El eminentísimo, Óscar Andrés Rodríguez, tiembla ante la existencia de investigaciones del Vaticano e instituciones públicas hondureñas, enuncia la respetable escritora hondureña, Martha Alegría Reichmann, acerca de un rosario de irregularidades que exponen al veterano sacerdote, que ya son de conocimiento de las autoridades.
La defensora de la iglesia, plantea en este escrito –que comparte a EL LIBERTADOR– que ha tenido un par de entrevistas donde personas cercanas al cardenal –y él mismo– han intentado el sabotaje; ante la consulta de un periodista sobre por dónde sale Rodríguez si por la puerta delantera o trasera: “Mi respuesta fue contundente: él está saliendo, por la alcantarilla”.
Martha Alegría Reichmann
EL LIBERTADOR
redaccion@ellibertador.hn
Roma, marzo 17, 2023
El 12 de mayo del año pasado fui entrevistada en Canal Centro de Siguatepeque por el periodista José Banegas en su programa «Con Banegas». Antes de realizar la entrevista llamó al Cardenal Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga para preguntarle si tenía algo que decir al respecto. Inmediatamente comenzó a describirme como una verdadera loca que no sabía lo que decía, y a denigrarme como para hacer desistir al periodista de realizar la entrevista. El cardenal, nervioso y descontrolado, cortó la conversación con un estruendoso grito de «BASTA YA! BAASTAAAA!».- Media hora después, el entrevistador recibió una llamada telefónica de una mujer, ella trató también de denigrarme con calumnias pero no lo consiguió y la entrevista de realizó.
Casi un año después, el pasado 2 de marzo, el abogado y periodista Luis Cruz me hizo una entrevista en Más Noticias Televisión, en su programa «Cara a Cara». Luego de haberla anunciado, recibió dos llamadas telefónicas de diferentes personas en tono amenazante para que no me entrevistara, una se identificó como sobrina del cardenal. ¿Quién es esta sobrina? Seguramente la que llamó al otro periodista para calumniarme.
Hago un paréntesis para denunciar a esta sobrina del eminentísimo, de nombre María Raquel como un parásito social que por muchos años no ha trabajado y se ha dedicado a sacar dinero en forma mañosa a las personas y robar dinero a la gente cercana. Lo digo por experiencia propia porque a mí me robó un billete de cien dólares, estando hospedada en mi casa en Roma en ocasión de la investidura de su tío, y muchas veces, con gran habilidad, robó dinero de mi cartera hasta que me cansé y la enfrenté. Sé que es muy fuerte lo que he dicho, me hubiera gustado no hacerlo, pero no puedo quedarme callada ante semejante provocación de ser calumniada, pues con mi silencio solo estaría permitiendo que el mal triunfe, y por amor propio estoy obligada a defenderme. A defenderme limpiamente y con la verdad.
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La primera entrevista –del 12 de mayo 2022– resultó explosiva, sobre todo al final donde el señor Banegas terminó denunciando públicamente al eminentísimo cardenal, y la segunda fue exageradamente explosiva porque toqué temas extremadamente delicados, como lo es un Dosier secreto que existe, documentos de investigaciones profesionales sobre cosas personales del cardenal en la doble vida que ha llevado. También por mal manejo de fondos recibidos de los gobiernos y todo lo relacionado con los delitos del obispo Pineda.
El eminentísimo tiembla ante la existencia de esas investigaciones en manos de varias instituciones políticas hondureñas y seguramente no vive ni duerme tranquilo pensando que podrían salir a la luz pruebas de sus actos delictivos, como por ejemplo, el caso de dos hermanos de apellido Paredes cuando era Administrador Apostólico en la Diócesis de Santa Rosa de Copán. Igualmente el caso del asesinato de Nelson Cárcamo quien por muchos años fue chofer tanto del cardenal como de Pineda y a quienes les sabía muchos secretos, y a menudo solía sacarles dinero en forma de chantaje. De pronto aparece muerto con un certero disparo al corazón por una pistola disparada por el sacerdote Orlando Mushondt, pero se inventaron un cuento que fue por matar una serpiente para presentar el caso como accidental.- Pero ¿por qué dos días después el padre Mushondt huyó del país y nunca regresó? ¿Por qué el cardenal decidió darle un sueldo vitalicio a la viuda del chofer inventándole un cargo donde no hace nada en el Palacio Arzobispal y además le regaló una casa nada menos que en la Colonia San Ignacio al lado de la iglesia donde además se le pagan todos los gastos de servicios públicos? ¿Por qué el cardenal ha dispuesto de bienes y dinero de la iglesia para tapar suciedad? Además, ¿por qué el sacerdote tenía un arma en su poder? ¿Por qué el caso quedó en la impunidad?
