ANA GARCÍA DE HERNÁNDEZ, ¿RÉPLICA DEL CARDENAL OSCAR ANDRÉS RODRÍGUEZ?

“La gran mayoría de los hondureños estamos en un estado de perplejidad ante la actitud descarada, sin un ápice de vergüenza de la señora (Ana García) de Hernández, tratando de convencernos de su inocencia y la de su esposo al punto de compararlo nada menos que con nuestro Señor Jesucristo. Tal atrevimiento no es más que la falta de temor de Dios, y un enorme insulto al creyente, pensante y noble pueblo hondureño”, critica la defensora de la iglesia y escritora, Martha Alegría Reichmann.

En este escrito, que EL LIBERTADOR comparte de forma íntegra, doña Martha cuestiona que el cinismo que muestra la exprimera dama se asemeja al del retirado cardenal Óscar Andrés Rodríguez, quien “siempre ha callado ante la imposibilidad de defenderse. Otras veces ha tratado de defenderse con mentiras, igual que la señora de Hernández, y otras veces ha tratado de defenderse atacando con calumnia a quienes lo denuncian”.

 

Martha Alegría Reichmann
EL LIBERTADOR
redaccion@ellibertador.hn

Roma, 5 de abril 2024

En un mensaje muy importante del prestigioso y respetado analista político hondureño, Jorge Yllescas, dirigido al mundo y sobre todo a los hondureños, refiriéndose particularmente a la señora Ana García de Hernández, manifestó que: “NO DEBEMOS SER COMPASIVOS SINO MÁS BIEN SEVEROS E IMPLACABLES con los corruptos que tienen hundido a nuestro país y que todo hondureño bien nacido, tiene la obligación de combatir a fondo la corrupción, no importa sea hombre o mujer, –y yo añado: no importa que sea cardenal– pues hay suficientes pruebas que ella es cómplice en el manejo de cuatro mil quinientos millones de lempiras en varias oenegés corruptas sirviéndole de cómplice su madre».

Igualmente al señor cardenal Rodríguez se le comprobó el saqueo en la Universidad Católica de Honduras, al punto de haber tenido dos inspecciones –llámese investigaciones o visitas apostólicas– procedentes del Vaticano, impidiendo con ello que se apropiara de dicha universidad a través de una oenegé. Alumno aventajado salió este purpurado pero no pudo defenderse ni negar las investigaciones.

Ana García en una de varias conferencias de prensa asegurando que su esposo Juan Hernández es «inocente».

La gran mayoría de los hondureños estamos en un estado de perplejidad ante la actitud descarada sin un ápice de vergüenza de la señora de Hernández, tratando de convencernos de su inocencia y la de su esposo al punto de compararlo nada menos que con nuestro Señor Jesucristo.
Tal atrevimiento no es más que la falta de temor de Dios, y un enorme insulto al creyente, pensante y noble pueblo hondureño que solo los ignorantes le podrían creer, pero ella es alimentada por sus amigos cómplices en la corrupción que se atreven a apoyarla en su delirante lanzamiento como candidata nada menos que a la Presidencia de la República.

Ante tal escándalo, se me ocurre pensar, que su cinismo solo se puede comparar al del cardenal Oscar Andrés Rodríguez, quien también perdió totalmente la vergüenza quedando en un estado deplorable al final de su vida personal y sacerdotal, habiendo intentado convencernos de que le daba buen uso al dinero saqueado cuando fue denunciado hasta en el noticiero internacional CNN.- ¿Y cómo creerle si salieron las pruebas en «L’ Espresso» (uno de los diarios más influyentes en Roma) de la doble contabilidad que se llevaba en dicha universidad?

De igual manera como con doña Ana, existen personas en torno al mencionado cardenal, que han sido y son sus cómplices, otros sus vasallos otras sus “Adelitas” y otros sus serviles, porque todo ser oscuro también tiene seguidores, los tuvo Hitler así como tantos otros hijos de las tinieblas que han hecho tanto daño a la humanidad.

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No es descartable la posibilidad que uno de los consejeros de la señora Hernández sea el mismísimo cardenal, primero cómplice y después traidor de su esposo, pues en el pasado y en mi propia casa dijo lo siguiente: “No me preocupan las acusaciones de la gente porque así también acusaron a nuestro Señor Jesucristo”.

Tal para cual, tan cínicos y atrevidos el uno como el otro, a sabiendas de que son mentirosos empedernidos tratando de creer y hacer creer sus propias mentiras y haciendo el ridículo ante el mundo.

Desde el momento en que comencé a develar el lado oscuro y falso del cardenal Rodríguez, una señora, propietaria de la más importante cadena televisiva del país me dijo: “Martita, yo le he tenido mucho aprecio a usted pero no me gusta cómo se refiere al cardenal, él ‘pone en alto’ el nombre de Honduras y usted está haciendo el ridículo”. Le dije que ella estaba completamente equivocada y desinformada, muy lejos de la realidad porque en ese momento ya la prensa internacional no mostraba ningún respeto por el cardenal hondureño y publicaban artículos sobre su corrupción, mientras en Honduras no solo ocultaban todo eso, si no que le daban espacio para decir sus mentiras y cosas arregladas a su conveniencia, engañando así a gran parte de los televidentes, lo cual denuncié en uno de mis artículos, publicando para ello, pruebas claras de su falsedad en una de sus entrevistas en Televicentro donde también se le ha dado oportunidad de lavarse la cara al diputado “Toño” Rivera mientras por otro lado, se hacía viral un vídeo mostrando las evidencias de cómo él manipulaba descaradamente en las sesiones del Congreso Nacional negando la palabra a diputados opositores y así aprobaban las tremendas leyes corruptas.

