El sacerdote toma el santo óleo y unge con aceite al anciano bipartidismo en la frente y en las manos; rojos y azules se preparan para el viaje sin retorno, como partidos “bisagra” ya no tienen ni candidato, ya no compiten ni de mentiritas como lo hicieron un siglo burlándose de su mayor aporte a Honduras: hambre, ignorancia y atraso de miedo; pero bien, el bipartidismo es cadáver, la muerte es cerebral, “vive” de la filantropía judicial para cobrar el siniestro rosario de delitos y, quizá, la ciega fe de algunos en el pueblo.
Ahora, los rojiblancos importan candidatos –que nadie quiso ni ellos desean ser liberales– y los azules están dispuestos a unirse a otro partido que pueda derrotar a Libre, los pobres del orlandismo siguen peleándose la estrella como barricada de impunidad con los “narquitos”; en esencia, son lo mismo y así se vio en esa inventada reunión de Salvador y los cachos con los “sin techo”, Salazar y Giménez.
Pero en un hermoso Edén, con una amplia sonrisa –disimulando la rabieta y humillación– caminó Dogu junto a la presidenta Castro… Debajo del rubio cabello se oyen los ecos de la gritada: “Andá recuperá cómo sea ese acuerdo de control que fuiste a joder, lo mismo hiciste en Nicaragua, adónde vas arruinás todo; hemos usado la extradición por más de un siglo como arma para meter miedo y negociar con gente especial de Honduras”. Ha fracaso mucho, recuerda todo en segundos: fallido BOC, fallido golpe de comandos y abandonada por una prensa tradicional mercenaria, limitada y pedigüeña.
Reflexión
EL LIBERTADOR
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Tegucigalpa. La “Corona de Cristo” está al frente, en apariencia solo es bella, roja es su flor y sus hojas verde intenso, pero la planta es muy venenosa y tiene un tallo con hirientes espinas, remembranza del suplicio en la cabeza de Jesús, en penitencia; ¿cuántos mensajes esconde la diplomacia? Camina Dogu en la casa de campo de la presidenta Castro, al lado de ella; sabe que camina entre sus flores con alguien que ha planificado en su contra, maquinado, que se ha sentado con los criminales más detestables de este país y ahora recorre la senda de la disculpa, en búsqueda del perdón (perdón, negociación) y al otro lado, tiene una mujer, una presidenta que la atiende, le sonríe y le sirve café con rosquillas de maíz y semita artesanal, amablemente sonríe… quien me busca en mi casa, es quien pide ¿Qué se te perdió Dogu?, ¿qué hicieron esas torpes manos y mente siniestra que te obligaron caminar por las Coronas de Cristo? “No hay almuerzo gratis”, me dijo una amiga alguna vez, antes de avisar –claro–, que ya estaba servido. Provecho, lejana amiga rubia.
Mientras los adultos hablan de “realpolitik”, cruzando los jardines, entre sonrisas, miradas y pensamientos fríos; los niños juegan en el patio, en algún lugar de Estados Unidos, en un cuartito pequeño que respira incomodidad en una esquina cualquiera se recrea un mitin; brazos cruzados, miradas al suelo, desorbitadas, interrupciones, sin medios, sin audio, sin importancia… se reúne Salvador con una tal Elvira Salazar, demasiado nombre latino para creerse de otra nacionalidad, alguien que no es cubana, no es gringa, es paria, “ni de aquí ni de allá”, con un grupito de personajes confundidos como una foto tomada de sorpresa, como una mala noticia que llega sin que estemos listos, como el infortunio de una vida desordenada, aquella imagen que simboliza la cabeza de un señor que olvidó su medicamento en el hotel, con personajes de medianía, irrelevantes como su vida misma. Tan extraviado, que en el despistes no se acordó que en estas elecciones pertenece al Partido Liberal y no a los azules, pero, ja,ja,ja, en verdad, ¿importa?
