“EL PEOR CONGRESO DE LA HISTORIA”: CACERÍA DE “VOTO TONTO”, CINISMO O “CONSIGLIERE”

Luis Redondo, en su aislamiento reflexivo, ha ganado más batallas que los asesores de confianza (Consigliere) de don Juanchis y nuevos amigos de Dogu, pero encerrarse para que el crimen no toque la puerta, es mucha nobleza con aquellos que maldijeron esta tierra y llevaron a la calamidad al pueblo, sufriendo también los que levantaron sus banderas; la dignidad es lejana para ellos y sus amos, son infelices y enemigos de más de nueve millones de personas, porque vieron caer sus negocios y su justicia. Sí, el “peor Congreso de la historia”.

–Aquí entre nos…— las bestias aun reprochan como falló el “plan Cálix”, ven lejano recuperar el pichingo en Casa Presidencial y, ya nadie le para bola a la oenegé de Gaby, que en su delirio, mira dictaduras con acción retardada. Se preguntará, estimado lector ¿por qué ni la presidenta Castro despierta ese reacción visceral como Redondo?, entre otras, quizá, cortó la chequera, los “dueños de Honduras” perdieron 530 millones de lempiras que se regalaban solo para “agradar”, “monsterprebendas” y los viajes “Hermes”.

No es el peor Congreso, tampoco el más lúcido o más eficiente, todavía son pesada carga en nuestro lomo, 256 “honorables” y toditos, titulares y suplentes, reciben jugoso sueldo por 130 días –como mucho– de trabajo.

Consigliere: Significa «asesor» en italiano, y este se encarga de aconsejar al Don sobre todas sus acciones y movimientos. Es su mano derecha no militar. Caporegime: Cada caporegime (también llamado Capo) dirige un regime, que es un grupo de soldados.

Reflexión
EL LIBERTADOR
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Tegucigalpa. Quince días habían conocido ya sus catorce noches, la ilegalidad como costumbre institucionalizada se hizo ley; a esa hora, las miradas vulgares de los cómplices, risas agrias y malsanas era algo común entre “padres y madres de la patria”. A solo 10 minutos antes de la media noche, se abrieron de par en par las puertas del hemiciclo, meseros como hormigas animosas invadieron el palco de los periodistas, que casi por reflejo se levantaron y corrieron tras el olor de los tacos con salsa, servidos en bandejas plateadas; frente a ellos la sonrisa petulante y burla contenida en la penumbra de la boca de Mauricio Oliva; anunciaba que “en democracia” y “voluntad soberana”, en ese momento, eran electos los nuevos magistrados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), ya las esposas estaban desde las 7:00 de la tarde, sentadas en las sillas con bordes dorados y las anchoas en el pelo caían suavizadas por la keratina brasileña, como la justicia en este país. –¡Están helados los tacos! –gritó indignado un periodista desvelado.

Gráfica de Redondo junto a la directiva del Congreso Nacional.

–¡Oíme! –comentan dos señores con maletines, de traje formal y con aire de gente que sabe lo que habla —¡Que maje más pendeja! –ya eran pocos los votos que nos faltaban–, 15 millones teníamos para comprarla y cuando le pregunté cuánto quería, me dijo que con un millón “estaba hecha”, corrió a darme la cuenta del papá y ahí nomás le depositamos. ¡Cheque! Así se cerró la intermediación del delito para bautizar con nombres y apellidos a la diosa de la ley, todos la llamarían Themis.

–La verdad es que teníamos que elegir esa Corte a “punta de verga” –dice otro, mientras se lleva una semita a las tapas. Esa noche todos rieron, diputados, magistrados, medios de comunicación tradicionales, empresarios, crimen organizado y hasta un “presidente”. El Congreso Nacional convertido en el centro de operaciones de los delincuentes en todas sus formas, filial del horror y oficina de la camorra.

En la gráfica, la diputada de PSH, Suyapa Figueroa, expresidenta del Colegió Médico de Honduras.

Es 20 de enero de 2014 y fuera de toda lógica legal fueron aprobados por el Congreso de Mauricio Oliva, 67 decretos y 100 proyectos de energía renovable (Gladys, no todas las ancianas son nobles, tenés ciertos asuntos pendientes y espero una larga vida para vos); hoy en 2024 aparece una señora que viste amargura y tristeza, insatisfacción con la vida, quizá molesta pues le hicieron públicos sus cuatro empleos, dos en el sistema gubernamental, uno privado y encima es diputada, a menos que sea el doctor “Doctor Strange, hechicero supremo” y viaje por multiversos, (presente en el mismo tiempo en distintos espacios)

¡Wooow, esta superdoñita de blanco, si sabe con cuántas papas se hace un guiso! No comprendería cómo cubre todas esas obligaciones y entonces, ahogada al borde del infarto, dice: “Este ha sido el peor Congreso en la historia de Honduras”. Se es muy ignorante o demasiado cínico —o socio— para decir semejante estupidez. Ya las tres cualidades juntas debería ser un delito o, al menos, llamada a la Fiscalía para que explique sus argumentos virulentos y presente pruebas de sus denuncias de corrupción en todo el cuerpo público.

