El asesinato a puñaladas de tres niñas en Reino Unido a manos de un joven de 17 años desató una serie de manifestaciones y disturbios que tienen como trasfondo los efectos de la desinformación y una crisis migratoria que enfrenta no solo el país sino toda Europa.
Agencias / EL LIBERTADOR
Sputnik. – El pasado 29 de julio, un joven nacido en Cardiff y de ascendencia ruandesa —según reportaron medios locales— emprendió un ataque contra menores de edad que acudieron a una clase de baile en la ciudad de Southport. La agresión dejó un saldo de tres niñas fallecidas y cinco en estado grave.
Este crimen desató una oleada de manifestaciones y disturbios en distintos puntos del país como Manchester, Liverpool y Birmingham, entre otros, en contra de la inmigración ilegal, esto luego de que se difundiera el rumor de que el autor del ataque era un solicitante de asilo.
En respuesta a las movilizaciones, Keir Starmer, el líder laborista que recientemente asumió el cargo de primer ministro, sentenció que aquellas personas que se vean involucradas en manifestaciones violentas serán perseguidas «con todo el peso de la ley».
Esta ola de disturbios y de protestas en el país puso de relieve los efectos de la desinformación, pero también sacó a flote la honda crisis que el país y la región enfrenta por la migración.
La politización de la tragedia
Luego del terrible ataque en Southport, distintos sectores radicales de la sociedad como la Liga de Defensa Inglesa promovieron versiones imprecisas de los hechos para alentar los sentimientos antimigratorios entre la sociedad del Reino Unido.
Irving Rico, maestro en Estudios en Relaciones Internacionales de la UNAM, explicó en entrevista con Sputnik que este fenómeno no es exclusivo de Reino Unido, sino que se ha hecho manifiesto en toda Europa.
«Los grandes flujos migratorios siempre generan escepticismo o incluso confusión social dentro de las sociedades donde llegan, (sin embargo) la realidad es que esto también ha sido utilizado como una narrativa por parte de estos grupos muy conservadores para poder impulsar sus propias agendas y encontrar en la sociedad resonancias a sus discursos», señaló el especialista.
Por su parte, David García, internacionalista de la UNAM y analista geopolítico, detalla que la magnitud de la tragedia ocurrida en Southport ocasionó que los hechos tuvieran un gran impacto mediático tanto al interior como al exterior del país, con lo que se forma un «caldo de cultivo»de distintos discursos, desde los extremistas, pasando por aquellos que buscan atacar al nuevo Gobierno e, incluso, los que generó la administración de Starmer para posicionar su agenda.
«Lo veo desde el punto de vista del golpeteo político interno, pero también el primer ministro al final está aprovechando para golpear a la derecha y hablar del vandalismo de derecha, es decir, esta lucha interna que se está dando en esta coyuntura también de llegada de un primer ministro, en donde la oposición trata de aprovechar y desbalancear al recién llegado y el primer ministro también trata de sacar un poco de leña de proyectarse», ahondó el experto en diálogo con Sputnik.
En este contexto, el internacionalista García destaca que otra parte de las manifestaciones en Reino Unido se han desarrollado de forma pacífica, partiendo desde el acompañamiento de los derechos humanos, pero haciendo patente la crisis migratoria que aqueja al país.
La inmigración, a debate
De acuerdo con información del Parlamento británico, en los últimos 25 años, la emigración y la inmigración han aumentado considerablemente. Sin embargo, este último fenómeno ha superado en 100.000 al año al de la salida de personas del país.
El número de personas que cruzan el Canal de la Mancha se estima actualmente en más de 10.000 solo en lo que va de este año. Las medidas anteriores a las que ha recurrido el Gobierno británico no han logrado frenar la marea de migrantes ilegales.
Cifras de la Oficina de Estadísticas Nacionales muestran que en Reino Unido vivían en 2021 seis millones de personas con una nacionalidad de otro país, lo cual representa el 9% de la población total de ese año.
«Es muy fácil de pronto sentir que si la situación económica está siendo menos halagüeña que antes, que si la cuestión del salario del trabajo está teniendo menos repercusión que antes, es muy fácil voltear a ver al migrante y señalarlo como culpable», consideró el internacionalista Rico.
Por su parte, el analista García plantea la pregunta sobre qué nivel de exclusión y discriminación puede tolerar la democracia, en particular la de Reino Unido.
«Hasta qué punto pueden conciliarse la llegada de personas que necesitan ingresar, algunas por planificación familiar, al Reino Unido, y hasta qué punto también están en su derecho estas posturas de limitar la migración o de tratar de acotar para que no comprometa el bienestar que tienen los británicos», ahondó.
¿Cómo afectará al Gobierno laborista?
La administración de Starmer fue contundente al condenar los actos vandálicos y prometió duras penas contra los participantes en las revueltas. El primer ministro informó en un video publicado en sus redes sociales que alrededor de 400 personas han sido arrestadas por los disturbios, mientras que se han presentado cargos contra 100, algunos por casos relacionados a su actividad en internet.
A decir del analista Rico, la postura que ha asumido el actual Gobierno británico ante las manifestaciones ha sido la correcta: «La verdad no creería que estos disturbios necesariamente van a poner entre la espada y la pared al gobierno actual del Reino Unido. Creo que son situaciones que tienen que gestionar en torno a su propia seguridad pública, pero que ya se verá en los siguientes si la respuesta es adecuada o si tiene que haber alguna modificación».
Sin embargo, la actual administración aún debe hacer frente a la crisis migratoria. El discurso antimigratorio ha tenido especial resonancia entre la clase trabajadora, la cual considera que peligran los beneficios sociales de los que gozan.
«Están prevaleciendo en estas clases populares que, a partir de estas ideas también muy puristas, encuentran en el otro esta amenaza. Esto sí me parece que es uno de los rasgos más preocupantes de la sociedad global contemporánea actual, porque esto lleva por supuesto a una confrontación directa entre agrupaciones que forman parte de una misma sociedad», observó el internacionalista Rico.
La administración de Starmer ha planteado atajar la crisis migratoria mediante el combate a las causas que la originan. A mediados de julio, el primer ministro anunció que destinaría 84 millones de libras esterlinas (aproximadamente 106 millones de dólares) en programas de desarrollo para Medio Oriente y África.
Sin embargo, la presión social desatada tras la tragedia en Southport ocasionará que el Gobierno británico considere acciones con efectos inmediatos que tengan impacto en la percepción ciudadana.
«En el fondo viene eso, el debate, y vienen estas políticas que tienen más hacia lo restrictivo, pero insisto, con la gran tarea que tienen los ingleses de mantener estas estructuras democráticas de respeto a los derechos humanos», puntualizó el experto David García.
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