CASTRO Y SHEINBAUM, AVANCE HISTÓRICO PARA MUJERES EN AMÉRICA: ANALISTA DE GÉNERO

Por primera vez en la historia, Honduras y México, son gobernados por mujeres: Xiomara Castro y Claudia Sheinbaum –respectivamente–, y esto, según la analista de género, Bella Carrillo, siembra un precedente histórico en América Latina al ser dos presidentas con ideas progresistas en territorios cercanos a Estados Unidos. 

Para Carrillo, también es notable que ambas presidentas, para sus sociedades, influyen en las aspiraciones políticas de las mujeres, no con el “yo también puedo estar ahí”, sino más bien desde una postura de merecimiento y derecho para optar a cargos políticos en ámbito nacional o comunitario.

Redacción Central / EL LIBERTADOR 

Tegucigalpa. Honduras y México, comparten una amistad de cerca de 150 años –tras la firma de relaciones diplomáticas en 1879– y, por primera vez en la historia de ambos países una mujer ostenta la Presidencia de la República, siendo las figuras Xiomara Castro y Claudia Sheinbaum, quien ayer tomó posesión de cargo en tierra azteca.

En ese sentido, la analista de género y comunicadora social, Bella Carrillo, ha destacado que esto representa un impacto profundo en la política de América Latina, ya que refleja los espacios que han ganado las mujeres en altos cargos del poder político.

Carrillo subrayó que la elección de Sheinbaum representa un punto de inflexión para la región, aunque en el continente ya ha habido otras mujeres en los máximos cargos, el contexto para México y Honduras, es especial por su cercanía a Estados Unidos.

La experta destacó que ambas figuras representan un “un avance histórico para la participación política de las mujeres. Que dos mujeres asuman las presidencias no solo en sus países, sino en el contexto latinoamericano, es un hecho que trasciende fronteras”.

La analista también señaló que ambas mandatarias comparten ideales progresistas y están enfrentando con firmeza las injerencias externas de Estados Unidos que, en el caso de México trae consigo un escenario interesante, al ser fronterizo con éste.

Carrillo observó que Honduras ya tiene más de tres años con una mujer en la presidencia y se ha podido analizar sus acciones políticas, en un escenario geopolítico y que en el caso de México será interesante ver cómo Sheinbaum se desenvuelve en este campo, considerando que se trata de “una mujer que surge de los movimientos sociales”.

Según la activista social, la mexicana enfrenta retos considerables en materia de género, porque aunque su nación tenga avances considerables, la misoginia y el machismo sigue atentando contra las mujeres y, por ende, “se va a tener que enfrentar, como lo ha hecho nuestra presidenta, a mensajes como ese que ‘hay alguien el que está atrás’”, que en Honduras se ha divulgado en “analistas” de la prensa tradicional con el discurso “Mel (Manuel Zelaya) manda”.

Carrillo añadió que, a pesar de la fuerte aceptación popular con la que llega Sheinbaum, especialmente entre los simpatizantes de la Cuarta Transformación, enfrentará una resistencia significativa, especialmente de la derecha mexicana: “el país es sumamente machista y violento para las mujeres y no digamos cómo va actuar la derecha, o sea, cómo la van a atacar”.

Otro de los retos más importantes que enfrentará la mexicana será cómo garantizar y elevar los derechos de las mujeres en México: “porque acá en Honduras la presidenta le ha tocado asumir retos estructurales del país tomando en consideración a toda la población, pero a las mujeres hemos estado aisladas de ese proceso”. 

Carrillo también destacó el poder simbólico que representa tener a dos mujeres liderando naciones en la región, dando un mensaje a féminas que: “Yo también puedo estar ahí, no, yo también merezco y tengo el derecho y tengo la oportunidad de poder optar por un cargo político, no precisamente ser presidenta, pero yo puedo ser, puedo estar en más tomas de decisiones en mis comunidades, puedo estar en el sindicato, puedo estar en la junta de agua”. 

Carrillo concluyó resaltando la importancia de que las mujeres se mantengan organizadas para no retroceder en los avances logrados en derechos políticos.

“Hoy podemos tener dos presidentas mujeres en América Latina y tenemos otras, pero en este caso ellas dos, que son unas mujeres que se mueven dentro del progresismo, también lo podemos perder si no seguimos unidas y no seguimos organizadas, impulsando el papel político y participativo de las mujeres en los espacios públicos”, sentenció.

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