Un “auténtico hijo de la oscuridad”, así recalifica la escritora hondureña y defensora de la iglesia católica, Martha Alegría Reichmann, al controversial clérigo Óscar Andrés Rodríguez, quien fungiendo como cardenal (hasta su retiro oficial en enero 2023), movió sus influencias en el Vaticano para tapar sus escándalos; en esta opinión que EL LIBERTADOR comparte de forma íntegra, la protectora de la fe, relata que el exlíder católico afronta demandas ante grandes autoridades del Vaticano.
Según doña Martha, en la santa sede ya conocen la retórica de Rodríguez Maradiaga, quien en Honduras ha manipulado a cientos de miles de cristianos y terminó acomodándose a grupos de poder enemigos de la fe y el pueblo, elevando en protesta que las propiedades de allegados al excardenal están inundadas con recuerdos de bodas y bautizos donde él participó al tratarse de personalidades influyentes de la alta “socialite” nacional que plasman el compromiso de éste con la vanidad y el orgullo.
En este artículo, doña Martha recuerda a la sociedad hondureña y el mundo, que el cardenal incluso “acudió a lo más bajo de lo más bajo” para desmentir la verdad sobre cada una de sus denuncias, especialmente las que plasmó en su obra “Traiciones Sagradas”; desglosa que Rodríguez era un esbirro más del extradito Juan Hernández y llegó al extremo de calumniarla como persona con trastornos mentales: “Nada más falso y ridículo”.
Martha Alegría Reichmann
EL LIBERTADOR
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Después de tantos atropellos, tantas mentiras, tanto abuso de poder, tantas injusticias cometidas y tanta perversidad… solo así podía terminar sus días este controvertido cardenal… DEMANDADO.
Anteriormente, Óscar Andrés Rodríguez, había sido denunciado por varias personas, incluidos sacerdotes, por diversas razones; pero el susodicho cardenal siempre aplicó su poder, vengándose de sus acusadores y quedando impune con la protección y complicidad del Papa Francisco quien está en serios problemas, según los expertos, por su conducta inquisidora y dictatorial que ha llegado al límite, desatando una verdadera guerra campal en el Vaticano.
En el mes de junio de 2022, presenté una demanda ante el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, dependencia del Vaticano donde son recibidas las denuncias y demandas contra cualquier prelado del mundo.
Mi demanda fue presentada contra el Eminentísimo Cardenal Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, por los delitos de difamación, calumnia y revelación de secreto confesado.
En septiembre de ese mismo año, fui convocada por Monseñor Giuseppe Tonello y por instrucciones del Cardenal Luis Francisco Ladaria Ferrer, Prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, para hacer mi declaración verbal y ahí ratifiqué todo lo denunciado, presentando las pruebas requeridas.
DE INTERÉS: NI OLVIDO NI PERDÓN
Ya en diciembre de ese año, el mismo Dicasterio convocó al DEMANDADO cardenal Rodríguez Maradiaga para tomarle su declaración, pero a él, con la prepotencia que le caracteriza, se le ocurrió comentarles a los sacerdotes en una reunión del clero de Tegucigalpa, que en efecto había sido convocado seguramente por alguna queja contra él, manifestando: “Pero eso no me preocupa porque ahí yo tengo amigos”.
Efectivamente, el señor cardenal llegó a Roma con puntualidad y por supuesto tuvo que haber hablado con “su papa”, su cómplice y protector Francisco I, para pedirle auxilio y que la demanda no procediera.
Digo esto porque a partir de allí, todo se paró y ante mis preguntas formuladas, solo hay misterio y silencio sepulcral.- Desde el momento en que presenté el documento, yo sabía que esto iba a suceder, pero quería tener las evidencias para poder denunciar una vez más a este ser oscuro que siempre se escudó en la mentira. Autentico hijo de la oscuridad.
Desde que comencé a denunciarlo y desenmascararlo, él se vio completamente impotente para defenderse. Jamás dijo una palabra y ni siquiera puso a ninguno de sus curas incondicionales, como era su costumbre, para que lo defendiera de mis fuertes y directas acusaciones, pero sí lo había hecho anteriormente contra periodistas internacionales a quienes denigró, creyendo que así se defendía teniendo de este modo, y durante varios años, engañado a medio Honduras; pero conmigo se llevó un revés porque de todo eso supe desenmascararlo, poniendo las pruebas a la vista.
