LA CUMBRE (ABISMO) BORRASCOSA DEL PSH O ¿CÓMO UN REY GOBIERNA SIN PUEBLO?

Paseaba el hedonista Petronio (arbiter elegantiarum) por las calles de Roma, visitante asiduo de los mercados donde estaban los pobres y las más hermosas telas, irrecusablemente sus pasos buscaban los maravillosos atavíos, pero los pueblos siempre son agradecidos, gritaban “ahí va el árbitro”, “el si podría gobernarnos”, “un hombre bueno”.

Petronio, cerrando la ventana como esquivando la vanidad que derraman los halagos dijo, “Es peligroso ser un amado, cuando un dictador gobierna”, haciendo referencia al tirano de Nerón. Tomás Ramírez no entendió la metáfora, mientras Salvita intenta humillarlo; brillan lejos los coloridos lentes de Maribel; se engulle en uroboro perfecto Suyapa y Fátima (casi como la santa) dice -Si Tomás Ramírez no sigue lineamientos del PSH deberá atenerse a las consecuencias-

Reflexión

EL LIBERTADOR

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Tegucigalpa. Con la mirada incrédula o quizá calculando, Julieta Castellanos presencia en primera fila, desde el Congreso Nacional, el final del bipartidismo, con la “complicada” elección de una Corte Suprema, era 2016. Han pasado más de 15 noches y aún no se eligen los magistrados, ante las preguntas, Castellanos auguró aquella vez, casi con la bola de cristal en las manos, Libre por aglutinar tantas fuerzas con pensamientos distintos, sería difícil que sus lideres los mantuvieran unidos por mucho tiempo; sin embargo, el entonces Partido Anticorrupción, sería el sucesor natural del Partido Nacional, una visión conservadora, con una estructura vertical como los militares o la iglesia. Mientras el Partido Nacional cada día se deshoja y solo suma miembros torpes a sus filas, el PSH asume el rol, solo que sin ser gloriosos.

En la gráfica, líder del PSH y designado presidencial, Salvador Nasralla.

Salvita nunca negó su inclinación afectiva por las dictaduras, antes en su juventud, visiblemente emocionado, se mostró frente a un asesino; ya en su ancianidad, le sirvió de entretenimiento a nuestro reycito sol. Entre delirios de megalomanía y senilidad, siente que las sombras lo persiguen, no ajusta las cuentas con el dios tiempo, entre pastilla y empujes demenciales siente que alguien desea quitarle la silla de su reino imaginario, donde nunca hubo un pueblo que gobernar y donde nunca lo habrá. ¡oh! Muñeco siéntate y descansa ya, el ventrílocuo se fue y el titiritero cortó los hilos. Miró la luz al final del túnel y lo cruzó, quien tomó la bandera en contra la corrupción, terminó arropándose con ella. “Quien con monstruos lucha cuide de convertirse en monstruo. Cuando miras largo tiempo al abismo, el abismo también te mira ti”, sentenció Nietzsche. Siempre animador, nunca presidente; siempre presentador, nunca estadista, el partido terminó, ya Diógenes abandonó el estadio hace mucho tiempo.

Congresistas Iroshka Elvir y Suyapa Figueroa -ambos del PSH- durante la insurrección parlamentaria.

Las dictaduras serán siempre antinaturales, es solo mediante la confrontación de pensamientos, intercambio de ideas y diferencias que se hace ciencia. Por eso el PSH está en una cumbre borrascosa de pasiones y errores, ¿desde dónde se construye el poder? El primero en entenderlo fue Luis Redondo, no vio el carácter o razón de líder en Salvita, la rebelde Ligia y Matheu, que no se quebró y resistió la venganza de Salvita desde los parlantes de TVC, comparten la independencia ante negarse a ser esclavos en un reino de psiquiatría, los jóvenes suplementes lo entendieron antes, menos Jhosy, que lo traiciona la juventud y el flash de los medios lo tienen mareado, creería la historia de dragones y castillos si lo dijera Maribel. Por eso Tomas hace bien en regresar a la base, escuchar a su gente y tomar sus propias decisiones, aunque eso siempre tiene un costo.

La dirigente «liberal», actual diputada de «Salvador de Honduras», Maribel Espinoza, comparte amenamente entre sus compañeros de bancada en una de las sesiones del Congreso Nacional.

¿A quien le pertenece el PSH? ¿Fue a Salvita qué se le ocurrió mandar a su esposa para ser carne de cañón y exhibida como la “pequeña Guaidó”? -cuentan- en algún lugar se reúnen tres mujeres y el señor, designa a los que arriesgan ¿Por qué para hacer el ridículo no fue nombrada Suyapa, Maribel o Fátima? ¡Aaaah! ¿pero a quiénes se les escuchaba susurrar ordenes cerca de la oreja? Aunque los une la ambición los separa el interés, Salvita fue capturado en su propia soberbia por las hilanderas del destino, son tres las Grayas o Nornas y tres las diputadas, un solo ojo para todas, aunque miran siempre algo distinto. ¿Quién quiere la presidencia del Congreso? ¡Ah vanidad! que mataste a Narciso y hoy vivís en el Congreso Nacional.

Designado presidencial Nasralla junto a diputado nacionalista Tomas zambrano, en una de las marchas del desaparecido «BOC».

Nerón en un acto de auto idolatría, perdido totalmente entre la dualidad realidad-imaginación, quemó Roma para demostrar que él mandaba y que podía hacer lo que quisiera, acosta de un pueblo en ruinas y sufrido; Salvita llevó al PSH, en contra de sus propias doctrinas “anticorrupción”, a unirse con personas vinculadas al crimen organizado, corrupción y muerte, según cree él, por los fantasmas que le hablan y las apariciones que lo guían. Solo él puede “Salvar” Honduras, “El partido Nacional solo no gana las elecciones, pero todos juntos si podemos”, dice el señor que es funcionario y recibe dinero de una población que fue asaltada y robada por sus ahora aliados. Como un Stannis Baratheon, del escritor George R. R. Martin, que para ser rey tuvo que traicionarse a sí mismo y no fue rey, ni volvió a ser él.

Postdata: Dejó acá, como reflexión, fragmento la última carta de arbiter elegantiarum:

«…Pero tener que soportar por largos años tu canto que me destroza los oídos, ver tu barriga digna de Domicio, y tus flacas piernas dando grotescas volteretas en la pírrica danza; escuchar tu música, oírte declamar versos que no son tuyos, desdichado poetastro de suburbio, son cosas verdaderamente superiores a mis fuerzas y a mi paciencia, y han acabado por inspirarme el irresistible deseo de morir.

¡Salud, augusto, y no cantes; asesina, pero no hagas versos; envenena, pero no bailes; incendia, ¡pero no toques la cítara!

Estos son los deseos y el último consejo del

«Arbiter Elegantiorum»

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