de todos los abogados y fiscales del Ministerio Público que la han manejado y finalmente el caso está llegando a su etapa final.
Aquí muestro las pruebas que usted siempre ha mentido cínicamente, sin vergüenza y sin escrúpulos:

Gráfica del Folio 1193 en poder de la Fiscalía del Ministerio Público.

En esta captura, se puede leer arriba al lado izquierdo: Leman Commodities DMCC del año 2011 al 2016.
Seguidamente comienza la lista de las transferencias comprendidas en ese periodo y continúan en el folio 1194, 1195, y en el folio 1196 mostrado aquí abajo se puede leer en la segunda línea, que el 29 de mayo 2014 se le transfirió a la Iglesia Católica de Honduras la cantidad de 34,000 dólares americanos y al final de la línea se puede leer la palabra “PAGO”.

Gráfica del Folio 1196 del Ministerio Público,

En el anexo 8 del expediente del Ministerio Público se encuentra la Información Financiera Internacional proporcionada por la U.I.F. y se demuestra que la compañía Leman Commodities DMCC que fue la que le envió la transferencia, es propiedad de Yousry Henien.
Originalmente la compañía se llamaba Leman Wealth Management, pero operaban con distintos nombres: La Cloche Wealth Management, La Cloche Capital Markets Limited, Leman Commodities DMCC, etcétera, pero siempre como presidente y propietario Yousry Henien. Esto lo hacían probablemente para sus fines delictivos.

Me podría responder usted “eminencia reverendísima” ¿cómo es que Yousry Henien, la persona que usted negaba conocer, presidente y propietario de la compañía que también usted negó conocer, le pagó esa cantidad de dinero?
Esos fondos dirigidos a la Iglesia Católica y por cantidades tan importantes sé que pasan directamente a sus manos, señor cardenal. También sé que su comunicación con Henien siempre ha sido directa.
¿A cuenta de qué, un hombre que es un delincuente internacional que solo le interesa robar dinero y que ni siquiera respeta a Dios, le pagó 34,000 dólares supuestamente para “su diócesis”?
¿O será que me vendió a mí por 34 mil monedas de oro? ¿O me equivoco y son los dividendos que le pagó por la colaboración en las estafas? Intereses no podían ser porque usted afirmó que jamás hizo ninguna inversión.

En la gráfica, el cardenal Rodríguez junto al dictador Juan Hernández y su esposa Ana García.

Para usted era muy fácil ayudarme a rescatar el dinero pero se negó rotundamente y prefirió darme la espalda para no darme explicaciones. Fingió que me quería ayudar ofreciéndome cien mil dólares pero después tuve claro que en realidad, usted con eso se estaba lavando las manos o me estaba queriendo comprar, porque a partir de ahí se escondió para siempre, ¡y jamás me ha dado la cara!
Pero le he demostrado cardenal que yo no me vendo a ningún precio. Solo me ha interesado llevar la verdad por delante y hasta el final porque mi verdad es de Dios y su mentira es de Satanás.

Usted señor cardenal tenía la obligación moral de apoyarme no solo por ser la viuda de su gran amigo, sino porque fue usted personalmente quien nos involucró en eso, no con un arma de fuego, claro que no, pero con el arma de la confianza que le teníamos. Usted tuvo las pruebas en mano de los certificados y sabía que fueron más de 700 mil dólares los que me robaron.
Lo primero que hice fue notificarle a usted y lo que hizo fue esconderse durante casi tres meses sin importarle mis gritos de auxilio y apareció como relámpago solo por mi insistencia diciéndome mentiras en vez de darme soluciones.

Señor cardenal, responda esto por favor:
Suponiendo que no tuvo ninguna mala intención al convencernos para que invirtiéramos el dinero, ¿por qué razón nos mintió al decirnos que había investigado y que eran seguras esas inversiones con ese señor?
Nos mintió, porque en la investigación de mis abogados apareció que Henien desde tiempo atrás ya había perdido al menos una demanda por estafa y de la cual en mi libro publiqué la prueba.
Me dejó sola, desamparada, me dio la espalda, me traicionó y lo hizo porque evidentemente usted estuvo implicado y protegió al ladrón porque su naturaleza maligna es proteger a delincuentes y a degenerados, incluyendo a sacerdotes como Enrique Vásquez y Carlo Magno, mientras a los buenos sacerdotes los tiene viviendo miserablemente.

Logré perdonarlo cardenal, pero eso no quiere decir que me iba a doblegar ni iba a renunciar a seguir denunciando su cadena de actos delictivos y su costumbre maniaca de burlarse del pueblo hondureño convencido de que usted es más listo que los demás.

La última vez que ha intentado burlarse de todos los hondureños ha sido en el pasado mes de enero cuando en el programa de Renato Álvarez, trató de justificarse lavándose las manos sobre su intervención en el golpe de Estado inventando una vil mentira aludiendo que usted no había estado presente en la reunión de los obispos donde se redactó el documento que se leyó en esa ocasión, dejando como responsables a los obispos y como siempre, usando el jueguito de ponerse como víctima.

Con eso, señor cardenal, usted se consolidó como cobarde y mentiroso incapaz de reconocer sus propios actos.
Por lo demás, usted que pertenece a un Colegio de obispos (Conferencia Episcopal de Honduras), no ha escatimado dejarlos a todos ellos, a quienes llama “hermanos”, cómo autores de ese documento mientras usted tiene que salir con las manos limpias. Si, manos limpias como las de Pilato. Nada de lealtad con ellos, sus “hermanos”, nada de verdad en sus palabras, nada de honestidad ante sus actos culposos. ¿Usted ya se preguntó si con esa declaración quedó más bien auto condenado ante los ojos de los hondureños?
Bien lo dijo el arzobispo Carlo María Viganò desde hace siete años en un importante documento refiriéndose a usted: “Condena a las víctimas para salvarse él mismo”. Sabia frase que lo define tal como es usted.

Para concluir, solo quiero decirle que a pesar de calumniarme y denigrarme, mis valores, mi dignidad y mi honor permanecen intactos porque si hubieran creído en su campaña de que estoy loca, no hubiera tenido el apoyo moral de “Grandes” dentro de la Iglesia Católica como el heroico arzobispo Carlo María Viganò, de periodistas y vaticanistas que publican mis artículos; editoriales prestigiosas que han editado mi libro, escritores de prestigio como Ralph Philip que lo han avalado… ¿quién con un poco de inteligencia le pondría atención a una loca?

Si se respetaran las reglas usted jamás debió haber sido ordenado sacerdote porque el Santo Papa Juan XXIII emitió la orden de que personas con sus características no fueran admitidas en los seminarios. Y qué razón tenía porque son ustedes, los que carecen de moral, los lobos disfrazados de ovejas los que tienen pervertida la Iglesia Católica convirtiéndola en La gran Ramera.

Congratulaciones señor cardenal porque a lo largo de su doble vida logró tenernos engañados a miles de personas. Todo lo ha hecho de forma maquiavélica con cálculo preciso, todo bien meditado, todo bien fingido con frialdad e hipocresía y con la certeza de que nadie lo descubriría… Pero se equivocó porque el tiempo le ha pasado factura y le arrancó la máscara.

“El tiempo ayuda a descubrir todo, las mentiras más ocultas, las verdades más ciertas y las personas más falsas”.

DIOS QUIERE LIMPIAR SU IGLESIA

NOTA: Las declaraciones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de EL LIBERTADOR.

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