Pero como el #eminentísimo” no podía quedarse callado ante los escándalos de mis denuncias, algo tenía que decirle a sus admiradoras y admiradores para tratar de justificarse, por lo que comenzó a difamarme, diciendo que yo no estaba cuerda, que estaba loca, dependiendo de fármacos, entre psicólogos y psiquiatras, y que tenía un expediente en el Hospital Psiquiátrico Santa Rosita, lugar en el cual jamás he puesto un pie. Me describía como una persona digna de lástima y él que, “por ser tan bueno”, me permitía hablar. Nada más falso y ridículo que esto porque sé que hubiera dado cualquier cosa por limpiar su nombre demostrando que yo “mentía”.
Su retórica manipulativa la basa sobre el hipnotismo colectivo, que ejerce sobre personas consideradas influyentes y de buena reputación dentro de la sociedad hondureña, que en su fe, mal entendida y enmarcada en su ignorancia, rayan en el fanatismo hacia una persona, que por haber oficiado sendos actos ceremoniales y litúrgicos, como bautismos, confirmaciones, misas y bodas, de cuyos eventos existen imágenes fotográficas que adornan las respectivas galerías familiares las cuales inundan los salones y recintos de sus mansiones, plasmando así el compromiso o mejor dicho complicidad que desde el pasado han manifestado de manera ciega, pretendiendo ignorar la realidad de los hechos, que a lo largo de la historia episcopal y cardenalicia de Rodríguez, han preferido adoptar el orgullo y la vanidad con que pretenden acallar sin éxito, lo que ha salido a la luz pública con pruebas irrefutables, suscitándose lo que dice el refrán, “tapar el sol con un dedo”.
De igual manera difamó a notables periodistas italianos que lo denunciaron con pelos y señales en las pruebas publicadas.- Como yo continuaba dando entrevistas y publicando artículos, pensó callarme con algo más fuerte, LA CALUMNIA.
Acudió a lo más bajo de lo más bajo. A lo más vil de lo más vil. A lo más cobarde de un cobarde; y lo que es peor… de un cardenal a la viuda de su mejor amigo. Pero él es así… Mientras el presidente Juan Orlando Hernández estaba en el poder no lo criticaba porque le debía favores, como ser el hecho que no hubo investigación en el crimen de su chofer Nelson Cárcamo, pero hasta cuando Hernández comenzó a caer en desgracia, ahí comenzó Rodríguez a criticarlo porque sabía que el pueblo lo había catalogado como cómplice de Hernández. Ahí el pueblo comprobó una vez más, la bajeza de este señor a quien le llaman “CARDEMAL”.
Yo sabía desde mucho tiempo atrás, que él me denigraba, pero pude presentar la demanda, hasta que por fin tuve las pruebas en mi poder.
La tercera acusación que presenté contra éste “honorable” cardenal, es mucho más grave, condenada por el derecho canónico, con la pena de excomunión inmediata. Y tengo que decir que solo una mente retorcida como la de él, pudo cambiar algo que era limpio, pero muy delicado, en algo sucio y pecaminoso para sus fines perversos.
Todo esto está relatado con mínimo detalle en la declaración jurada que hice en una dependencia del Vaticano.- Se sabe que cuando los demandados son amigos y protegidos del Papa Francisco, las demandas no proceden por muchas pruebas que hayan sido presentadas. Por esa razón yo sabía de antemano que mi demanda no iba a proceder. Pero aun así quise intentarlo.
No olvidemos que Rodríguez Maradiaga permaneció codo a codo con el Papa Francisco, siendo él, jefe del grupo de cardenales que trabajó en las “reformas” de la Iglesia. Dichas reformas han provocado el sismo que está sufriendo la Iglesia Católica y donde se están enfrentando los cardenales defensores del Depósito de la Fe y la moral católica con el Papa Francisco, acusándolo con pruebas fehacientes y contundentes de faltas gravísimas como la de haber entablado una persecución contra los sacerdotes, obispos y cardenales que son leales al legado de Cristo y al catecismo de la Santa Madre: la Iglesia, pero que ha promovido y protegido a prelados violadores, depravados sexuales como Theodore Mccarty y Gustavo Zancheta. Cabe mencionar que el ex obispo auxiliar Juan José Pineda sigue gozando de impunidad.