También está el extraño caso del ex-policía Mike Estrada a quien no podían despedir por corrupto ya que era recomendado especial, tanto de Rodríguez como de Pineda, llegando al colmo de nombrarlo oficialmente Capellán de la Policía Nacional en Tegucigalpa. También le otorgaron permiso para administrar todos los Sagrados Sacramentos y usar sotana sin haber pasado por el seminario ¡y sin ser ni siquiera diácono! Según ellos, el único mérito era, el ser amigo «íntimo» de Pineda. Tal delito es catalogado en Derecho Canónico como «Delito de Prevaricato y Sacrilegio». O sea, que en la cárcel deberían estar los tres.
Es curioso que, por otro lado y como ya sabemos, el cardenal marginó de la Iglesia a excelentes sacerdotes por no aprobar los actos vandálicos del controvertido Pineda, o sea, hacía las cosas al revés. Castigaba a los buenos, y promovía a los malos.
No olvidemos la petición internacional que hubo para sacar al eminentísimo Rodríguez de la lista de «Papables» por estar involucrado en casos de protección y encubrimiento a curas pedófilos y degenerados que habían violado a niños. (Detallado en mi libro: Traiciones Sagradas).
Al final de mi entrevista con el periodista Cruz, y ante su pregunta de si el cardenal Rodríguez estaba saliendo por la puerta de enfrente o la puerta de atrás… Mi respuesta fue contundente: Por ninguna puerta. Él está saliendo, por la alcantarilla.
La gran pregunta es: ¿por qué razón Rodríguez le tiembla tanto a mis entrevistas y artículos? La respuesta es sencilla: porque se ve impotente e imposibilitado de demostrar que todas mis fuertes acusaciones son falsas y se tiene que llamar al silencio.
Ayer leí algo escrito con mucho acierto: «Alejate de la gente que luego de hacerte daño se las arreglan para convencer a todos que el malo eres tú». Eso es exactamente lo que ha hecho conmigo el eminentísimo. Siempre lo ha hecho con todos y es famoso por eso. Ya nadie que sea serio cree en él, ya nadie lo respeta. Terminar siendo denunciado por compatriotas e investigado hasta por el mismo Vaticano… Eso es terrible, grave, vergonzoso e indignante. Pero es así como tenía que terminar.
Él sabe que tengo las pruebas de sus horribles calumnias contra mi honor y sabe que tendrá que responder ante un juez, aparte que le tendrá que responder a Dios.
Se le acabó el poder. Se le acabaron los gritos. Le quedan sus millones que nunca le sirvieron para callar mi verdad.
Le queda la rabia de no haber sido lo potente que se creyó para ocultar para siempre sus actos vandálicos porque existe un Dios Todopoderoso que ha dicho: «Todo lo que hables en secreto, en el sótano, será revelado a gritos en los tejados».
Eso es exactamente lo que he hecho. He gritado la verdad por siete años y no hubo poder alguno que me detuviera, han sido muchas decenas de artículos, decenas de entrevistas y hasta un libro los que he tirado al mundo desde «mi tejado» y el mundo me escuchó… y el mundo me respetó… y el mundo me acogió.
El prestigioso periódico EL LIBERTADOR me definió como una defensora de la Iglesia y desde entonces, también yo me defino así. Pero el eminentísimo intenta hacer creer que soy «enemiga de la iglesia» (para crearse un escudo protector, táctica que ha usado siempre) nada más ridículo y absurdo porque actuar denunciando a lobos y falsos profetas que la afectan, significa Amar a la iglesia. No mal quererla.
Soy fiel hija de Dios. Me debo a Dios y nada más que a Dios. Solo Dios me basta.
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