–Tengo el 60 por ciento de intensión de votos en el Partido Liberal” –le rinde el informe a Salazar para que mire que es importante; ella con los brazos cruzados, cara enjuta y papelito en mano asiente con la cabeza, acostumbrada a vivir en un mundo demencial nada extraño es un excéntrico más–. –Hay un terror grande de que yo gane porque soy anticorrupción y anticomunista. –le aclara para que se de cuenta que piensan igualito, mientras en secreto, muy quedito pide las palabras que quiere decir… besa la foto del asesino y dictador Pinochet–. El cuarto se vuelve más pequeño, la gente ahí se toca el nudo de la corbata ¡Qué horrible la sensación de sentirse tonto! O peor aún, seguir a uno, el sudor se nota, el bótox hierve en la cara, pues tampoco hay aire acondicionado y Salazar se desespera entre rictus que parecen risas, todo oscila entre lo patético y lo ridículo que en esta escena se difuminan hasta convertirse en una sola cosa. Más surreal que la mentecilla de los “Men in Black” de María Antonieta y un fulano que le dicen Kilvett interponiendo denuncias ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). ¡Cuidado muchachos! En esas andaba “Tony” y no volvió del más allá del otro lejano, aunque como ustedes son de medianía, nunca su partido los ha considerado para lo mínimo, pueden ir a pasear a Disneyland y comer un cono.
Salvador es un agente naranja del caos y lleva en sus manos el entierro del Partido Liberal, que ya días murió, desde que tuvo que importar ajenos a su partido para intentar, en el imaginario, levantar el instituto en coma. Aunque regañaron a la “Gata Moncada” (peyorativo cariñoso con el que se refiere Yani) y lo enviaron a borrar su “X”, nunca se equivocó al reclamarle a Nasralla que hubiera sido bueno que fuera con liberales ¡Siii seeeñoorrr! “Creo que muchos LIBERALES hubieran visto bien que te hicieras acompañar de LÍDERES como Allan Ramos Marlon Lara y otros de gran trayectoria Rojo / blanco / rojo”. Moncada y esto es apenas el inicio, de un cosmos de contradicciones, locuras y desastres y no hablamos poéticamente, se te va a caer el poco pelo muchacho. Este teclado te desea ¡suerte! Anota este “Dato”.
Pero no todo es ridículo y lastimero, Salazar, con esa extraña emoción entre creerse útil para alguien superior y al mismo tiempo sentirse por dentro vacío de valor propio, ese aire feo recorriendo el cuerpo, esa cosa como quien por primera vez en la vida alcanza alguna importancia, toma una artificial pose doctoral y de dominio sobre las visitas, levanta la mano y ordena: “Ese es el gran desafío de ustedes, unirse como oposición para enfrentarse a las garras del comunismo”, mientras todos mueven la cabeza en afirmación como columna de pichingos con cuello de resorte. Y ese plan tiene todo el sentido, solo que nos enfrentamos a un enorme problemita, la propia coyuntura del Partido Nacional, donde los Orlandistas atacan al Nacionalismo, algunos intentan inútilmente recuperar el partido de las garras de los “Juanchis”, grupo criminal que lo tiene asaltado y como herencia del NarcoEstado, ahora lo utilizan como barricada de impunidad y no la soltará, aun así, el tiempo se les terminó y ya no se pueden reordenar; mientras tanto, en el otro lado, la importación de candidatos al cadáver liberal los lleva a la confusión y el desorden. Es que el asunto está espinoso como las Coronas de Cristo.
¿Por eso el movimiento Dogu? Te comprendería, todo lo han perdido: el BOC, nunca arrancó, los comandos de Romeo no existen, al bipartidismo hay que llevarlo al cementerio si lo desconectan del pulmón artificial, los medios de comunicación tradicionales andan rogando pauta, por ahí anda un gordito que dice tener la verdad en sus manos llamando a todo mundo para que le paguen, los grupos económicos están aterrados con la idea de pagar impuestos, no hay candidatos nuevos, ni analistas creíbles, los outsider no aparecen y la única carta que pueden usar serían los militares, pero… ¡No más golpes de Estado! Y, Luis Zelaya sería la mejor jugada, pero es demasiado honesto para su conveniencia y a los dueños del partido nunca les gustó esa palabra, resuena esa frase podrida de los políticos, por eso mataron su negocio: “Si quieren santos vayan a la iglesia”.
¡Vamos Dogu! Como en primaria ¿Qué sigue? No hay oración que pueda salvar lo dicho y hecho en secreto con los conspiradores y la conspiración. La “Corona de Cristo” es el camino de la redención, amiga mía, bien hecho. Avanti.
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