Pero ahora con la reciente destitución del Obispo de Texas, Monseñor Joseph Strickland, habiendo sido como otros, sacado de golpe, sin derecho a defenderse, sin juicio y ni siquiera una acusación seria, el Vaticano sí que la está teniendo difícil ante las múltiples y enérgicas protestas, por ser Strickland un obispo intachable cuya única “culpa” ha sido hablar claro, decir la verdad y serle fiel a Cristo pero ya advirtió que va a hablar y sacará a la luz toda la verdad que el Vaticano trata de ocultar.
Estos sacerdotes ejemplares le estorban al papado de Francisco y la razón por la cual él ha protegido y protege al corrupto Rodríguez, es porque son dos caras de la misma moneda. Rodríguez hizo en su diócesis exactamente lo que el Papa está haciendo, sacó a buenos sacerdotes por no prestarse a los juegos sucios de su auxiliar Juan José Pineda. Por el contrario, al padre Núñez expulsado del seminario “San José de la Montaña” de El Salvador por graves actos inmorales, lo ha promovido siempre, habiendo hecho de él uno de sus mejores aliados y encubridores, igual que lo fue el portavoz de la Conferencia Episcopal.
A usted señor Cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, que nunca ha tenido el valor de darme la cara como hombre, quiero decirle que NO ME DOBLEGO porque tengo a Dios por delante guiando mis pasos.
Ni sus mentiras, ni sus patrañas, ni sus calumnias me dan miedo porque tengo puesta la armadura de Dios y sigo más que nunca con mi frente en alto porque a pesar de su maldad, mi honor y mis principios siguen intactos, ya que usted es incapaz de probar sus calumnias y esa es la razón por la cual tiembla ante mi demanda así como ha demostrado que tiembla ante mis entrevistas y artículos donde he publicado las pruebas de su corrupción y de su inmoralidad que por años supo esconder.
Así usted se ha pasado la vida, escondiendo su perversidad y todo lo malo que hace, también gastando enormes sumas de dinero comprando gente para que guarde silencio, como es el caso de Elisa, la viuda de su chofer asesinado porque ya sabía demasiado por todo lo que le tocaba ver. Tiene que ser grande la lista de todos los que tiene calladitos, pero usted hipócritamente ha dicho en una entrevista para Suyapa TV: “Soy un humilde servidor que no necesita mucho para vivir”.
Dios me sorprende cada día con sus bendiciones, y mi libro que es una denuncia ante el mundo, de su perversidad que ha dañado a muchísimas personas, incluidos sacerdotes, crece cada día desde que lo puse en las manos de Dios. En manos del verdadero Dios que le va a pedir cuentas y recuerde esto: al que mucho se le ha dado, mucho se le exigirá. Seguramente Dios a usted le exigirá más que a un simple delincuente porque usted sus maldades las ha hecho con un crucifijo en el pecho y eso es intolerable.
Mi finalidad y propósito es serle fiel a Jesucristo haciendo que la verdad prevalezca denunciando la mentira bajo mi lema: “El mal triunfa cuando el bien lo permite”.
Jamás seré cómplice de un cardenal que fingió por años ser nuestro amigo y a quien, si se le hubiera aplicado la justicia como debería de ser, tanto de parte del Vaticano como de su propio país, su morada debería ser la cárcel y no el “Alcazar” lleno de lujos y comodidades donde vive custodiado las 24 horas por guardias de seguridad pagados por su patria a la cual le robó, con la complicidad de su obispo auxiliar Juan José Pineda, los 30 millones de lempiras que se le otorgaron para los pobres y que jamás pudo dar cuentas limpias por más que se le denunció.
“Todo lo que se planea en secreto en el sótano, se gritará en los tejados”. Palabra de Dios.
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