Ni siquiera la presidenta Castro ha sido capaz de despertar esas reacciones de bajas pasiones, viscerales, llenas de rencores y odios en sus adversarios, que el mismo Luis Redondo, hacen fila los artilleros, medios de comunicación, “el señor percepción”, oposición y algunas oenegés han dejado las vísceras en el suelo cada vez que les dan la oportunidad de opinar, solo excluyo algunos medios alternativos, pues, ellos lo hacen por orden de la embajada y los buenos fonditos internacionales que les dan. Aquí, entonces, es donde surge algo realmente interesante ¿Qué les ha quitado Luis Redondo para potenciar ese odio casi a una esfera infernal, a la velocidad de la luz?; les dejo en la menta una pequeña idea como mariposa revoloteando: Oliva pagada a los medios tradicionales y periodistas oficiales de Orlandia 530 millones de lempiras; planillas enteras eran canceladas por la tesorería del hemiciclo, más viajes, más billete para “el pescado”, más billete para el “San Nicolás”, favores y más prebendas y más billete… ¡530 millones! No sé, puede ser, no sé, quizá… sea un buen motivo para estar enojado.

Gráfica de la bancada del controversial Partido Nacional.

Mario Segura, jefe de la bancada del anciano y roído Partido Liberal, dijo en uno de sus arranques sinceros y despreocupados, qué estaba feliz, porque de todas las elecciones de Cortes que había visto en su vida, que son muchas, era la primera vez (con Luis Redondo), que no había carros de “proval” –vehículos blindados que resguardan cantidades importantes de dinero– en la parte baja y privada del Congreso Nacional, como antes, que listos para comprar el voto de los diputados, “comprar voluntades” les dicen ellos, en un gesto un poco más decoros o sinvergüenza. ¿No es algo loable que un miembro de otro vetusto partido tiburón diga algo así?; debería ser la norma entre hombres y mujeres de Estado, pero no es, nunca lo ha sido o “algunas honrosas excepciones” ¡Vaya, jodido! hasta nosotros caímos en esas feas frases trilladas ¡Pedimos disculpas! ¿Vos me vas a venir a decir a mí que estamos frente al peor Congreso de la historia del país? ¡Por favor! Tráiganme la cicuta y que ese asilo de señoras y señores salga a tomar su preparado Corn Flakes de Kellogg’s.

Aislarse ha sido el mayor error de Luis Redondo, encerrarse para que la corrupción no toque la puerta, demasiado “noble” con los malditos, hacer público un solo documento podría hacer pedazos a más de la mitad de quienes lo adversan y no lo hace; al final lo detestan, su silencio reflexivo ha ganado todas las batallas contra Nasralla, Maribel o Suyapa, podrán probar, murmuran las gárgolas sobre los enormes edificios en Estados Unidos, aún en su torpeza conspiran, atacan y envidian, esperan la noche para lanzar la daga, pero al final del día son solo estatuas sin gracia, pedazos de cemento pensados por alguien más.

El entonces diputado del PAC, Virgilio Padilla, eleva papeleta de elección de Corte Suprema en 2015.

Incomoda a los grandes socios, a los antoguos asesores de confianza (Consigliere) de don Juanchis y ahora mansos amigos de Dogu, los maquinadores eternos; la lejanía de Redondo los enferma (en privado lo llaman presidente y le piden de todo), a esos nada importa los intereses sagrados de los hondureños, ni los niños y su educación; ni el hambre o la miseria en los barrios marginales o el campo; mientras puedan como cerdos desesperados alrededor de la llanta donde les sirven la comida poder hartarse más allá de la saciedad, ellos son felices, la dignidad es estrella inalcanzable, eso es para tontos soñadores, ellos ven los desperdicios y son felices en el charco. Han visto con Luis caer sus buenos negocios, su impunidad, la excepción de pago de impuestos infinitos, hasta las becas de sus hijos y como fuego se vuelven los ojos, como si los hubieran herido de muerte, porque en verdad, es así.

No queridas viejitas conspiradoras, no es lo mismo andar sobre una llanta en el río Choluteca que pasearse por Venecia sobre una góndola, no es el peor Congreso, tampoco el de don Juan, no es el más lúcido —por supuesto— imposible con gente como vos y tu aleras ahí adentro, y, además, como ustedes no son los funcionarios que recomiendan los sabios de la política, aaahh, simple, ustedes no miran más allá de sus panzas gordas; pero, pero, en la porqueriza que crearon comienza el orden donde ustedes no logran como antes, y eso, para nosotros como hondureños, como pueblo que mantenemos sus salarios y sus comodidades, nos hace sentirnos satisfechos. Avanti.

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