Doña Martha en entrevista con EL LIBERTADOR.

Pero este diputado es gran y fiel amigo del corrupto cardenal, igual que lo son muchas otras familias, por ejemplo, la madre del exalcalde considerado por los capitalinos el más corrupto entre todos los alcaldes corruptos que inmortalizó su nombre con el “Trans 450”.- Con esto quiero decir, que corrupción se amalgama con corrupción para fortalecerse unos con otros y este tipo de gente es la que le endulza el oído al purpurado quizá con el fin de sentirse “bendecidos” pero con esto lo que hacen es enterrar más a nuestro agonizante país.

Otra persona del Opus Dei quiso frenarme en mis fuertes denuncias intentando encubrir al victimario cardenal para que hubiera terminado como un “santo”, pues por ahí se encaminaba la propaganda que pude leer en un artículo del periodista Juan Ramón Martínez donde escribió que el purpurado iba “camino a la santidad”.

Por su profesión él tenía que estar enterado del papel inhumano y vergonzoso que jugó Rodríguez en la masacre del Rio Sumpul que no fue la de un santo. Orgullosos se sienten nuestros hermanos salvadoreños cuando ciudadanos de todo el mundo al visitar El Salvador se lee en su envidiable aeropuerto: “Aeropuerto Internacional de El Salvador San Oscar Arnulfo Romero y Galdámez”, ese es un santo que se muestra en los altares, seamos serios por favor don Juan Ramón Martínez.

El tiempo que nada perdona, se ha encargado de ir sacando a la luz más y más evidencias quedando en claro que las nefastas reformas de la iglesia la alejan de sus principios fundamentales, al punto de socavar las bases en que fue construida, cambiando la moralidad por la inmoralidad y la verdad por la mentira, llevándola a la peor y más escandalosa crisis de todos los tiempos en que los sacerdotes, obispos y hasta cardenales que han salido en defensa de Cristo, han sido sacados indiscriminadamente por el propio Papa Francisco, acusado de dictador y hasta de hereje por aprobar la escandalosa y destructiva agenda 20-30 y firmar documentos que van en dirección de la destrucción de nuestra Iglesia, infectada por la masonería con un papa que según se ha demostrado, forma parte del diabólico “Nuevo Orden Mundial” acusados entre otras cosas, de haber creado el virus COVID 19.

¿Qué opinará Martha Lorena Alvarado, incansable y fiel combatiente del aborto y defensora de la vida, ahora que el Papa Francisco promueve el aborto a través de la agenda 20-30? Cada día se cierran iglesias, sobre todo en Europa, quedando menos sacerdotes fieles a Cristo, mientras los abusadores sexuales están felices bajo la protección del papa y hasta se atreven a distorsionar a su favor el evangelio cuando lo predican.

Esto lo sabemos solo los que estamos bien informados por los medios serios encargados de ponernos en contexto con la realidad. Una pregunta obligada: ¿Quién fue el jefe del Consejo de Cardenales que durante nueve años planeó y elaboró las diabólicas reformas? Pues nada menos que el cardenal hondureño Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, escogido probablemente por la experiencia que ya tenía en manejar corrupción de todo tipo, sin excluir la depravación en su propia casa (Villa Iris, mejor conocida en el clero como la jaula de las locas) y en el seminario Nuestra Señora de Suyapa denunciado a nivel internacional.

El retirado cardenal Rodríguez comparte con Juan Hernández.

Sabemos que el cardenal Rodríguez siempre ha callado ante la imposibilidad de defenderse. Otras veces ha tratado de defenderse con mentiras, igual que la señora de Hernández, y otras veces ha tratado de defenderse atacando con calumnia a quienes lo denuncian y, últimamente, ha intentado sin éxito, boicotear mis entrevistas valiéndose de sus sobrinos María Raquel y Luis, hermanos entre sí y con antecedentes delictivos ya denunciados anteriormente.

Estoy de acuerdo en no ser compasivos con los corruptos. ¿Cómo podemos ser compasivos con un cardenal que hace exactamente lo contrario de lo que predica y que jamás ha dado una señal de arrepentimiento?

Como católica actúo obedeciendo no uno, sino a varios versículos de la biblia que nos llaman a denunciar la oscuridad y obedeciendo el artículo 212.2 del código del Derecho Canónico que dice que tenemos no solo el derecho, si no el deber de denunciar lo que se haga en perjuicio de la Iglesia.

El cardenal Rodríguez a pesar de ser un anciano de 81 años y a pesar de estar retirado, sigue traicionando a nuestro Señor Jesucristo, pues recientes noticias oficiales de varios medios internacionales publicaron que ha visitado países como Panamá, el 19 de enero 2024, para promover la bendición de la unión de parejas del mismo sexo, secundando al Papa Francisco con la imposición del escandaloso documento Fiducia Supplicans rechazado por las conferencias episcopales del mundo por ir contra la moralidad. Pero nuestro flamante cardenal las calificó de ser una “preciosidad”, avergonzándonos así ante el mundo.

Mientras este singular cardenal se dedicaba a proteger y promover homosexuales, a preparar las reformas que están perjudicando enormemente a la Iglesia y a eliminar a buenos sacerdotes… en Honduras se ha logrado introducir una nueva religión para lo cual ya se construyó una mezquita en Tela de donde se comienza a expandir el Islam, sembrando tremenda confusión en la gente que conoce a Nuestro Señor Jesucristo.

Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de EL LIBERTADOR.

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